Contraatacando la malaria

En la primera semana epidemiol�gica del 2004 se registraron 76 casos de malaria

Roxana Mu�oz

Combatir la malaria encabeza la agenda de las autoridades de salud paname�a. El a�o 2003 dej� un total de 4490 casos, duplicando la cifra del a�o 2002 donde se registraron 2244 casos, n�mero que a su vez represent� un 141% de los casos registrados en el 2001.*

Seg�n la doctora Elda Velarde, directora General de Salud, durante la primera semana epidemiol�gica del 2004 (4 de enero al 10 de enero) se registraron 76 casos, 22 de los cuales se dieron en San Miguelito. Veraguas y la regi�n Ngobe le siguen en n�mero de diagnosticados.

Durante los inicios del siglo XX ning�n pa�s del continente americano, desde Canad� hasta Argentina, se escap� de la transmisi�n, que ocurre mediante el mosquito anofeles. Las zonas selv�ticas han estado entre las regiones m�s propensas.

La experiencia y el conocimiento adquiridos por los esfuerzos de Estados Unidos Cuba y Panam� (la enfermedad fue uno de los obst�culos por vencer antes de la construcci�n del Canal), as� como los estudios realizados en las zonas end�micas de Europa, Africa e India sentaron las bases para el control de la malaria en la regi�n americana, seg�n explica el Informe de la Situaci�n de la Malaria en las Am�ricas, basado en datos del 2002 y publicado en septiembre del 2003 por la Organizaci�n Panamericana de la Salud, OPS.

Este mismo documento, que puede encontrarse en el sitio de internet de la OPS, resalta que la aplicaci�n de los esfuerzos mundiales de control de la malaria ha reducido la mortalidad por malaria, pero la morbilidad o enfermedad sigue estando presente.

En Panam� los casos se deben al par�sito de la malaria llamado plasmodium tipo vivax -el m�s com�n- o al plasmodium tipo falciparum, siendo el segundo capaz de causar la muerte. De los 76 casos detectados en la primera semana hasta este a�o, 73 corresponden al plasmodiun tipo vivax y 3 al falciparum.

La mayor�a de las personas que han enfermado pertenecen a los grupos ind�genas, en las regiones de Bocas del Toro, Dari�n, Kuna Yala y regiones orientales.

Entre los factores asociados a las transmisi�n de la enfermedad est�n el desplazamiento de poblaciones, la inaccesibilidad a los servicios de salud as� como las limitaciones en el diagn�stico y tratamiento y la presencia de criaderos.

Un mosquito resistente

El Ministerio de Salud ha reforzado una comisi�n de diferentes sectores involucrados. As�, el Instituto Conmemorativo Gorgas lleva adelante estudios con el par�sito plasmodium falciparum, investigaciones que hasta ahora sugieren resistencias a la cloroquina y sulfadoxina, fansidar; sustancias que se utilizan para tratar la enfermedad. Se�ala la doctora Velarde que est�n usando mefloquina como medicamento en la regi�n de Kuna Yala.

Tambi�n se est�n realizando estudios en relaci�n al vector an�feles que confirmaron la resistencia a la deltametrina (tipo de insecticida) en Ngobe y Kuna Yala. Tambi�n en los c�ntaros de Tocumen de la regi�n metropolitana han descubierto que puede hacer resistencia al fenitrothion y a la deltametrina (insecticidas contra el mosquito). Todos estos estudios requieren de m�s presupuesto y de m�s esfuerzos de parte del equipo t�cnico.

Seg�n el resumen ejecutivo de malaria que realiza el departamento de control de vectores, los estudios que se realizan con los insecticidas tienen como objetivo seleccionar los m�s efectivos, pero se�ala que las acciones para el control de la enfermedad no se deben centrar en estos, sino en el diagn�stico, tratamiento oportuno adem�s de la eliminaci�n de los criaderos.

Agrega la directora general de Salud que el aumento de casos se da porque hay tres brotes epid�micos ocurriendo al mismo tiempo: Kuna Yala, Ngobe Bugl� y en Bocas del Toro. �Si se restaran los brotes epid�micos se estar�an viendo las mismas cifras�.

El trabajo de la comunidad

Seg�n la doctora, parte importante de estos esfuerzos es continuar con las labores de promoci�n en la comunidad, involucrar a las personas para que conozcan la enfermedad y c�mo evitarla. Hasta ahora se han encontrado con barreras culturales y rechazo a tomarse el medicamento, en el caso de los ind�genas.

Tambi�n los factores ambientales influyes, en �reas semi rurales como la 24 de Diciembre hay lagunas que atraen mosquitos. La llegada del verano otorga una ventaja en la lucha contra el insecto, los vientos ayudan a que disminuya la poblaci�n de mosquito.

Desde el a�o pasado se vienen realizando capacitaciones para los servicios generales de salud para el abordaje integral de la malaria. Se est� haciendo un esfuerzo por usar partidas extraordinarias porque se requiere movilizaci�n, vi�ticos, hacer estudios costosos. Cada vez que se detecta un caso se hace un estudio para saber con qui�n estuvo la persona y c�mo adquiri� la enfermedad.

Debido al aumento de casos en la regi�n de San Miguelito se est� realizando un trabajo integral en comunidades del Lago Alajuela en donde se han registrado brotes (Nuevo Caimitillo, Calzada Larga y Victoriano Lorenzo). Explica la directora general de salud que cada 15 d�as el equipo de salud se est� reuniendo para ver los avances.

Dentro de la comunidad se est� promoviendo que la gente utilice ropa adecuada, camisas manga larga para protegerse, mosquiteros, repelentes, mallas en las ventanas para protegerse de los mosquitos, sobre todo que las personas sigan las indicaciones de sus m�dicos.

Explica la doctora Velarde que entre las dificultades para el control de la malaria en la poblaciones m�s afectadas est� el hecho de que entre los grupos ind�genas ocurren con frecuencia movimientos de migratorios y debido a su cultura a veces se muestran reacios a tomar los medicamentos.

Por esta raz�n, el Ministerio se ha acercado a los caciques, las autoridades de estos pueblos, para que sean ellos quienes durante los congresos sean intermediarios y promuevan el uso de los medicamentos. Hasta ahora las autoridades ind�genas se han mostrado cooperadoras, entendiendo que esto es por el bien de la comunidad.

* Informe de la Situaci�n de la Malaria en las Am�ricas, basado en datos del 2002 y publicado en septiembre del 2003 por la Organizaci�n Panamericana de la Salud, OPS. (www.paho.org)