Publicado el viernes 8 de junio de 2007 - Edici�n No. 899 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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EL PERSONAJE
Ruth de Rodríguez
Creativa y servicial

A esta profesora de diseño le apasiona trabajar con fibras naturales, crear diseños artesanales y compartir sus conocimientos, especialmente con mujeres indígenas, para que exploten sus talentos y mejoren su calidad de vida.

VANNIE ARROCHA

Atraída por el amor, la chilena nacionalizada panameña Ruth Arriatti de Rodríguez llegó a este país cuando tenía 25 años.

Esta profesora de diseño artesanal conoció a su esposo, Víctor Rodríguez, en la Escuela de Diseño en Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, cuando ella estudiaba Diseño en Pequeña Plástica y él Diseño de Interiores. ‘Yo fui la primera novia de él y él fue mi primer novio, nos casamos y hasta el sol de hoy. . . ’, expresa sonriente.

Tiene dos hijas: una bióloga que reside en Estados Unidos y una abogada que le sirve de modelo para sus creaciones. ‘Ya tengo 64 años, así que prácticamente he pasado mi vida en Panamá’, dice.

Actualmente, es catedrática de Diseño Artesanal y titular de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá (UP), y además es la relacionista pública de la facultad, ad honórem.

Durante los 39 años que ha vivido en este país, ha prestado su tiempo, talento y conocimientos a los demás. Por ejemplo, desde hace seis años dicta cursos de calidad en el diseño, a través de la Dirección Nacional de Artesanías en diferentes regiones. Por iniciativa propia trabaja con un grupo de madres indígenas solteras residentes en Chepillo, Vacamonte. Ella les enseña a mejorar sus técnicas de confección, a trabajar con las fibras naturales que tienen en su ambiente y les busca clientes.

Y si no domina un tema, ese no es motivo para que Ruth deje de organizar un seminario; ella cuenta que ‘hace como 20 años’ captó, de una en una, a ocho prostitutas en Vía Veneto, y les planteó que tenía conocimientos para compartirles. El grupo creció hasta 40 personas y obtuvo el permiso para dictarles seminarios para aprender a montar un negocio en la Universidad de Panamá. Buscó a expertos en el tema, y así logró este proyecto de capacitación. Añade que aunque no todas cambiaron su forma de vivir, algunas sí sustituyeron su anterior oficio por un salón de belleza, por un quiosco para vender frutas o alimentos, y eso le satisfizo.

Este ímpetu por ayudar a otras personas la llevó a ganarse, en 2000, el premio Mentorship de la ONG Dialogue on Diversity. Este premio resalta la labor de las mujeres en América como empresarias o por su ayuda comunitaria.

Cambio, no paternalismo

Cuenta Ruth de Rodríguez que el deseo de ayudar a los demás se lo inculcó su madre, quien era arquitecta. Recuerda que de niña la acompañaba a reuniones donde asesoraba a grupos aborígenes y campesinos en Chile. Su madre incluso diseñó el primer telar para trabajar con la totora (planta perenne).

De Rodríguez afirma que ‘no creo en el paternalismo’. Dice que a la gente no se le puede dar todo, porque pensará que las cosas son fáciles. ‘Yo creo en el cambio cuando tú le das las herramientas de trabajo y las haces sentir que son dueñas de lo que están adquiriendo’. La diseñadora artesanal señala que es difícil comenzar un proyecto, pero que es un logro que a ella le satisface, por lo que sus tutorías son gratuitas.

La primera vez que llamamos a Ruth de Rodríguez era un martes a las 8:00 p. m. ; ella estaba camino hacia el interior para dictar sus cursos de calidad en el diseño artesanal a mujeres indígenas de la región de Las Tablas. De Rodríguez está agradecida con la Dirección Nacional de Artesanías, porque la llaman para dictar estos cursos y luego de eso les entregan a estas mujeres el carné que las respalda como artesanas.

La directora nacional de artesanías, Marta Irene Boza, confirma que mediante un convenio que tiene con la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá, de Rodríguez imparte cursos en áreas de Herrera, Los Santos y Chiriquí de forma gratuita, y la dirección sólo le cubre los gastos de comida y transporte.

‘El último seminario que dictó fue de elaboración de maniquíes para 250 artesanos de Los Santos, con la finalidad de que la gente vea con mayor vistosidad los productos’. Boza comenta que la colaboración de esta diseñadora ayuda a que los artesanos eleven la calidad de sus productos. A Ruth le agrada cooperar con la parte en la que flaquea la artesanía panameña: refinar la mano de obra artesanal.

Ruth explica que para ayudar necesita a su vez ayuda y que, por lo general, recibe apoyo, pues ‘la gente cree en ti y te apoya cuando ve que lo que haces no es falacia ni política’.

Alma diseñadora

Ruth agrega que la Facultad de Arquitectura, en la que trabaja desde que tenía 27 años, le ha dado apoyo en los seminarios que dicta. Aún con su acento chileno, cuenta que los dos últimos decanos fueron estudiantes suyos.

Comenta que con la ex decana de Arquitectura y actual vicerrectora de Extensión de la UP, María del Carmen Benavides, comparte el interés por el diseño de modas, y comenta que ésta fue un pilar básico en los desfiles de moda que desarrolla cada año esta facultad y que probablemente en 2008 se ofrezca la licenciatura en diseño de modas y textil en esta escuela, si se aprueba el plan de estudios.

Con esta pasión por el diseño y el anhelo de ayudar a su grupo de Chepillo, diseñó y confeccionó, con fibras naturales teñidas, una pequeña colección para participar en el concurso artesanal que organizó el Ministerio de Comercio e Industrias, y, aunque no ganó, la originalidad de sus creaciones obtuvo renombre. Por ejemplo, llamó la atención de diseñadores de moda como Helene Breebaart, quien ha elogiado su trabajo.

En defensa de los gatos

Aunque parezca increíble, hay otro servicio que presta Ruth a la comunidad y los beneficiados en esta ocasión son los gatos.

‘Yo soy protectora de los animales que andan en soltura’, dice, y cuenta que los cuida y hospeda en su casa hasta que se recuperan y luego los lleva a hogares sustitutos. Por eso razón debe levantarse a las 4:30 a. m. para prepararles la comida antes de marcharse a trabajar.

Ruth de Rodríguez parece no cansarse y atribuye esto al vaso de noni en ayunas que ha tomado por años, además se autocalifica como una ‘doña moderna’, y al observarla, de eso no cabe duda.


 
 
ESTA SEMANA
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