Publicado el viernes 8 de junio de 2007 - Edici�n No. 899 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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SALUD
Para pensar mejor

Lo que comemos no solo marca la apariencia del cuerpo y el estado de las arterias, sino también cuán en forma está nuestro cerebro.

Redacción de ellas

Mucha atención se le presta a las mil y una recomendaciones para mantener el cuerpo sano y además combatir los síntomas de la vejez. ¿Y qué pasó con el cerebro? Ese órgano que además de ser parte de nuestro cuerpo, rige nuestras acciones, pensamientos y hasta sentimientos, por nada del mundo desearíamos que se pusiera perezoso. Entonces, ¿cómo hacer para que el cerebro se mantenga activo y no le caigan los años?

Pues no debería ser ninguna sorpresa que para mantener el cerebro ‘en forma’ se requiere lo mismo que necesita el cuerpo para estar en condiciones: ejercicio y dieta sana.

En cuanto a la dieta, la Asociación Dietética Americana recomienda un desayuno bien nutritivo, por ello su énfasis en los estudiantes para que lo hagan.

Además investigaciones han demostrado que lo que alimenta mejor al cerebro son los vegetales de hojas verdes, frutas como la fresa y los pescados grasos, sobre todo si son de agua dulce. Estos últimos ayudan a la memoria a corto plazo y se ha comprobado que retardan la demencia y previenen el Alzheimer.

Además de una dieta sana, hay que mantener una sana presión arterial y bajos niveles de colesterol, para no poner en riesgo el sistema cardiovascular, del que depende también el cerebro.

Aquí es donde entra en juego el ejercicio, que no solo mantiene la presión arterial en buen nivel, sino que ayuda a llevar oxígeno al cerebro a través de la sangre. Así que mantenerse físicamente activo es esencial para que la mente también lo esté.

Por supuesto, también están los ejercicios mentales. Algunos médicos señalan que el funcionamiento del cerebro funciona bajo el principio ‘o lo usas o lo pierdes’, es decir, aquellas áreas que no se utilizan comienzan a apagarse.

La escuela primaria Chineham Park en Inglaterra ofrece un claro ejemplo de cómo la alimentación ayuda al cerebro. Allí se ha implementado un plan piloto para mejorar el aprendizaje y conducta de los estudiantes a través de cambios en la dieta y el ejercicio. El programa se concentra en ofrecer un desayuno saludable, mejores comidas en la escuela, cocina casera en casa (se involucra a los padres y se intercambia información nutricional), suplementos de vitaminas y ejercicio. Los resultados después de solo un periodo de clases son interesantes, los chicos mejoraron su nivel de atención, concentración y velocidad de respuesta. Mientras que antes del programa ‘Comida para el cerebro’ siete chicos presentaban síntomas de déficit atencional, luego de los cambios solo cuatro presentaron síntomas. Los educadores también destacan que la actitud de los estudiantes hacia sí mismos y hacia los demás ha mejorado.

Esto demuestra que una dieta sana, cargada en vegetales y pescado, y el ejercicio físico, no solo mantienen el cuerpo sano, sino también al cerebro en plena acción, no importa la edad.


 
 
 
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