Publicado el viernes 10 de noviembre de 2006 - Edici�n No. 871 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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ESTA SEMANA
Impulsando líderes

Hay panameños que dentro de la comunidad descollan por su empeño en mejorar su entorno. Algunos de ellos son captados y escogidos para el Programa de Liderazgo de Visitantes Internacionales.

Vannie Arrocha

‘Este es mi año’, dice la líder indígena gnobe-buglé del grupo Meri Sribere (Mujeres trabajando), Celia Palacios, al conversar con nosotros. Su explicación la basa en varias razones: es la coordinadora de este grupo de artesanas, anima a sus iguales a creer en ellas mismas, a ser proactivas y a no desmayar, y, principalmente, lo dice porque este año por vez primera ha viajado en avión y ha repetido la travesía tres veces.

La última vez que voló fue el mes pasado, para estar durante tres semanas en Estados Unidos como participante del International Visitor Leadership Program (en español, Programa de Liderazgo de Visitantes Internacionales), ya que fue escogida por oficiales de la Embajada de Estados Unidos en Panamá para participar en el programa enfocado en Desarrollo del liderazgo para la mujer de negocios, que se llevó a cabo del 7 al 28 de octubre.

Palacios y Delia Morales fueron las dos participantes panameñas escogidas para este programa.

El programa para líderes

El Programa de Liderazgo de Visitantes Internacionales del Departamento de Estado de Estados Unidos (IVLP, por sus siglas en inglés) se realiza desde 1940 y Panamá participa desde 1970. Se concibió para incrementar la comprensión a través de la comunicación en el ámbito personal y profesional entre los países del mundo y Estados Unidos. Según información proporcionada por Belsi Medina, de la Embajada de Estados Unidos, los participantes son dirigentes reconocidos o potenciales en diversos campos, entre ellos, gobierno, política, medios de comunicación, educación, economía, prevención de delitos y uso de estupefacientes, ciencias, medio ambiente, trabajo, derechos humanos, gestión de las artes y asuntos pertinentes a la mujer. S

on seleccionados por oficiales de las embajadas estadounidenses y viajan a Estados Unidos, donde se reúnen e intercambian ideas con sus homólogos en profesión o en ideales. Las personas que participan en este programa son postuladas, en cada uno de sus países, por oficiales de la Embajada o por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y son ratificadas por el Departamento de Estado. Los programas tienen dos modalidades: Programas generales (es un tema abarcador, donde participa un grupo de visitantes de varios países) y programas individuales (tailored program), donde el participante solicita su tema de interés.

‘Se busca panameños que dentro de su comunidad o profesión sean líderes, unos están académicamente muy preparados, otros no. De igual forma, son escogidos por la Embajada de Estados Unidos para el IVLP, porque lo que cuenta es ser un líder nato’, amplía Medina, y enfatiza en que ‘no es que la persona solicita ser considerada, sino que los oficiales de la embajada son los que analizan quién es líder en su área y los llaman’. Los participantes no necesitan saber inglés porque se les brinda intérprete de lenguaje. La gira dura tres semanas; el primer destino, y de carácter obligatorio, es Washington D. C. y luego se recorren tres estados, los participantes viajan con todos los gastos cubiertos.

Medina dice que cuando los oficiales de embajada viajan al interior tienen oportunidad de escoger a gente del campo, van a todas las ferias, tienen contactos y esto les ayuda en la identificación de nuevos líderes en las provincias. Acepta que le dan ‘prioridad a las mujeres. A veces se escoge a profesionales de alto nivel, pero no se limita la participación, porque el IVLP está enfocado a personas que tengan una trayectoria de liderazgo’. Entre los requisitos generales válidos aquí se puede apuntar la edad de 30 a 45 años, ser ciudadano panameño, ejercer liderazgo o un potencial efecto multiplicador de la experiencia y conocimiento adquirido, y preferiblemente, que no haya viajado a Estados Unidos. ‘Estas giras son más exitosas en personas que tienen poco contacto con Estados Unidos. El candidato ideal es un profesional joven que ocupe actualmente o en un futuro una posición de influencia, liderazgo y que se beneficiará a él y a otros de su visita’, explica la funcionaria.

Echando el cuento

Una vez se haya aterrizado en tierras norteamericanas se inician las tres agitadas semanas. ‘Son tres semanas que empiezan en Washington D. C. , se les da un pantallazo del Gobierno estadounidense y de cómo funciona. Trabajan con diferentes agencias que planifican las citas con respecto al interés del individuo’, cuenta Medina.

De Panamá no van más de dos o tres personas por año y antes se les da una pequeña charla. Palacios y Morales, las elegidas viven en el interior: Palacios vive en Quebrada de Loro en el distrito Mironó de la comarca Ngöbe Buglé, y Morales en la urbanización Las Sabanas, David, Chiriquí.

Palacios dice que aunque tenía intérprete se le dificultó entender varias cosas del programa, pero que la experiencia la enriqueció y la hizo crecer. ‘Ahora tengo más ánimo de dirigirme a mi grupo y decirle que pueden lograr lo que deseen, sólo tienen que confiar en ellas y dejar de menospreciarse’. Palacios en su comunidad hospeda a diferentes personas del Cuerpo de Paz y ha estado al frente de Mujeres Trabajando por más de seis años. Estas fueron unas de las razones por las que su nombre llegó a oídos de los oficiales estadounidenses.

La semana pasada estuvo de visita en la ciudad por un día y enseñaba orgullosa la costura que hace su grupo en una canasta plástica que cargaba. ‘Ahora mismo somos 20 mujeres y como no tenemos un taller, cada vez que entra una nueva le enseño el trabajo en mi casa y le explico lo importante que es el acabado fino de la costura’.

Palacios cuenta que la mayoría de sus compañeras del programa eran mujeres estudiadas, pero que eso no la cohibió. ‘Como mujeres todas tenemos derechos y les digo a mis compañeras 'tenemos que dejar a un lado el temor y dedicarnos a nuestra artesanía, que puede ayudar a nuestras familias económicamente’.

La cara profesional

Desde hace aproximadamente siete años, Delia Morales se ha dedicado a la capacitación. ‘He trabajado para distintos programas gubernamentales y privados como facilitadora en temas relacionados con el desarrollo de la micro empresa y desarrollo humano y, desde hace dos años, inicié mi propia empresa de capacitación, asesoría y desarrollo de proyectos, y en la actualidad dirijo varios proyectos en el área indígena, especialmente dentro de la comarca Ngöbe Buglé, mediante los cuales esperamos mejorar los niveles de ingreso, a través del desarrollo de emprendimientos rurales enfocados particularmente a la mujer indígena’.

Morales es licenciada en Administración Pública, tiene un profesorado y una especialización en la Gestión de Pequeñas Empresas. Cree que fue escogida por su solidaridad y humanidad. ‘La forma en que una persona logra alcanzar sus metas es importante, aun más si está basada en la perseverancia y dedicación, y por el alcance del trabajo que se realiza, ya que no sólo se trata de hacer un buen trabajo, sino de la forma en que ayudas a los otros, en especial a que mujeres en desventaja logren sus metas personales y objetivos’.

Según Morales, quienes hicieron posible su participación en este programa de liderazgo fueron miembros de la Asociación de Mujeres Profesionales y de Negocios de Chiriquí, y la persona que hizo la postulación a la embajada fue Hugo Salazar, encargado de asuntos agrícolas.

Aún emocionada, Morales cuenta su experiencia día por día. ‘La gira empezó en Washington donde pasamos siete días, conociendo sobre el sistema político de Estados Unidos, además la sede principal de algunas organizaciones de apoyo a la mujer; luego visitamos Memphis, en Tennessee, la tierra de Elvis Presley; es un lugar hermosísimo donde se conjuga la historia de las luchas de los negros en Estados Unidos con una moderna ciudad a orillas del río Mississippi’. Luego continuaron en ‘Boise, Idaho, es una especie de pueblo, bien al norte, pero para nosotros era una gran ciudad, donde encuentras desde modernos centros comerciales hasta excelentes autopistas. Aquí tuvimos la oportunidad de reunirnos con mujeres que están a cargo de granjas, fincas con cultivos tradicionales del área, como las manzanas, peras, albaricoques, entre otros’. Cuenta Morales que su viaje terminó en San Diego, California, donde se les tenía preparada la capacitación para mujeres líderes.

Morales opina que la primera parada en Washington es indispensable, porque allí les explican cómo funciona el gobierno norteamericano. ‘Esto es básico, ya que a lo largo de la gira se abordan diferentes temas que si no comprendemos el funcionamiento del Gobierno estadounidense, se nos hace difícil entender por qué se hacen las cosas de una manera u otra. . . Teníamos una agenda apretada, eran alrededor de tres a cuatro reuniones por día, incluso sábados y domingos. Además de una que otra reunión social por las noches’.

Sin embargo, para esta chiricana las reuniones más fructíferas fueron la visita al Capitolio en Washington, ‘donde nos atendió una representante de uno de los congresistas y nos dio un tour por el lugar’. También cuenta que tuvieron la oportunidad de reunirse con ‘algunas de las socias de la Cámara de Comercio de Mujeres Estadounidenses; visitamos el Departamento de Estado y nos entrevistamos con el director de la Oficina de la Mujer; realizamos intercambios de experiencias con la Asociación de Pequeñas Empresarias de la ciudad, la Asociación Nacional de Mujeres Dueñas de Negocios y con los directivos de la Small Bussiness Administration, organización que da financiamiento a pequeñas empresas, además de reunirnos con el departamento de Desarrollo de la Mujer en el Banco Interamericano de Desarrollo’.

Otra parada que enriqueció a Morales fue cuando el grupo estuvo en el Centro de Investigación de la Mujer de la Universidad de Memphis, ‘conversamos sobre la evolución del papel de la mujer en la economía de este país’. A Morales se le hace imprescindible la necesidad de trasmitir todo lo aprendido, ‘creo que este crecimiento no sólo es profesional, sino también humano; es necesario participarlo a otras mujeres y por qué no, a los hombres, para que les ayude en el fortalecimiento de sus negocios’. Morales regresó con contactos y nuevos planes. ‘Está en mis planes crear una fundación que se focalice en dar oportunidad a la mujer rural, en especial a las jóvenes, para mejorar sus capacidades en todas las áreas. Y crearemos una alianza estratégica con varias de las organizaciones que representaban mis compañeras en sus países a fin de fortalecer nuestro negocio’.


 
 
ESTA SEMANA
El panameño. . .
Impulsando líderes
Inspirados en la patria
 
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