Publicado el viernes 22 de diciembre de 2006 - Edici�n No. 876 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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Los empollerados

Tras su primer trabajo juntos en un libro sobre el casco antiguo, Efraín Gómez y Shoshana Levy lanzan este mes un libro sobre la pollera, en edición limitada.

Gail Jammal

¿De dónde surge la idea de hacer 'Polleras Panameñas'?

Shoshana Levy: Un día, mirando libros sobre polleras, nos percatamos de que ninguno mostraba la belleza y el detalle que tiene el traje nacional. Así surge la idea de hacer este libro, que será admirado por muchos.

¿Cuál es el estilo de este libro?

Efraín Gómez: Se denomina coffee table book. Es un libro que uno puede ojear y ver cuantas veces quiera, y a pesar de contener todos los textos necesarios, no necesariamente es un libro de lectura.

Es un libro sobre el amor que sientas por ti mismo, por tu país y tus raíces. Que debe estar en las mesas de la sala de los panameños, porque así se promueve el folclore, cultura y raíz del país.

¿Cómo defines la pollera?

Levy: Sumamente femenina y romántica, con encajes y labores exquisitas de mucho detalle. Representa a Panamá y la coquetería de la mujer panameña.

¿Los jóvenes le dan a la pollera el valor que merece?

Levy: Sí. Te doy un ejemplo, una modelo que aparece en el libro, forma parte de un conjunto folclórico y desde que nació su papá fue ahorrando dinero para comprarle su pollera con sus joyas. Hoy tiene dos polleras muy hermosas.

Es algo interesante, pues en un altísimo porcentaje, dentro de cada mujer que se considere panameña, existe el deseo de vestirse con una pollera.

¿Qué hallazgos encontraron con este trabajo?

Gómez: A lo largo de estos dos años, hemos conocido un mundo fascinante, con polleras centenarias, joyas muy especiales que no se mostraban ni lucían; lo demás ha sido un recorrido por los festivales.

¿Qué hace falta para valorar a la pollera?

Levy: Ojalá que este libro contribuya a que se haga un museo dedicado a la misma, y aparte, sería interesante hacer un inventario de las polleras que hay. Es decir, sacarle un registro, como una cédula para cada pollera, ya que esto es una obra de arte única y hay que tratarla como tal.

¿Alguna experiencia memorable?

Levy: Ponerme una pollera con todos sus accesorios por primera vez. Me sentí como una princesa a la que engalanan. Y luego, como era pollera de concurso, pesaba una tonelada. Admiro a aquellas mujeres que se pasan horas bailando con el traje puesto.

¿Qué desconocemos de la pollera?

Levy: Que hay distintas interpretaciones de hasta dónde puede llegar a analizarse el vestuario típico. Lo que para unos es aceptable, para otros no, y hay diferencias entre los folcloristas.

¿Y el traje típico del hombre?

Gómez: Las 160 páginas que tiene el libro apenas son suficientes para poner los diferentes vestidos de la mujer con sus detalles; además preferimos concentrarnos, pues no es un libro sobre trajes típicos, sino de la pollera en sí.


 
 
 
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