Luego de meses y meses de escribirse y encontrarse a 100. 0 Mbps de velocidad, solo 10% de un total de 2. 5 millones de ciberadúlteros, acaba conociendo personalmente a su ‘amante electrónico’.

Los ciberadúlteros son llamados a los que flirtean en internet con otras personas pese a tener pareja, según detalla un informe del Observatorio Español de Internet. El presidente de este organismo, Francesc Canals, explicó que el anonimato y la facilidad con que se contacta con otras personas en internet han contribuido a la proliferación de las infidelidades a través de la red, hasta el punto de que la mitad de los cinco millones de españoles que chatean habitualmente se reconoce ciberadúltero.

Ello significa, según Canals, flirtear, mantener conversaciones e intercambiar fotografías con alguien sin llegar a mantener encuentros presenciales. No obstante, y siempre de manera anónima, uno de cada 20 usuarios de internet se declara infiel a su pareja por el hecho de haber mantenido algún tipo de cita cara a cara con su interlocutor.

‘El anonimato preponderante en internet y la excitación que se experimenta por la conquista son elementos determinantes; muchos usuarios de chats confiesan sentirse estimulados por esta excitación que supone el hecho de ser valorado y cortejado por interlocutores del sexo contrario’, indicó Canals.

El auge de la infidelidad a través de la red ha llegado a tal punto que han surgido los denominados Private affairs on line, empresas que ofrecen coartadas a las personas casadas o con pareja para que tengan un desliz con garantías de no ser descubiertos. Estas empresas proporcionan toda la logística necesaria para que el encuentro extramatrimonial sea un éxito, llamando, si es necesario, a la pareja engañada, haciéndose pasar por jefes que reclaman la presencia del adúltero para supuestas reuniones de trabajo hasta altas horas de la madrugada.

También se ha constatado un auge del cibersexo, la práctica más común en el chat, en el que miles de usuarios intercambian conversaciones subidas de tono, se cuentan relatos eróticos y se fantasea con la posibilidad de conseguir un encuentro sexual que nunca tendrá lugar. A tenor de estos resultados, Canals calcula que uno de cada cuatro casos de divorcio que se producen en España ya tiene alguna relación con internet.

Al otro lado está que ‘una de cada 20 nuevas parejas tienen su origen en la red’, aseguró Canals. Explicó que actualmente existen unos 250 portales en España que actúan como agencias matrimoniales y ofrecen contactos a la carta previo pago.

Se prohíbe la inversión digital

Una nueva fatua (decreto islámico) emitió el Consejo Nacional Islámico de Malasia donde se prohíbe a los musulmanes del país emplear internet para invertir en bolsa o efectuar transacciones económicas.

Abdul Shukor Hasin, presidente del Consejo, argumentó que en las inversiones en internet se pagan intereses y garantizan beneficios, lo que, según precisó, contraviene los principios del islam.

‘Las inversiones vía internet deben parar de inmediato’, declaró Hasin. El 60% de los cerca de 24 millones de habitantes de Malasia -un Estado islámico moderado- practica la religión musulmana, mientras que el resto de la ciudadanía es mayoritariamente china e hindú y practica el budismo, el hinduismo o el cristianismo.

Sorbo de humor

Había una vez un tipo tan tacaño, pero tan tacaño, que un día que paseaba con su novia pasaron frente a un restaurante, y su novia dijo: -¡Qué rico olor!

Y el novio le dijo:

-¿Quiéres pasar de nuevo?

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¿Si estás en una casa que se está quemando y hay dos puertas; una que se está incendiando y la otra en que hay dos leones muertos de hambre, por cuál saldrías?

¡Por la de los leones!

¿Por qué?

¡Porque están muertos de hambre!

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Cierto día un hombre encontró una botella, al destaparla se dio cuenta de que tenía un genio y éste le dice:

Te concederé tres deseos.

A lo que el hombre responde:

Muy bien, mi primer deseo es tener mucha lana (dinero).

Entonces, el genio le dice:

¡Concedido!

Y lo convirtió en oveja.

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Primer acto: Hay una O.

Segundo acto: Hay un hombre limpiando la O.

Tercer acto: Esta el mismo hombre limpiando la O.

¿Cómo se llama la obra?

Las O limpiadas