Dedican horas de trabajo y desvelo creando dulces y tarjetas que tanto complazcan los paladares como que expresen buenos deseos en las fiestas navideñas.

Son las caras detrás del delicioso dulce o ron ponche que probó en la cena navideña; de la creativa tarjeta donde venía la dedicación de su ser querido, amistad o compañero del trabajo, o del árbol creativamente decorado que vio en el lobby del edificio o del banco que suele frecuentar.

Para estas mujeres, hijas, hermanas, amas de casa, esposas y hasta abuelas, las semanas previas a la Navidad son de ajetreo, pero de hacer lo que les apasiona.

> Rodeada de nacimientos y dulces

Para visitar la sede de Delicias de Santa, que es el apartamento de su dueña, Tillie Bellizzi, se necesita fuerza de voluntad, porque apenas entras el olor a dulce y ron ponche te invade, y las mesas, el comedor, los estantes y hasta algunos muebles están repletos de creativas envolturas que dentro llevan rum cakes, dulces de frutas, ron ponches, galletas y brownies, que su creadora se desvela haciendo para que el negocio casero que ideó -junto a dos amigas, pero que ahora maneja sola- hace cinco años complazca a su clientela.

‘Lo diferente de esto es que son pedidos especializados que se hacen en casa con los mejores ingredientes y mi directa supervisión’, explica Tillie, quien es una mujer joven que trabaja de enero a noviembre en una compañía de software, y diciembre lo toma de ‘vacaciones para no salir de la cocina, donde junto a su ayudante Rosita, producen los pedidos para el día siguiente.

Desde el Día de la Madre está trabajando, ya que una compañía le pide 4 mil 500 bolsas de galletas para entregar a sus clientas. Luego empieza la cuenta regresiva para Navidad, que son tanto pedidos de un solo dulce como grandes pedidos de compañías. ‘Cada año tenemos más clientes’, cuenta Tillie, ‘cuando la gente recibe, prueba y llama para a su vez pedir, es una gran satisfacción. . . nos esmeramos porque todo salga perfecto’.

‘Los cakes de frutas son los más populares’, cuenta la creadora de las recetas que ha ido modificando cada año y ahora ofrece más de nueve variedades de dulces, entre ellos de manzana y albaricoque, y 20 clases diferentes de brownies. Confiesa que es más amante de la comida salada, por lo que no prueba los dulces, pero confía en Rosita y en sus clientes que le garantizan que están deliciosos y muchos le dicen que ‘son los mejores que han probado’. Convertirse en una compañía grande quizá está entre los planes de Tillie cuando se jubile, pero por ahora se mantiene feliz en su pequeña cocina con un horno grande que aguanta hasta 12 dulces por horneada y sin tener que salir a comprar los ingredientes ni los regalos pues sus hijos la ayudan con esa parte, y ella a su vez les garantiza que se chuparán los dedos en la cena de Nochebuena.

> La herencia de la abuela

Ana Gabriela Stratmann tiene que desvelarse en diciembre haciendo dulces para poder cumplir con los pedidos de sus familiares y amigos, pero no le molesta hacerlo. ‘Me llena de satisfacción escucharlos hablar de qué tan rico estaban los dulces, sobre todo los rum cakes que son los más populares’, dice Ana Gabriela, quien es la creadora de Victoria's Kitchen, un pequeño negocio que se ha quedado limitado a llegarle a familiares y amigos por el poco tiempo que tiene para dedicarle.

Trabaja a tiempo completo como gerente de mercadeo visual de una marca de ropa, lo que también le encanta, por lo que no ha podido ocuparse al 100% de un negocio como el de la cocina ‘que lleva mucho más de 100% de trabajo’, asegura, ya que durante la época navideña debe invertir mínimo 15 horas a la semana para poder cumplir con los pedidos.

Todo empezó cuando de chica observaba a su abuela Victoria hacer dulces. ‘Yo me le pegaba en la cocina para ver todo lo que hacía... además para esperar lo que sobrara de la leche condensada’, cuenta. ‘No había una persona que no llamara para felicitarla cuando probaba sus dulces, porque siempre eran exquisitos’. Por esas experiencias, ahora es una apasionada de la repostería.

De su abuela heredo ese don, porque sus dulces son elogiados por todo el que prueba un bocado. ‘Los más pedidos son el cuatro leches, rum cake, key lime pie,

banana cream pie y explosión de chocolate, que es un invento mío y que es delicioso. Es una mezcla de chocolate con manjar blanco, es adictivo’.

Esta joven es una amante de la cocina y le encanta inventar recetas. ‘Lo bueno es que tengo un buen catador para la aprobación de recetas, mi papá, que prueba todo’, cuenta Ana Gabriela, quien cocina en casa de sus padres, donde vive. ‘Volteo la cocina, pero al final vale la pena’. Stratmann espera poder convertir en realidad el hacerlo un negocio, ‘donde pueda presentar mis menús a todo el público’.

Creativas con las manos

Tanto a Melissa Díaz como a Yelitza Querales les gusta hacer manualidades desde chicas. Ambas disfrutan de agregarle detalles y su toque personal a todo lo que hacen. Las dos son diseñadoras gráficas y empezaron haciendo tarjetas y manualidades para uso personal y luego terminaron recibiendo pedidos en casa.

Hace poco más de cuatro años, cuando Melissa se iba a casar, hizo las tarjetas para su shower y detalles como misales, etiquetas para mini chocolates, tarjetitas para las cajitas del dulce, etc. De allí en adelante las ha hecho en cada cumpleaños, Día de la Madre y Navidad. ‘Este año hice las chocotarjetas navideñas, que son una barra de chocolate envuelta en una etiqueta con diseño y mensaje navideño personalizado. Las entrego forradas en celofán transparente con lacitos, listas para regalar’, señala.

Las ‘chocotarjetas’ cumplen una doble función, porque son tarjeta y regalito a la vez. ‘Creo que por eso a la gente les ha gustado tanto y han tenido tan buena acogida, y es lo que más han pedido para esta Navidad’.

Yelitza, por su parte, es venezolana y llegó a Panamá hace seis años cuando se unió a Vivecka Grau y su compañía Paper Bouquet, que se dedica a la confección de todo tipo de tarjetas. En su taller casero recibe los pedidos vía e-mail y realiza los diseños en su computadora o a mano. Este año ha seguido confeccionando tarjetas navideñas de todo tipo y fundó Party Design, que además de organizar eventos especiales, ofrece la decoración de arbolitos de Navidad. Decoró con una socia varios arbolitos que le piropearon y planea continuar haciéndolo, aunque dice que es un arduo trabajo que requiere de varias horas de dedicación, ya que conlleva desde diseñar el estilo que llevará el arbolito, comprar los accesorios, hasta decorarlo en su totalidad.

De la cocina de Mamiña

Guelda de Spirito aprendió a cocinar para complacer a su esposo Tony, italiano y amante de la comida de su país. Siempre le había gustado, pero este motivo la impulsó a involucrarse e idear recetas nuevas.

Lastimosamente había un plato que a sus seis hijos, cinco mujeres y un hombre, no les gustaba: el dulce de frutas navideño. ‘Hablando con mis cuñadas en Italia me dieron la receta del dulce de ciruelas pasas, que es una receta inglesa, un dulce derivado del pudín de ciruela que ellos hacen’, y ella la modificó a su gusto y al de sus hijos.

‘Como me gusta el dulce, comencé a hacerlo’ cuenta, y ahora se ha vuelto famoso entre los pedidos navideños y a sus hijos les encanta.

Las dos semanas antes de Navidad son agitadas para ella y sus ayudantes en la cocina de Villa Spirito, en Las Cumbres. ‘Cocino todo aquí en mi cocina’, cuenta, ‘tengo dos muchachas que me ayudan, sobre todo una que ya tiene como 29 años conmigo’.

En diciembre solamente recibe pedidos del dulce de ciruelas pasas, porque no se da abasto para producir otros, y desde el 8 de diciembre está realizando entregas. ‘Son dos semanas de ardua labor... Al día te puedo hacer 30 dulces de tamaño pan de molde y a veces 24 dulces grandes’. En total produce cerca de 500 dulces para cumplir con los pedidos que recibe hasta el 15 de diciembre, fecha límite que ha puesto, ya que ‘a todo el mundo en Panamá se le ocurre que quiere dulce a última hora’.

Desde que sus hijas están grandes y casadas tiene más tiempo para dedicarse a su cocina y cuenta que ellas son sus mejores críticas. ‘Mi hija mayor viene y me prueba la salsa que yo le echo encima al dulce, que es una hard sauce de mantequilla con ron... y me dice 'esto sabe mucho a ron o mucho a mantequilla'. . . son mis mejores críticas’.

Para María Antonella Spirito de Samudio, la menor de los seis, el dulce de ciruelas pasas de su mamá ‘es una tradición familiar’. Recuerda que de pequeña ponían a todas las hijas a cortar nueces, picar ciruelas y cernir la harina, y en vacaciones ayudaban en la cocina.

‘Como no es el típico dulce de frutas. . es muy rico y cuando lo comes no quieres parar. Mis hermanas mayores lo han aprendido a hacer aunque yo prefiero comerlo’, cuenta María Antonella.

La gente que ya lo ha probado me dice que este año me quedó mejor que el año pasado, pero es la misma receta de toda la vida. . . no te cambia absolutamente nada, es la original y uso la misma calidad’.

‘De la cocina de Mamiña’, como le llaman sus hijas al negocio casero, por que sus nietos así le dicen, no descansa. ‘Parece Mamá Claus’, comenta su hija menor, por la cantidad de pedidos que tiene que cumplir, ‘pero al final es gratificante, pues a mi mamá le encanta cocinar y complacer a los demás’.

Además de producir 500 dulces, también es la encargada de preparar el menú entero para la cena de Navidad de los Spirito.

El menú de la cena navideña es irresistible: ‘tenemos el pavo, al que le hacemos un relleno muy italiano que es huevo con queso parmesano batido, entonces se le echa a los interiores del ave, se rellena con esto y se hornea con este sabor adentro... hago mis cosas panameñas, arroz con guandú, plátanos en tentación, tamales, jamón. Les hago el dulce de ciruelas pasas, dulce de chocolate, últimamente he estado haciendo un ron ponche que a mí me gusta espeso, entonces hago uno bien antiguo en que se cocinaba la leche y el huevo a baño María por horas. . . ’, y así Guelda puede seguir explicando en detalle todas las delicias de su cocina, donde tiene más de 25 años creando delicias para complacer el paladar de sus seres queridos y de su fiel clientela.