Publicado el viernes 8 de junio de 2007 - Edici�n No. 899 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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¿Qué hago con mis arañitas?

Las venitas en las piernas pueden pasar de ser un asunto estético a un problema de salud. Con maquillaje no se resuelve el problema.

Esther M. Arjona

Algunas mujeres no pasan de los pantalones por una sencilla razón: no permitirán que nadie vea esas líneas rojas azulosas que se asoman en sus pantorrillas.

Las venitas o arañitas, como son llamadas, son el primer síntoma de una enfermedad vascular. Aparecen de buenas a primeras y para muchas no representan un mayor problema, pues aparte de la mala impresión a la vista, no generan ninguna dificultad.

Más de cuatro han echado mano de su maquillaje para disimularlas en algún evento especial, sin embargo, gracias a la tecnología es mucho más fácil deshacerse de ellas de manera permanente.

Claro está, en algunas ocasiones, de inocentes venitas pasan a ser un problema mayor que requiere de otro tipo de tratamiento. ¿Por qué sucede esto?

¿Qué son las várices?

‘Las várices son dilataciones de los vasos venosos, desagradables a la visión’, indica Olmedo Souza, cirujano cardiovascular.

Estas dilataciones pueden ser de varios tipos, pueden ser solo superficiales o de mayor tamaño pero poco visibles. Otras sobresalen de la piel y otras aparecen cuando los troncos principales de las venas se dañan.

Las várices producen dolor, pesadez, cansancio, sensación de adormecimiento e hinchazón y deben ser tratadas para evitar las complicaciones de la enfermedad varicosa, complicaciones que pueden presentarse luego de años o al día siguiente.

Las enfermedades varicosas no aparecen por una razón pura, más bien por una serie de factores que inciden en ella.

‘Un determinante factor hereditario, la vida sedentaria, el sobrepeso, los embarazos, el trabajar mucho de pie o sentada, y algunas trampas de la moda, como usar ropas demasiado ajustadas y el uso de tacones. Obviamente las mujeres tienen mayor predisposición que los hombres a sufrir de várices por los cambios hormonales, sobre todo en el embarazo, pero los hombres también sufren de várices’, afirma Souza.

En cuanto a las alternativas de tratamiento para la enfermedad varicosa, lo primero que hay que analizar es de dónde viene el problema, pues si se trata como algo meramente estético no se llegará al fondo y no se alcanzará una solución.

Más que estética

‘No porque se trate solo de arañitas significa que el problema es meramente estético’, señala Souza. ‘En la actualidad es sabido que un conjunto de venitas puede causar el síndrome del pie cansado, una sintomatología causada por daño en el circuito venoso. Lo correcto es evaluar la circulación venosa para saber si realmente se trata de algo meramente cosmético o si en realidad tiene un trasfondo de salud’.

Por esta razón, debe hacerse una evaluación médica y no solo un tratamiento de belleza.

De acuerdo con Souza, ‘no basta con tomar una aguja y una jeringa e inyectar una solución. Por eso unos hablan mal de algunos de los procedimientos utilizados. Los procedimientos actuales en manos experimentadas y adecuadas funcionan y muy bien, pero hay que evaluar la situación en forma adecuada’.

Tratamientos

Para el problema de las várices existen varios tipos de tratamiento.

Como ‘tratamientos no invasivos’ están los medicamentos y las medias de compresión graduada.

Estos se dirigen a aliviar la sintomatología y a disminuir la evolución de la enfermedad, pero hay que actuar sobre los vasos que están dañados para que se sienta una mejoría.

Entre los ‘métodos mínimamente invasivos’ está la escleroterapia. A través de jeringas y pequeñas agujitas se inyecta una solución que produce el cierre de los vasos que están dañados. Otro de los métodos es el láser, que ha probado ser un método efectivo si es usado por expertos.

El endolaser o láser endovenoso es un método alternativo a la cirugía. A través de una pequeña fibra láser que se introduce por una aguja se pueden cerrar vasos que se encuentran lejos de la piel por lo que no están a simple vista. Es un láser que requiere de mucha destreza en manos experimentadas.

Esta técnica ofrece varios beneficios al paciente, pues no se requiere de anestesia y funciona para pacientes que deben reintegrarse muy pronto a su trabajo. Además, no tiene los riesgos de una cirugía como las heridas, cicatrices, sangrados, procesos infecciosos y demás.

Por último, están los métodos invasivos como la cirugía, que requiere de mayor tiempo de recuperación, el uso de anestesia, ya sea regional, raquídea o general. Además de los riesgos del procedimiento quirúrgico en sí, debe considerarse el tiempo de recuperación de la cirugía.

Profesionales capacitados

De acuerdo con Souza, ‘lo correcto es que el tratamiento de las várices esté en manos de un cirujano cardiovascular o cirujano vascular periférico. Para obtener buenos resultados se requiere de entrenamiento vascular y mucha experiencia’.

Tratamientos como la escleroterapia y el láser no están reglamentados en el país y por eso es que personal que no tiene experiencia médica los ofrece.

‘Si el paciente está en una fase en la que no hay un trasfondo importante, puede ser que lo controlen, pero si no, no lo harán’, detalla Souza.

Várices y embarazo

El embarazo exacerba el problema de las várices, pero esto no es una excusa para no tratar el problema antes.

‘Las várices deben tratarse una vez descubiertas para evitar las complicaciones que no sabemos cuándo van a ocurrir. La mujer debe ir a un embarazo con las várices controladas porque, dependiendo de la magnitud de las várices o la complejidad de la enfermedad varicosa, se puede aumentar el riesgo en el embarazo’, dice Souza.

Es cierto que con del embarazo las várices van a salir, así como lo van a hacer por el resto de la vida si se tienen los factores necesarios, pero por eso uno no va a esperar a tener todos los hijos para después tratarlas. La paciente que las trata antes va a sufrir menos en el embarazo’.


 
 
 
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