Publicado el viernes 5 de enero de 2007 - Edici�n No. 877 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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Bronceado con límites

Con el verano cerca, la piel se alerta ante su fiel opositor: el sol. ¿Cómo escoger entre bloqueadores o aceites bronceadores, frente a la tentación de una piel morena?

GAIL JAMMAL

Nos bronceamos para pasar ratos divertidos entre amistades, en otras ocasiones simplemente para alardear radiantes en un traje strapless, o lucir el rostro al natural, sin necesidad de base o blush. Lo cierto es que el bronceado es considerado algo sexy y hermoso, y lucir la tez cobriza es señal de haber estado de vacaciones, al aire libre, en la piscina o playa, lo que se deduce a haber pasado ratos de diversión y relajamiento.

Ahora que se acerca el verano, las playas se llenarán de gente en busca del calor de los rayos de sol, pues por causa de las exageradas lluvias muchos se han visto obligados a pasar los ratos libres encerrados en casa o en los centros comerciales, lo que se nota en el físico, pues los de tez blanca ya lucen color papel, y los más morenos han reemplazado su atractiva coloración por tonalidades amarillentas.

Dependiendo del tipo de piel, este tiempo de ocio puede resultar en noches en vela por el ardor corporal o en una piel monstruosa por la descamación o manchas ocasionadas por el sol.

Para no sufrir estas u otras graves consecuencias, es necesario armarse de los elementos indispensables para enfrentar al poderoso sol.

> Protección viable

Lo primero es lo primordial: adquirir el protector solar. Este es el cosmético que impide o reduce las quemaduras debidas a la exposición al sol. Frente al mostrador, el panorama se torna un tanto confuso por la amplia gama de productos existentes; hay unos para cara, otros para el cuerpo, para bebés y niños, para después del bronceado, para practicar deportes, etc. y comprar uno específico para cada parte del cuerpo o actividad resulta costoso e innecesario. Lo más importante es escoger el número de factor de protección solar indicado (SPF, por sus siglas en inglés).

El número SPF indica la potencia del protector solar y entre más alto el número más protección, o sea mayor será la cantidad de rayos ultravioletas que podrá bloquear y más duradera será su acción bloqueadora.

Su escogencia depende del tipo de piel, explica el dermatólogo Jaime Ávila, ya que generalmente las pieles blancas necesitan un SPF más alto que las pieles trigueñas, debido a su menor cantidad de melanina en la dermis que es ‘nuestro paraguas natural’. El tiempo en que un bloqueador solar protegerá al usuario, dependerá de su tiempo de 'quemadura', o sea el tiempo en que demora la piel para enrojecerse.

Debido a que muy pocas personas conocen su tiempo de quemadura, el dermatólogo Herbert Schlager explica que se han establecido números de SPF recomendados para un rango amplio de tipos de pieles básicos para así simplificar el escogimiento apropiado de un bloqueador y su uso (véase la gráfica). Por ejemplo, con un SPF 15 los trigueños están bien protegidos, pero, una persona de tez blanca necesitaría un SPF de 30 en adelante.

> ¿Cuál comprar?

El doctor Ávila explica que hay dos tipos de filtros solares: los que contienen una sustancia química que absorbe las radiaciones ultravioletas nocivas para la piel, y los físicos, denominados pantalla solar, ‘son pantallas físicas que repelen la radiación ultravioleta, haciéndola rebotar, por lo que no penetra en la piel’.

Enfatiza el médico ‘que hay tres grandes zonas de radiaciones ultravioletas, UVC, muy peligrosas para el hombre; UVB, responsables del eritema y penetran la epidermis creando el bronceado; y las UVA responsables del envejecimiento de la piel y del melanoma’. También existen los rayos infrarrojos que provocan vasodilatación.

Los protectores de filtro nada más evitan las radiaciones UVB, que son más nocivas para la piel, pero sí permiten que pase la UVA, que no es la peor, pero en grandes cantidades puede resultar nocivo, indica el experto. Mientras, el filtro químico evita ciertas radiaciones ultravioletas, la pantalla las refleja a todas, por lo tanto es aconsejable utilizar cremas de protección solar de amplio espectro (UVB y UVA).

En cuanto a los aplicadores, vienen en spray, gel y crema. Cuál obtener depende del área en donde se vaya a colocar y del tipo de piel. ‘Si es calvo, no se va a restregar un protector en crema en el área de la cabeza, porque se le va a formar un pegote, sino en spray para que se esparza mejor. Para un cutis muy grasoso no es recomendable un protector en crema, sino en gel, para que penetre mejor; y si es una persona adulta, como de 50 años con piel seca, el especialista >>> >>> recomienda el protector en crema.

También existen los lipgloss o barras para los labios, que son más bien por comodidad, ‘para no andar con un tarrote de crema sólo para los labios, que además no se adhiere tan bien a la piel como un lipstick’.

> Aplicación adecuada

‘Para mejores resultados, aplicar en áreas expuestas por lo menos 30 minutos antes de la exposición al sol. Repetir la aplicación después de sudoración abundante, ejercicio intenso o baño prolongado’. Esta frase no solo la repiten los especialistas a sus pacientes, sino que se encuentra en el dorso de todos los productos de protección solar. No obstante, el doctor Ávila reconoce que ‘es muy raro’ que las personas apliquen el protector de esta forma, la mayoría no lo hace correctamente.

‘La gente cree erróneamente que pueden aplicarse el protector solar y luego irse a cocinar al sol’, señala el especialista. ‘En realidad, cuando uno está expuesto al sol, aunque protegido, suda, se baña y se restriega y al no reaplicarse (cada dos horas) estará desprotegido’.

Se debe estar consciente de que la función del bloqueador ‘es proteger del sol’ y no ayudar a adquirir un bronceado. Incluso, cuando las radiaciones son muy fuertes se puede complementar el bloqueo con prendas de vestir adecuadas, gorros y lentes de sol que absorban la radiación ultravioleta.

Aunque el protector evita, su protección no es absoluta. Por ello algunos dermatólogos recomiendan usarlo y no estar expuestos más tiempo del que se estaría sin él. También es más recomendado adquirir el moreno según se realiza alguna actividad bajo el sol, y no específicamente recostado en una silla de asolear.

> Juventud alerta

‘Se ha visto en Estados Unidos que el 80% del daño solar en la piel nos lo hacemos antes de los 18 años, lo que significa que la atención y la protección deben empezar con los niños’, indica el dermatólogo. Por consiguiente, agrega que este es un problema de ecuación, en vista de que a los niños hay que educarlos y cuidarlos para que no se expongan prolongadamente a las radiaciones ultravioletas. De lo contrario, cuando llegan a los 18 ó 20 años de edad, ya el 80% del daño está hecho.

De esta manera, explica Schlager, existen los protectores solares específicamente para niños, que tienen menos sustancias irritantes que podrían afectar a los menores por su piel frágil y sensible, y aunque un adulto podría usar un protector de niño –no es necesario–, lo que debe evitarse es hacerlo al revés, que un niño use el de un adulto.

El estado de alerta debe permanecer durante los días nublados, ya que, sin sentirlo, uno también recibe radiaciones ultravioletas. Lo mismo se aplica si se está bajo un árbol o en la sombra, y también cuando se está en el agua, porque ésta es como una lupa que magnifica la incidencia de la radiación ultravioleta en la piel, lo que hay que tener en cuenta, ya que en el agua uno se siente fresquito, cuando en verdad sí se está bronceando. ‘Hay que ponerse protector solar siempre y cuando se esté a la intemperie’, reitera Ávila. >>>

> En busca del bronceado

Para aquellos que no pueden vivir sin los aceites y cremas de asolear, deben tener claro que un bronceador no es un protector. Los bronceadores traen sustancias que ayudan a quemar la piel. Algunos traen un valor SPF bien bajo, por lo que no brindan una protección adecuada y permiten que penetren las radiaciones ultravioletas estimulando el bronceado, otros traen tintes, con sustancias químicas que tiñen la dermis.

El doctor Ávila indica que no es bueno abusar de ellos, ya que ‘te quemas sin la protección adecuada’.

> Frutos del bronceado

El daño solar puede ser inmediato o tardío. El primero es el que provoca la quemadura solar, y el tardío provoca el envejecimiento de la piel y a la larga puede inducir en un cáncer de piel.

A las personas de tez blanca los expertos no les recomiendan exponerse a estas radiaciones con sustancias que estimulen la pigmentación de la piel, pues más fácilmente les puede ocasionar un efecto dañino, ya sea el inmediato o tardío.

‘Si quieres ver el foto-envejecimiento de una persona, compara a una de cutis blanco con una de cutis moreno, ambas de 60 años de edad, y verás que el blanco tiene más arrugas y la piel más dañada por el sol que el negro. Al blanco se le nota una diferencia franca entre la parte del antebrazo en donde le da el sol con la que está cubierta’. La descubierta lucirá más avejentada, más reseca, áspera, con manchas blancas y oscuras, y el área que no ha sido expuesta al sol estará más lisa, más homogénea en su color, con una mejor textura, mejor brillo y más juvenil, asegura Ávila.

Como solución para aquellos que matan por un sensual bronceado, el médico les recomienda utilizar los autobronceadores que se aplican en casa y tiñen la piel sin necesidad de hacer contacto con el sol.


 
 
 
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