Trabajando con el enemigo
Moobing es el nombre que se da al acoso psicol�gico en el trabajo, un t�tulo poco conocido para un hecho frecuente
Roxana Mu�oz
Conflictos y malquerencias se respiran en todo lugar de trabajo. Pero a veces, un mal d�a, esas diferencias desencadenan burlas, comentarios hirientes, desprecios que hechos de una manera continua pueden degenerar en lo que se conoce como moobing, hostigamiento en el trabajo, acoso psicol�gico, acoso moral o psicoterror laboral, esto �ltimo seg�n los autores m�s dr�sticos.
El acoso laboral hiere a la v�ctima y golpea a la empresa, pues crea un clima laboral asfixiante, y la productividad del empleado acosado disminuye. En su libro Moobing, La persecuci�n en el trabajo, publicado en 1996, el investigador alem�n Heinz Leymann define el moobing: �una situaci�n en la que una persona o un grupo de personas ejercen una violencia psicol�gica extrema de forma sistem�tica (al menos una vez por semana) durante un tiempo prolongado (m�s de seis meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo�.
Agrega Leymann, �en las sociedades de nuestro mundo occidental altamente industrializado, el lugar de trabajo constituye el �ltimo campo de batalla en el que una persona puede matar a otra sin riesgo de ser procesado ante un tribunal�.
En Estados Unidos y Europa, este tipo de acoso ya es considerado un riesgo laboral. Estudios hechos en la Uni�n Europea se�alan que afecta a alrededor de 12 millones de trabajadores europeos, un 8% de la poblaci�n activa. Siendo las mujeres un poco m�s perjudicadas que los hombres.
Un problema ignorado
En muchas culturas, el moobing (del ingl�s mob: muchedumbre) sigue siendo aceptado como una costumbre. Para algunos altos mandos es una herramienta eficaz para deshacerse de un empleado, pues la mayor�a de los acosados -despu�s de muchos vej�menes- presentan su carta de renuncia.
A Lisa* la contrataron para ocupar una gerencia de mercadeo, le dieron un buen sueldo y la colocaron provisionalmente en un escritorio de ventas mientras se organizaba el nuevo departamento. Pero la pol�tica de la empresa cambi�, el proyecto donde iba a estar Lisa se cancel� y la asignaron al departamento de ventas.
En su vida hab�a vendido algo, pero ganaba m�s que quien ahora era su jefa. Esto no pas� desapercibido, y el resto del departamento la excluy�, hablaban a sus espaldas de su gran sueldo y su incapacidad para el puesto. Ella necesitaba el dinero y no le parec�a justo tener que renunciar por culpa de la organizaci�n. Permaneci� en esa condici�n durante meses. No le pasaban los mensajes telef�nicos, le avisaban a �ltima hora de las reuniones e incluso si el fax se da�aba, no faltaba qui�n insinuara que Lisa ten�a la culpa.
Para que se hable de acoso laboral tiene que haber dos o m�s personas hostigando a otra. Puede darse de jefe a subordinado y entre personal del mismo nivel; pero una persona que ostente un cargo menor, y tenga poder informal, tambi�n puede acosar a otra de cargo superior. Gira en torno a quien tiene el poder. Y este no solo es potestad de los jefes, una persona con a�os trabajando en un mismo sitio, puede controlar informaci�n y tener amplia influencia en el lugar.
Otra caracter�stica del acoso laboral es que se presenta con frecuencia, por lo menos una vez por semana, y en un tiempo prolongado. Los autores del tema hablan de seis meses o m�s. Para cuando los jefes o el departamento de recursos humanos advierte el problema, suele ser muy tarde. Dif�cil es detectar el moobing, tan bien disfrazado como est�, quienes lo viven tienen problemas para probarlo.
No hay pruebas
Cuando Ana* not� que no le tomaban los mensajes, pens� que sus compa�eros eran distra�dos. Apenas ten�a unas semanas en la oficina y se esforzaba por caerle bien al resto del equipo conformado por cuatro personas m�s, incluyendo a su jefa.
No tard� en darse cuenta de que Marisa, la persona que ten�a m�s tiempo en la oficina, no la ve�a con buenos ojos; pues Ana ven�a a realizar algunas de sus funciones. Cuando Ana hac�a un comentario, Marisa le llevaba la contraria, se burlaba sutilmente de ella.
Despu�s de que Ana regres� de un seminario de capacitaci�n en el extranjero, las malas caras se hicieron m�s notables. Cuando trat� de comentarle el problema a su jefa, esta rest� importancia al asunto, pero le rog� que por el bien del equipo tuviera paciencia.
Patricia Carri�n, psic�loga organizacional, comenta que resulta muy dif�cil probar que algo malo est� pasando. �C�mo probar que intencionalmente no le pasan las llamadas? �C�mo demostrar que esas burlas afectan tu trabajo? �Para la mayor�a de los jefes, esto no significa nada y asumen que uno debe resolverlo�. Lo cierto es que esta actitud facilita el acoso. Muy pocos buenos profesionales quieren verse en la situaci�n de estar poniendo querellas.
Que alguien no quiere hablarle a otro. Bueno, del habla no se come, dec�an las tatarabuelas. Pero el asunto se agrava cuando este y otros actos se convierten en una �campa�a� contra alguien, una forma de aislarlo del grupo, irrespetarlo y anular su personalidad. Ya han sido se�aladas alrededor de 45 situaciones que se califican como moobing.
Ahora es importante que los ambientes de trabajo sean seguros, que quienes as� lo necesiten usen cascos o tapones para los o�dos. Pero �se ha olvidado la parte psicol�gica y social del empleado. Se deja de lado que somos seres sociales, con necesidad de ser aceptados y que nadie debe lesionar nuestra integridad�, comenta la psic�loga Carri�n.
Tierra f�rtil para el moobing
No es f�cil encontrar una explicaci�n a este tipo de hostigamiento. S� se ha identificado que las empresas con una mala organizaci�n en sus procesos internos, donde la carga de trabajo se reparte mal, hay muchas jerarqu�as, un estilo directivo autoritario y que prestan poca atenci�n a su personal, son ambientes propicios para que germine el acoso laboral.
Detr�s de este hostigamiento suele haber problemas de incompatibilidad de caracteres, estr�s laboral, problemas de liderazgo, falta de habilidades sociales, estilos de mandos inapropiados y falta de experiencia en la direcci�n.
La empresa y los directivos suelen pasar por alta la situaci�n, de alguna manera se acepta que las cr�ticas �cidas, bromas a costilla de otro forman parte de las relaciones dentro del trabajo, y que el humor y el sarcasmo utilizados contra alguien tambi�n son propios de la naturaleza humana. Pero cuando se invade la integridad de la persona de manera constante, deja de ser una broma y empieza el acoso psicol�gico.
Enferma la estima y el cuerpo
El ambiente tenso que se genera alrededor de la persona acosada termina por lastimar su autoestima y tambi�n su salud f�sica. �Algunas personas que sufren una y otra vez el rechazo de los dem�s, terminan por cuestionarse si ser� que ellos de verdad tienen algo malo�. La persona v�ctima del hostigamiento laboral pierde las ganas de trabajar, se siente desmotivada y le cuesta concentrarse en sus labores.
Su salud puede verse afectada y llegar a padecer depresiones, p�rdida de identidad, insomnio, gastritis, migra�as, entre otras dolencias. Esto tiene que preocupar a las organizaciones porque en realidad son las personas las que �vivifican las empresas�, recalca la psic�loga. Esta persona hostigada rinde hasta 70% menos de su capacidad.
C�mo afrontarlo
Al ser un hecho tan subjetivo y que pr�cticamente no deja huellas, Patricia Carri�n recomienda llevar un diario de los hechos. Es la �nica forma de reunir pruebas para demostrar que algo est� pasando.
Lo mejor es no asumir el papel de v�ctima. No aislarse, ni dejar de hablarle al resto para sufrir en silencio. �Sea proactiva, esfu�rcense por mantener buenas relaciones con el resto de la empresa y emp��ese m�s que nunca en hacer un buen trabajo�, recomienda Carri�n.
Antes que acudir con el jefe, debe confrontarse a las personas que lideran el hostigamiento, conocer sus debilidades, �pero no hacer un show en la oficina o un esc�ndalo� lo cual dar�a pie a que se confirme, tal c�mo lo dec�a, el hostigador que es usted quien est� mal.
Estas situaciones son amparadas por la complicidad, los dem�s ven c�mo se hostiga a otros y se quedan callados o secundan las burlas, de esa manera tambi�n estimulan a los acosadores. Decidir no ponerse de parte de los acosadores desalienta la situaci�n.
Dentro de una oficina, las diferencias interpersonales siempre existir�n, el moobing no se refiere a esas conflictos peque�os, sino a un problema m�s grave, en el que las ofensas, las burlas y la indiferencia se convierten en la moneda de todos los d�as y se lesiona la integridad personal.
Seg�n Carri�n, mucho pueden hacer las organizaciones por evitar este tipo de acoso. �Cuando el moobing no es aceptado culturalmente, los intentos del acosador fracasan, y es �l o ella quien termina por aislarse�.
Se�ales del moobing
Hasta ahora se han identificado unos 45 conductas de moobing.
- Gritos, amenazas e injurias
- El jefe o acosador no le permite a la v�ctima comunicarse.
- La interrumpe continuamente cuando habla.
- Los compa�eros no le permiten expresarse.
- Recibe ataques verbales, se critica su trabajo e incluso su vida privada.
- Se le niega el contacto mediante gestos de rechazo, desd�n o menosprecio.
- Se ignora su presencia, por ejemplo, dirigi�ndose a terceros (como si no lo vieran o no existiera).
- Se le asigna un puesto de trabajo que lo a�sla de sus compa�eros.
- Se proh�be a sus compa�eros hablar con �l.
- Se difunden rumores sobre la v�ctima (orquestados por el acosador).
- Se ridiculiza a la v�ctima.
- Se atacan sus creencias pol�ticas o religiosas.
- Se hace burla de sus or�genes o de su nacionalidad.
- Se monitorea, anota, registra y consigna inequitativamente el trabajo de la v�ctima con malintenci�n.
- Se cuestionan permanentemente sus decisiones.
- No se le asigna ning�n trabajo.
- Se le asignan tareas humillantes, in�tiles o absurdas.
- Se le asignan tareas inferiores o superiores a su capacidad o competencia profesional.
- Se le asignan sin cesar tareas nuevas.
- Se atribuye a la v�ctima una enfermedad mental.
- Se intenta forzar un examen o diagn�stico psiqui�trico.
Perfil del acosador
Quien hostiga suele ser una persona con poder, no necesariamente un jefe u otro superior. Puede ser alguien que lleva muchos a�os en la oficina o cuya experiencia le haya hecho merecedor de cierta jerarqu�a dentro de la instituci�n.
Lo que mueve al acosador es el temor. Temor de que esa persona pueda quitarle parte de su autoridad o incluso su puesto de trabajo. Seg�n la psic�loga Patricia Carri�n, los hostigadores son personas con baja autoestima que act�an de esta manera porque se sienten inseguros y en vez de ver un reto en la presencia de otro profesional, se llenan de pavor y para defenderse deciden �aniquilar� esta amenaza mediante una campa�a en su contra. Muchas veces, los acosadores se benefician de los c�mplices, los otros compa�eros que se quedan callados o secundan sus actos.
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