Publicado el viernes 19 de diciembre de 2003 - Edici�n No. 724 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
Secciones  
Bazar
Sólo para ellos
Ventana abierta
La vida en fucsia
Esta semana
Rostros
Finanzas
Belleza
Salud
Lista de Ellas
Diario de mamá
Moda
Evento
De la cocina
Horóscopo
Ediciones anteriores
Suplementos  
Martes Financiero
Pulso de la Nación
Sábado Espectacular
AprendoWeb
ESTA SEMANA

Nuevo sitio Ramsar

La designaci�n de la bah�a de Panam� como sitio Ramsar presenta el reto de que la comunidad aprenda a convivir en esta �rea y protegerla

Roxana Mu�oz

La protección de los humedades es compatible con la conviviencia humana.
En octubre, millones de aves migratorias arriban a la bah�a de Panam� en su tr�nsito hacia el sur, es algo as� como una parada t�cnica: estas aves vienen desde el norte huyendo del fr�o que se avecina y se dirigen hacia el sur en busca del calorcito que les espera en el otro lado de la Tierra.

Este a�o, cuando estas aves descansaban aqu�, nuestro pa�s hizo oficial la designaci�n de la bah�a de Panam� como sitio Ramsar, lo que significa el compromiso de propiciar la conservaci�n de un humedal, incluyendo los recursos costeros como bosques de mangle, lagunas perennes o temporales, estuarios y la diversidad biol�gica que habita en estos ecosistemas.

La conservaci�n de estos lugares hace posible que las aves migratorias y otros animales tengan un lugar para posarse, comer y descansar.

Panam� suscribi� hace a�os la convenci�n Ramsar. La bah�a de Panam� es el cuarto humedal de importancia internacional que designa. Los otros son Punta Pati�o (Dari�n), Montijo (Veraguas) y San San-Pond Sak (Bocas del Toro).

Para que un humedal entre a formar parte de este grupo, el pa�s tiene primero que elevar la propuesta ante la Convenci�n Ramsar. En este caso, la Autoridad Nacional del Ambiente, ANAM, es la encargada de hacer esta petici�n, que necesita de la presentaci�n de una ficha t�cnica y una exposici�n de motivos que explican por qu� este sitio es un humedal de importancia internacional.

Kruskaya de Melgarejo, de la ANAM, quien trabaj� estrechamente en este proyecto, explica que ONG como Audubon y Fundaci�n Natura contribuyeron en la elaboraci�n de la ficha t�cnica, el mapa e incluso en las consultas con los habitantes de la regi�n.

Qu� bah�a

Miembros de la AUDUBON observan la llegada de las primeras aves migratorias.

El que la bah�a de Panam� sea a�n una zona tan importante ecol�gicamente es algo que puede tomar por sorpresa a los paname�os. �Acaso no est� muy contaminada? Seg�n Melgarejo, por esta misma raz�n se hace m�s necesaria su protecci�n. En el caso de la bah�a siempre hab�a estado latente el inter�s de designarlo sitio Ramsar.

Justo por ser un lugar sumamente poblado hab�a que realizar consultas entre la comunidad, sobre todo concienciar a las personas sobre el significado de estos humedales y la importancia de mantenerlos.

Este sitio es un punto de parada importante para las aves playeras migratorias. All� se han contado hasta 360 mil aves y se estima que entre uno y dos millones de aves se detienen all� durante la migraci�n. Esta informaci�n la suministra el sitio www.ramsar.org/archives_trans_panama_bahia.htm.

El �rea designada comprende unas 48,919 hect�reas. Comprende el lugar bajos intermareales de lodo divididos por varios estuarios, manglares, bosques inundables, ci�nagas y lagunas de agua dulce. Incluye desde los fangales frente a Costa del Este hasta los manglares pr�ximos a los r�os Maestro y Corot�. En el intermedio se incluyen �reas del r�o Tapia, la boca del r�o Pacora y �reas de Chepo y la parte baja del r�o Bayano.

El criterio que mejor se cumpl�a para ser designado sitio Ramsar era la cantidad de aves playeras migratorias que usan el lugar. Una de las aves que m�s frecuenta la zona es el calidris mauri, el playero occidental. En la lama que queda en la bah�a cuando baja la marea, estas aves encuentran alimento.

Ellas vuelven a estacionarse en el �rea durante los meses de marzo y abril, cuando emprenden el vuelo de regreso a casa para tener sus beb�s en el hemisferio norte.

Protegida, no intocable

El t�rmino �rea protegida puede provocar recelo entre los habitantes de un lugar. �Significa acaso que ahora el lugar es un sitio vedado para las personas? No es as�, afirma Loyda S�nchez, directora ejecutiva de Audubon y directora del proyecto de concienciaci�n p�blica que lleva adelante esta ONG.

Las reuniones que han tenido con los moradores de la comunidad han sido tambi�n para ense�arles que se puede convivir en el �rea, aprovechar sus recursos y a la vez protegerla. �Las actividades humanas no tienen por qu� ser incompatibles con la protecci�n de la naturaleza�.

Quienes han trabajado en este proyecto saben que el nuevo sitio Ramsar es un importante asentamiento humano, donde adem�s de comunidades hay tambi�n zonas de agricultura, como son los arrozales pr�ximos a Chepo. Con todas estas personas involucradas se han llevado a cambio reuniones para estructurar formas de proteger el lugar.

Lo que se promueve es el uso razonable de la zona; no talar el manglar ni acabar con el recurso. Comenta S�nchez que a nivel mundial los programas de protecci�n de la naturaleza est�n cambiando ese concepto de zonas intocables. Incluso en los parques nacionales, despu�s de que se hace un plan de manejo y se excluyen ciertas �reas que necesitan m�s protecci�n, se promueve que �l �rea sea utilizada para programas de educaci�n ambiental, ecoturismo y otras actividades �amigables� con el parque.

Qu� es Ramsar

La Convenci�n se firm� en la ciudad de Ramsar, Ir�n, en 1971, y entr� en vigor en 1975. Al 1� de agosto de 2003, contaba con 137 Estados miembros y muchos otros estaban preparando su adhesi�n. Ramsar es el �nico convenio medioambiental que se ocupa de un ecosistema espec�fico.

Humedales

Seg�n la convenci�n Ramsar son humedales las extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de agua, sean �stas de r�gimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros.

Los humedales regulan los reg�menes hidrol�gicos y son h�bitat de una muy rica biodiversidad.

El da�o o desaparici�n de los mismos constituyen un da�o ambiental serio. Pueden conservarse mediante un uso racional y sostenible. El uso humano de un humedal permite la obtenci�n de un m�ximo de beneficios de manera continuada para las generaciones presentes.



ESTA SEMANA
Nuevo sitio Ramsar
Cartita al Ni�o Dios
Thoraya Obaid Herencia del padre