Publicado el viernes 5 de enero de 2007 - Edici�n No. 877 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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POR LA SOMBRITA
El rico sueñito del sofá

Los miembros de las familias se dividen en dos: de un lado están los que se duermen en el sofá, y del otro, los que los ven cabecear mal sentados.

Roxana Muñoz

Los especialistas que se dedican a estudiar los trastornos del sueño tienen que poner la lupa, el microscopio y todo lo que tengan a mano, para investigar sobre el sillón. Entre sus cojines, este mueble guarda algún secreto de Morfeo, además de, por supuesto, restos de galletas, centavos y ganchos de pelo.

Conozco a gente que le cuesta pegar el ojo, pero hallan alivio tan pronto recuestan su cabeza en el sillón de la sala. En casi todas las familias sus miembros se pueden dividir en dos: los que se duermen en el sofá y los que se desesperan ante esa situación y por eso viven regañando a la otra mitad: "ve a dormir a la cama", "qué haces allí durmiendo mal". En el desespero dicen barbaridades como: "deja de cabecear que te desnucas".

Mi abuelita se dormía profundamente cuando se sentaba a ver telenovelas. Esto impacientaba a mi abuelito que, una y otra vez, le decía: "¿Estás dormida?", "¿ya te dormiste?". Ella respondía lo que por toda la vida han dicho y dirán estos bellos durmientes de la sala: "no estoy durmiendo, solo descanso los ojos".

Ojo, que lo dicen sin levantar los párpados.

Mi abuelita se levantaba antes del amanecer y no paraba de hacer oficios hasta las 6:00 p. m. , cuando ya las gallinas se subían al palo a dormir. Era comprensible que tuviera sueño. Mi abuelito también se levantaba temprano, pero él hacía varias siestas en la hamaca, y le encantaban las novelas, así que no dormía en el sillón.

Una característica de quienes duermen en el sofá es que jamás, jamás lo aceptan. Se les puede pescar in fraganti mientras roncan o dejan caer el control remoto, pero no confiesan. A su favor hay que decir que tan pronto uno les cambia el canal se despiertan.

A mi mamá la he visto agarrar esa maña y de paso las mentiras: "no estoy durmiendo, pero como que me está entrando el sueñito" (unos segundos antes roncaba). Ella se justifica diciendo que tan pronto va a la cama se le espanta el sueño.

El invento del sofá cama quería aprovechar algunas de estas propiedades. Pero no es lo mismo. El que da sueño es el sillón, ese incómodo que ocasiona tortícolis y otros dolores musculares, pero igual continúa uno allí cabeceando y mortificando al resto que no puede entender por qué alguien duerme en la sala cuando tiene cama.

A esos señores tan sabidos que harán el estudio del sofá, les doy un consejo, no se sienten en él, porque se duermen y sanseacabó la investigación.


 
 
 
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