Publicado el viernes 22 de diciembre de 2006 - Edici�n No. 876 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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SALUD
Edad no es barrera para la anorexia

Una niña de 10 años que desarrolló anorexia, hasta una mujer de 43 años, casada y con hijos, que sufrió de la enfermedad. Los desórdenes alimenticios no tienen edad ni fecha en el calendario.

Deborah Haynes | Reuters

La hija de Marg Oaten era una niña feliz y saludable a quien le encantaba el tenis de mesa y el teatro, hasta que a los 10 años desarrolló anorexia. Doce años más tarde está todavía luchando contra la enfermedad que casi la mata. En su momento más oscuro, vivía con cinco copos de cereal al día, acompañados por lo que le entraba en la boca de agua.

Niños tan pequeños como de siete años pueden padecer desórdenes alimenticios y la enfermedad también afecta a mujeres mayores y hombres, aunque según los expertos es más común entre las muchachas jóvenes.

Bulimia, cuando una persona se da una comilona y vomita, es de dos a cinco veces más común que la anorexia, cuando alguien restringe su ingesta de alimento y bebida.

Ambos desórdenes psiquiátricos pueden ser fatales. Dos modelos de América Latina murieron este año después de volverse anoréxicas o causar problemas en la salud como la fragilidad ósea o la infertilidad.

La hija de Oaten dijo que el temor de los cambios en su cuerpo a medida que se acercaba a la adolescencia, sumado al acoso en la escuela, la llevó a dejar de comer. Su peso cayó y ella terminó en el hospital. Dos años más tarde, no obstante, desarrolló bulimia. Ahora, con 22 años, ha sido sometida a cirugía debido a un prolapso intestinal y todavía se induce el vómito. Pero está tratando de mejorar y ha usado su experiencia para fundar un grupo de apoyo.

> Niños pequeños

‘Aquí vemos niños de siete u ocho años con anorexia, pero eso es muy inusual’, señaló Jon Goldin, un especialista en psiquiatría infantil y adolescente. Consultado acerca de por qué los jóvenes desarrollan un problema con la comida a temprana edad, dijo: ‘Un factor de peso es que tal vez los niños ahora están bajo más presión que hace 10 ó 20 años y de algún modo la niñez está siendo acortada prematuramente’. La percepción en la sociedad de que el delgado es glamoroso, agravado por imágenes de celebridades raquíticas, es otro de los factores que provocan anorexia y bulimia. Pero lejos de ser sensuales, la realidad de la afección es solitaria y desesperada. Las víctimas dicen secretamente privarse de comida o darse comilonas para luego vomitar hasta que en sus labios no quede nada más que el gusto del ácido estomacal. Ellos a menudo se ejercitan obsesivamente y se sienten gordos incluso cuando están extremadamente por debajo de su peso.

> La edad no es barrera

Los jóvenes no son los únicos en riesgo. Alison Alden, una mujer casada, con tres hijos, del sudeste de Inglaterra, dijo que la dieta del hambre se convirtió en un modo de vida cuando ella tenía 43 años.

Con los años, ella pasó de pesar 55 kilos a menos de 38, pero sintió que ‘esto no podía ser anorexia porque nunca la había padecido y era demasiado adulta’. Alden fue a un doctor que le diagnosticó anorexia por depresión. Le recetó antidepresivos que la ayudaron a fortalecer su decisión de recuperarse.

Para la mayoría de quienes sufren de anorexia, la primera escala es el doctor, quien puede derivarlos a una unidad de desórdenes alimenticios en un hospital como paciente externo para recibir asesoramiento sobre cómo comer sano, así como orientación para comprender por qué comenzó el problema.

No existe una respuesta directa, pero Treasure dijo que los estudios han descubierto un posible aspecto genético que detona el desorden cuando se conecta con factores como la llegada de la pubertad, la presión social por tener éxito, el acoso y una baja autoestima.

Entre la gama de señales de alerta está el obsesivo interés por hacer dietas y una renuencia a comer con otros, dijo Goldin. Puede que tome varios años, pero los dos expertos dijeron que los desórdenes alimenticios pueden curarse y cuanto antes sean detectados, mayores serán las chances de recuperación.

‘Todo se trata de tener una razón para mejorar y de elaborar estrategias para manejar la situación’, dijo Alden, ahora de 47 años, quien escribió el libro Sleeping Dragons and Poppy Seeds - A personal journey to understanding eating disorders (Dragones dormidos y semillas de ajonjolí: Un recorrido personal para entender los desórdenes alimenticios), sobre su lucha.


 
 
 
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