Publicado el viernes 18 de junio de 2004 - Edici�n No. 740 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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ESTA SEMANA

CRISTO CONVIERTE AL DIABLO

La Villa de los Santos se enciende este fin de semana con la fiesta del Corpus Christi. La celebraci�n comenz� el jueves pasado en la iglesia de San Atanasio

Ileana P�rez Burgos

El pueblo no hab�a dormido. El diablo anduvo suelto en La Villa de Los Santos toda la noche. Pero no cund�a el p�nico, sino mas bien la fiesta. La gente hab�a bailado con los Plumas Negras - pese al ruido de la lluvia sobre el techo de zinc -, y hab�a caminado con la tuna de la madrugada.

Amanec�a el 10 de junio, un jueves de trabajo m�s en Panam�, pero en La Villa se entend�a bien que no era un d�a �normal�. Era Corpus Christi, la fiesta del cuerpo y sangre de Cristo, que los sante�os celebran desde hace siglos con danzas folcl�ricas.

Algunas de estas danzas fueron creadas para catequizar a los ind�genas. Otras se trasladaron de la fiesta pagana del Carnaval, a la celebraci�n religiosa del Corpus.

La v�spera, al mediod�a, el Gran Diablo y la diablada hab�an salido a las calles �encuetados� para dejar claro su dominio.

Se reunieron en el gazebo del parque y con una escuadra �cuartearon� el sol, es decir, lo midieron y luego, examinando un mapa, se repartieron el universo. Su plan inclu�a el secuestro de un alma en pena.

La procesión la encabeza el obispo de la región con el cuerpo de Cristo en sus manos.

Cerca de las once de la noche del mi�rcoles, ca�a un torrencial aguacero que hab�a convertido la tierra bajo la tolda roja en una isla. Este era el punto de encuentro de los actores y organizadores del Corpus. Ya hab�a llegado el abanderado, el director del Instituto Nacional de Cultura, Pablo Barrios. Y all� estaban los responsables del evento, el presidente y vicepresidente de la Asociaci�n Rescate de Danzas Miguel Leguizamo, Aristides Burgos y Marcos Gallardo.

Entre cervezas y tragos, esperaban la madrugada y el amaine de la lluvia, para salir a buscar al toro.

La casa de los Paz era una de las pocas iluminadas lejos del centro. El sof� rojo de la sala se hab�a empujado contra la pared para dar espacio a los diablicos sucios. Los ni�os pesta�eaban de sue�o y las mujeres salomaban desde sus asientos. La lluvia no callaba las guitarras.

��Dejen tal�n pa� ma�ana!�, grit� un hombre y salom� para darle aliento a los bailarines en su �ltimo ensayo. ��Jo! que vengan los diablicos de Parita pa� ve�.

Los hombres encutarrados y con casta�uelas en las manos, levantaban el polvo del piso con su zapateo.

��Eujuaj�!�, exclamaban.

El director de la danza, Di�genes Paz, cuenta que de joven nunca bail� en la fiesta del Corpus. �Era un momento en que yo no me pod�a vestir porque la cosa estaba dura�. Entonces, se conformaba con bailar en su casa y hacer m�scaras para otros. Pero tal es su pasi�n por esta danza, que hace 21 a�os organiz� su propio grupo y sus dos hijos bailan en �l �y yo los pude vestir�, dice orgulloso.

Los vaqueros salen en la madrugada a buscar al Torito Guapo.
Di�genes recalca que de los cuatro grupos de danza de diablos sucios en La Villa, el suyo es el ��nico que acompa�a a la procesi�n de Corpus Christi. Es la �nica danza que cumple con el Sant�simo�.

Los bailarines recogen sus penachos de plumas de guacamaya y se despiden. Hab�a dejado de llover.

A las dos y media de la madrugada sonaron los primeros cohetes cerca de la tolda roja. Salieron los vaqueros con capuchas de colores bajo sus sombreros de faena adornados con una bola de lana. Iban dando brincos al son de una flauta y un tambor. Los segu�a una tuna que crec�a en cada esquina. Buscaban al toro bravo que se hab�a escapado.

El Torito guapo, con lomo de tela y piernas de hombre, apareci� hacia las 5 de la ma�ana, cerca del parque Rufina Alfaro. El vaquero a caballo lo enlaz�. De vez en cuando se escuchaba ��Viene el chivo!�, la masa se dispersaba gritando, y pasaba un hombre con cara de cabrito empujando a cuanta persona encontraba a su paso.

El Gran Diablo.

El toro arremeti� contra un anciano en bicicleta que del susto se cay�, pero se echo re�r.

Las nubes sobre la iglesia comenzaron a encenderse con el sol y el toro lleg� a su descanso en la tolda roja.

��Ya se acab�?�, pregunt� un visitante.

��No! Acaba de comenzar�, exclam� una maestra de foclor.

Apareci� entonces un chico rubio, con los ojos medio cerrados pero bailando.

�Eh, �y este �ngel?�, dijo su amiga.

�No te preocupes que me s� bien todas mis l�neas�, respondi� el chico que en unas horas representar�a a San Miguel Arc�ngel venciendo al demonio.

Con el sol bien apuntalado en el cielo, dos hombres dise�aban sobre la calle la alfombra de flores, hojas, semillas y tierra sobre la cual pasar�a la procesi�n.

En las esquinas de la cuadra que recorrer�a la procesi�n, se hab�an construido peque�os altares con reclinatorios adornados con flores y la imagen del c�liz.

A las 10 de la ma�ana, en la iglesia no se cab�a. Hab�a gente sentada hasta en la escalera hacia el balc�n del coro. Dentro, el calor era agobiante, y fuera lo era m�s. Los que no pod�an entrar al templo, aguardaban en el parque y en la calle. Los raspaderos y vendedores de rosquetitas mitigaban la espera.

Los bailarines cubiertos en sat�n, henequ�n y m�scaras de papel mach� estaban listos para las danzas del Corpus: Montezuma espa�ola, Montezuna cabezona, la danza del Gran Diablo (diablicos limpios), el torito guapo, los gallotes, las enanas, los diablicos sucios y Zaracund�.

El diablo mayor, que se distingu�a por sus alas de encaje y camisa negra, le pidi� permiso al �ngel para entrar a la iglesia. Este le dijo �S�.

Monse�or Fernando Torres Dur�n, obispo de la di�cesis de Herrera y Los Santos, avanz� hacia el altar, seguido por la diablada que bailaba en honor al cuerpo de Cristo, y llevaba la m�scara de lado en se�al de respeto.

Rosa Ortega hab�a salido corriendo de su trabajo en la capital para entallarse su vestido del Corpus el mi�rcoles en la noche.

Ella era la �nica mujer en las danzas del Corpus Christi, en el personaje de Mam� Grand�, la madre de remeneo constante que baila Zaracund�, o la danza del Cuenecu�, rodeada de sus hijos cimarrones.

�Cu�ntos hijos tu ten�, le pregunt� el mayoral a Mam� Grand�.

�Yo ten� a Atropella-y-pasa. Yo ten� a Acaba-con-to�o. Yo ten� a Pajaritie...� y la lista sigui� hasta nombrar sus seis hijos.

�Cholito, qu� quieres t�. Cholito d�nde est�s t�... Zaracund� que te pica el pie�

Con cada giro, las faldas de los hijos de Mam� Grand� barr�an la alfombra de flores de la procesi�n.

El obispo caminaba con el Sant�simo en sus manos, bajo un tapiz sostenido por seis j�venes. Lo segu�a un grupo de sacerdotes y se�oras devotas. El fogaje del mediod�a era asfixiante, pero la procesi�n del Corpus era un estallido de alegr�a.

�Sea por siempre bendito y alabado mi Jes�s sacramentado�, repet�a el obispo frente a los altares dispuestos en cada esquina.

Terminada la oraci�n, los integrantes de Montezuma espa�ola comenzaban su canto.

�Permitir venimos
logremos juzgar
que de Jes�s en gracia
tan dulce manjar�.

Su danza recuerda la victoria de Hern�n Cortes sobre los ind�genas, pero en esta historia los ind�genas van vestidos con trajes rojos de mujer y el rey Montezuma, va ataviado como una reina europea.

Esta danza encabeza la procesi�n, seguida por Montezuma Cabezona, una danza en la misma tradici�n pero donde los hombres van vestidos de pollera y llevan corona y velo sobre sus cabezas.

La procesi�n de Corpus Christi en La Villa parece una recopilaci�n de la historia cultural de Panam�, desde los ritmos militares espa�oles hasta los vientos ind�genas y el tambor africano. Es un espect�culo �nico que se encuentra en estudio ante la UNESCO para ser considerado patrimonio de la humanidad.

En las aceras, las madres cargaban a sus beb�s disfrazados de vaqueros o de Zaracund�.

El zapateo de los diablicos sucios cerr� la procesi�n. Di�genes Paz les indicaba el camino con un apret�n de mano o un susurro en el hocico.

Todos danzaban al cuerpo de Cristo

Cuerpo de Cristo

Se cuenta que la fiesta católica de Corpus Cristi se inició en Lieja, Bélgica, hacia 1246. La festividad fue extendida a toda la Iglesia occidental por el papa Urbano IV en 1264, con el propósito de proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en la eucaristía (la convicción de que la hostia es realmente su cuerpo tras la consagración).

La celebración del cuerpo y sangre de Cristo fue traída al Nuevo Mundo por los sacerdotes españoles quienes aprovechaban la ocasión para evangelizar a los indígenas a través de dramatizaciones y danzas en que el bien vence al mal. Estas danzas aún se bailan hoy en diferentes pueblos de Latinoamérica.

La fiesta continúa

El pueblo de la Villa de Los Santos celebra el Corpus Christi - como lo marca el calendario católico - 60 días después del Viernes Santo.

Pero la fiesta continúa este fin de semana, del 18 al 20 de junio. Las danzas del Corpus se repiten este viernes, sábado y domingo para los santeños y visitantes.

El domingo es un día particular en la fiesta pues es el “día de las mujeres”. Hace alrededor de 20 años, las mujeres se “revelaron”, pues las danzas del Corpus no las incluían a ellas. Desde entonces, el domingo todos los personajes de las danzas son representados por mujeres.





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