Publicado el viernes 27 de abril de 2007 - Edici�n No. 893 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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ESTA SEMANA
Hable con las manos

Aunque el lenguaje corporal del que forman parte los gestos no deja de ser significativo para la comunidad sorda, esta tiene su propio lenguaje de señas panameño, y ofrece cursos para que la comunidad, tanto oyente como sorda, lo aprenda.

VANNIE ARROCHA

En el país se ofertan cursos para aprender diferentes idiomas, pero hay uno que se caracteriza por enseñar un lenguaje que no necesita pronunciación fonética, sino que enseña a las personas a comunicarse mediante el movimientos de las manos: esa es la lengua de señas o lengua de signos que dicta la Asociación Nacional de Sordos de Panamá.

Para hablar un poco de historia, dice la licenciada en educación especial e intérprete de lengua de señas Ana Teresa Guevara Milord, que ‘hace muchos años vino un sordo de Costa Rica y un sordo de Estados Unidos para invitarlos [a la comunidad sorda de PanamáI a reunirse y a crear una asociación; además les dijeron que debían crear y desarrollar una lengua propia de su país’, relata Guevara, y explica que antes de eso, estas personas se comunicaban con gestos.

‘Los sordos hicieron la Asociación y viajaron a Costa Rica para aprender cómo hacer un lenguaje propio de su país’. Una vez de vuelta aquí, dice Guevara que se reunieron con ‘un montón de sordos más’ y decidieron crear un libro de lengua de señas.

‘Este libro comenzaron a trabajarlo en conjunto con monjas, padres de familia y maestros. Desarrollaron un vocabulario basado en su significado, a la vez que sacaban señas y después votaban cuál iba a ser característica de una cosa, persona u objeto’.

Explica la intérprete oyente que esto se realizó entre los años 1981 y 1982, y que luego de esto se dio a conocer la Asociación y se inició la promoción de los cursos de lenguaje panameño de señas en las diferentes provincias, que más adelante también formaron sus propias asociaciones provinciales.

La casita de las manos que hablan

Actualmente, en la ciudad capital se abre un curso anual de este lenguaje que inicia, por lo general, en el mes de febrero y que dura un año. De este curso usted no saldrá tan diestro como un intérprete de lenguaje de señas profesional, pero ‘lo dominará para comunicarse con una persona sorda’, afirma Ana Teresa Guevara.

Por eso, a la entrada de Bethania, frente a la rotonda, llega cada jueves una familia de seis integrantes desde Colón. ‘Esta es una familia especial, todos vienen a tomar las clases, porque su hija de 16 años es sorda’, comenta la licenciada en Educación Especial.

Las clases se imparten los jueves y viernes de 5:00 de la tarde a 8:00 de la noche y las profesoras son una oyente y una sorda. El programa de los cursos está dirigido a personas sordas y oyentes.

Cuando se le pregunta a Guevara por qué opina que es importante aprender este lenguaje de señas, se remonta a los tiempos en que ella era neófita de este lenguaje.

‘Me hice intérprete de lengua de señas por un motivo religioso, al igual que muchos de los primeros intérpretes’, dice. Explica que dictaba un taller de teatro para niños de la iglesia y le llegó un alumno sordo. ‘El niño siempre estaba en una esquina, me preguntaba cómo le podría enseñar teatro a él, hasta que un día le dije 'levántate, vas a participar’. Cuenta que el niño salió corriendo a buscar a su mamá y regresó con un libro de señas en inglés y se lo entregó, a lo que Guevara trató de contestarle que en su casa lo estudiaría. ‘En la siguiente clase pude empezar a comunicarme con el niño por el libro que me había prestado, y empezó a integrarse a las clases de teatro’. Después de este momento, Guevara renunció a la Facultad de Comunicación Social y se matriculó en el Instituto Superior Especializado, que luego se convirtió en la Universidad de Las Américas.

‘Todos los padres que tienen un hijo sordo deberían tomar este curso’, sin embargo, en sus 11 años que lleva como instructora de este lenguaje, afirma que la menor matrícula son de los padres de familia, que la mayoría de las personas que llegan a esta aula es porque están vinculadas en su trabajo con una persona sorda. ‘Policías, maestros, enfermeras, abogados, hemos tenido diferentes profesionales que vienen a aprender el lenguaje’, expresa.

Ella concluye que todas las personas que tienen algún tipo de vinculación con un sordo, ya sea familiar o laboral, debería aprender el lenguaje de señas, porque ‘mediante estos cursos, la comunidad sorda se verá beneficiada por medio de la comunicación y participación activa en la sociedad en la que vive’. Es decir, que a medida que más personas conozcan este lenguaje, con mayor cantidad de personas podrán interactuar los sordos. Esta interacción la percibe Guevara, que también es presidenta de la Asociación Nacional para la Promoción de los Servicios de Interpretación para Sordos de Panamá, como adquisición de conocimiento.

Para Guevara lo más satisfactorio es haber sido intérprete de ‘Canal al día por cuatro años, el primer programa televisivo, y que los sordos te digan 'vi el Canal', no sabía eso o que te comenten lo que opinan del programa’, agrega.

Opina que en los programas, si no hay un intérprete, debe haber subtítulos, pues con medidas como estas se corta la brecha del conocimiento entre oyentes y sordos.

De un tiempo para acá, programas locales tienen su intérprete para sordos, por ejemplo, FETV Canal 5 y el noticiero matutino de Telemetro Canal 13. Esta intérprete dice que, cuando un programa es traducido al lenguaje de señas, los sordos corren la voz.


 
 
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