Publicado el viernes 20 de abril de 2007 - Edici�n No. 892 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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POR LA SOMBRITA
La bruja del edificio

Puede ser insoportable, pero este personaje está convencido de que, gracias a sus artes, el edificio no se ha convertido en tierra de nadie.

Roxana Muñoz

Usted cree que solo existe una. Se equivoca. En todos los condominios hay una ‘bruja del edificio’, llamada así, en especial, por los escandalosos, los desaseados y los morosos.

Es esa a quien todo le molesta, le huele mal, se queja de vicio y no le pesa el dedo para llamar a la corregiduría y denunciar al del 14B, nuevamente. Hace poco conocí a una de ellas y le pregunté por qué asumía ese papel; le comenté que me parecía que se estaba desgastando agarrando coraje por gusto. Me dijo que iba a escribirme sus razones y que ojalá se las pudiera publicar. Con su permiso, lectores, aquí reproduzco su queja, digo, su carta:

‘Sí, se que me llaman la bruja del edificio y no me importa. Seré la mala si eso significa abrir la boca bien grande cada vez que encuentre bolsas de papitas vacías o envoltorios de pastillas en las escaleras, ¿acaso no tienen manos?

Seguiré quejándome cuando amanezcan cenizas en mi balcón y al ver a chiquillos que no pertenecen al edificio subir y bajar las escaleras como juego.

Voy a cerrar la puerta de abajo –y no dejarla abierta para los que olvidan la llave– porque así no se meten los ladrones; cuando eso pasa nunca entran a robar a la casa del que olvidó cerrar la puerta.

Sí, me voy a quejar si se ponen a beber en el estacionamiento, ¡borrachines! Y seguiré pegando esos letreros de ‘No tire la puerta’. A la del piso de abajo le advierto que deje de sacar su basura apestosa al pasillo. Muy bonito, como no aguanta el olor, lo comparte. Y sí, confieso que fui yo quien llamó a la policía la última vez que armaron esa fiestecita.

Ah, y espero que no vuelvan a estacionarse en mi puesto; la próxima vez no respondo (ya me mandé a hacer un letrero de ‘prohibido estacionarse’ por orden de la corregidora, para ver si así respetan).

¿Por qué insisten en sacar cables por fuera del edificio, en colocar antenas estrambóticas, poner verjas deformes que afean los edificios? ¿Por qué tiran basura desde el balcón?, ¿es que no tienen basurero en sus casas?, para regalarles uno. Y a ese vecino que quema azufre en su casa a las 12:00 medianoche lo voy a descubrir, así como también voy a averiguar quién fue el que en enero bajó su arbolito seco y dejó todas las escaleras sucias con un reguero de hojas de pino.

Yo sé que no estoy loca. Otras vecinas también están aburridas de lo mismo, pero no quieren tener enemigos en el edificio y otras están demasiado ocupadas y atareadas con sus niños. Pero yo trabajo desde mi casa y no me canso fácilmente. Claro que no me hago ilusiones, sé que algunos de mis esfuerzos son en vano. No voy a evitar que sigan clavando cosas a las 8:00 a. m.

También sé que seguirán dejando la basura afuera del basurero comunal ¿les pesa la mano?

Algún día verán que yo tenía razón. Y lo dejo hasta aquí porque alguien acaba de tirar la puerta de abajo por enésima vez, y voy a ver quién fue’.

PD. La autora de esta columna quiere aclarar que se solidariza a medias con la bruja del edificio. Al aceptar vivir en un barrio o condominio siempre hay roces; la única forma de evitarlos es irse a vivir a una finca de 10 hectáreas y poner la casa en el centro.


 
 
 
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