Publicado el viernes 19 de diciembre de 2003 - Edici�n No. 724 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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Acuerdos Salvadores: El Cuarto

Este es el �ltimo viernes antes de Navidad; saquemos un ratito para reflexionar y decidir qu� camino nos ayudar� a convertirnos en mejores personas, ergo, a ser m�s felices

Julieta de Diego de F�brega

Hace a�os pasaban por la televisi�n una campa�a de reclutamiento del Ej�rcito de Estados Unidos de Norteam�rica. La cancioncita dec�a: �Be... the best that you can be...� (S� lo mejor que puedas ser) en espa�ol tres con ocho. La idea era convencer a los jovencitos de que el Ej�rcito les brindaba la oportunidad de desarrollarse al m�ximo de sus capacidades. Palabras m�s, palabras menos, esto es lo que dice el cuarto acuerdo: Haz todo lo mejor que puedas.

Este es un acuerdo que viene calificado �como las opiniones de los contadores p�blicos autorizados� pues �lo mejor que uno puede� est� determinado por las circunstancias y las condiciones prevalecientes al momento de realizar la acci�n. Si usted toma las tarjetas que le regal� a su mam� para el D�a de la Madre y las compara, ver� que se fueron poniendo cada vez m�s sofisticadas a medida que transcurr�an los a�os. La de kinder no se parece a la de tercer grado y la de sexto seguramente supera a todas las anteriores.

Sin embargo, es cierto tambi�n que en su momento cada una fue la m�s linda, la m�s perfecta. Tanto en la del patito desgarbado como en la que tiene ventanitas desde donde se asoman pensamientos amorosos, est� retratado el ni�o que puso todo su empe�o por regalarle a su mam� un pedacito de su coraz�n.

Les confieso que cuando Christopher Reeve era Superman me parec�a un idiota. Encontraba que era un actor mediocre, literalmente como un huevo sin sal. Hoy en d�a no vuela por los aires ni rescata a las damiselas en peligro, pero hace una labor mucho m�s importante a trav�s de la fundaci�n que lleva su nombre y apoya a quienes, como �l, sufren alg�n tipo de par�lisis.

Y �l literalmente va �en su silla de ruedas y con su respirador� a la cabeza del movimiento. Hace lo que hace al m�ximo de sus capacidades y eso es lo que nos toca hacer a todos. Traslademos el concepto a situaciones del diario vivir. Digamos que su trabajo es sellar todos los documentos que llegan a su empresa. O.K., es medio plomo, pero eso es lo que tiene que hacer.

Usted toma la determinaci�n de que no habr� sobre la faz de la tierra un mejor sellador de documentos que usted mismo. Es capaz de recibir a cuatro mensajeros simult�neamente sin que ninguno tenga que esperar m�s de tres minutos para llevarse su copia sellada. Todos los sellos del reloj aparecen en la esquina inferior izquierda del documento mirando para el lado correcto, de forma tal que cualquiera que revise la carpeta de archivo a simple vista puede determinar cu�ndo y qu� hora el papel entr� a la compa��a. �Cierto o no que todo el mundo en la empresa lo ama por su minuciosidad? �Cierto o no que usted se va a casa feliz sabiendo que nadie se lo gana sellando documentos?

De eso se trata, de hacer todo como si nuestra vida dependiera de ello. Y aunque el libro no lo menciona, quiero a�adir que es buena medicina contra el insomnio, pues no hay nada que contribuya m�s a dormir entre sobresaltos que saber que tenemos cosas a medio palo. Con esto termino. Ya tienen en sus manos un enunciado sencillo de cada uno de Los Cuatro Acuerdos. Entienda que son m�s efectivos cuando logramos firmarlos todos y entienda que cada uno de ellos es un pacto que se firma con uno mismo; mire qu� f�cil, no hay que involucrar a terceros, aunque generalmente todo cambio de actitud positivo tiene el efecto de la pir�mide de las copas de champa�a: cuando la de arriba se llena, el contenido empieza a derramarse sobre las de abajo e igualmente las colma.

Se me ocurre que podr�amos sustituir la lista de buenos prop�sitos que todos preparamos a fin de a�o por una m�s corta: Ser� impecable con la palabra, no tomar� las acciones de otros a t�tulo personal, no har� suposiciones y har� cada trabajo que me asignen lo mejor que pueda. El resultado: ser� m�s feliz.