Los cuidados cosméticos faciales varían dependiendo de la etapa de la vida en que se encuentre la mujer.

Entre los 18 y los 65 años, el estado de la piel evoluciona. La cosmética de vanguardia satisface sus necesidades y la cuida en cada momento.

Desde la antigüedad las mujeres han utilizado fórmulas caseras y ungüentos artesanales para frenar la meteórica carrera de la piel hacia el envejecimiento.

Ahora, el mercado está repleto de cremas hidratantes, nutritivas, calmantes, con efecto botox, con filtro solar, antimanchas, reafirmantes o con un toque ‘éclat’, es decir, que aumente la luminosidad. Hay productos para todo tipo de pieles y edades, sólo se necesita saber cuál es la más idónea.

Además, dentro de esta amplia oferta, hay productos para economías modestas y para presupuestos desahogados.

25: La edad de la inocencia

Superada la etapa del acné, a partir de los 18 años la piel luce en todo su esplendor. La tez está firme, jugosa, luminosa y espléndida, pues los mecanismos de renovación celular funcionan al cien por cien.

Pero a esta edad ni los hábitos de limpieza de la piel ni de alimentación están muy asentados, además, por lo general, se comenten los primeros excesos con el alcohol y el tabaco y en muchas ocasiones se duerme poco.

Es el momento de cuidar la piel. Lo más importante es su limpieza, que debe de convertirse en una obligación todas las mañanas y noches. La toallitas fáciles ‘Daily Facials’, de Olay son muy útiles y prácticas, suplen a la tradicional leche limpiadora, el jabón y el tónico.

Las pieles jóvenes no requieren demasiados productos, basta una crema hidratante para el día y la noche, eso sí, mejor con protección solar y adecuada al tipo de piel. Si se posee una tez grasa, en imprescindible que se adquiera una libre de aceites.

30: La edad dorada

A partir de los 30 las cosas empiezan a cambiar. Es el momento de prevenir el deterioro de la piel y luchar contra las primeras arrugas. Los tratamientos de noche, el contorno de ojos y el de labios son los mejores aliados.

Cuando se cumplen los 35, la capa córnea no es tan compacta. Las células tardan un poco más en renovarse, la resistencia frente a las agresiones externas disminuye, entonces se producen la sequedad superficial y la aparición de los primeros efectos del envejecimiento.

Las arrugas se hacen más profundas –el colágeno y la elastina se deterioran–, las ojeras empiezan a ser un problema y el rostro comienza a perder luminosidad y firmeza.

Los cuidados

Tras la limpieza, aplicar un suero hidratante, después uno con protección solar y con efecto ‘éclat’, es decir, que aporte luminosidad a la piel y contorno de ojos para acabar con las bolsas y ojeras. ‘Future Solution’, de Shiseido, es un lujoso tratamiento antienvejecimiento que actúa sobre las arrugas, las líneas finas de expresión y la pérdida de elasticidad, ya que contiene vitaminas, plantas y ricos agentes hidratantes que fortifican la piel.

40: La edad madura

A esta edad la piel manifiesta las agresiones sufridas durante años anteriores. Se generan radicales libres que destruyen el colágeno y la elastina, lo que provoca que los tejidos se relajen. Las arrugas se marcan mucho más, las patas de gallo hacen su primera aparición, las líneas del contorno de labios y del entrecejo se hacen más profundas. La piel se vuelve más seca, pierde elasticidad y presenta un aspecto apagado.

Ha llegado el momento de tomar el control de la situación, de consultar con los expertos y de darle a la piel todo lo que necesita para afrontar el futuro con confianza. La línea ‘Suractif Non-Stop Lifting’, de Lancaster, elaborada con retinol, aporta tersura y efecto tensor a la piel, es recomendada por expertos para prevenir estos males.

50: La edad regenerativa

A partir de los 50 es momento de regenerar la piel. Las carencias hormonales ligadas a la llegada de la menopausia provocan el aceleramiento del envejecimiento, además de poderosos enemigos como la polución, la radiación solar, la contaminación, el insomnio y el estrés.

La piel, menos elástica y más apagada, precisa cuidados específicos que mejoren su aspecto. Necesita un plan de ataque.

Lo mejor es contrarrestar el efecto de la menopausia con tratamientos hormonales –consultar siempre con el ginecólogo– y utilizar cosméticos que compensen las carencias. Busque productos que revitalicen la regeneración celular, que tonifiquen, que nutran, que alisen y que protejan de los rayos solares. Los sueros se convierten en una buena solución, pues son concentrados muy potentes. ‘Supra Serum’, de Clarins, redensifica y restaura la piel gracias al trabajo común de dos contenedoras de grandes dosis de isoflavonas: la pelvetia –planta trepadora de una excepcional vitalidad, cuyo nombre en botánica, significa ‘siempre joven’, y la pueraria lobata, un alga de asombrosa vitalidad, capaz de renacer después de una prolongada carencia de agua.

Por su salud

Además de todo lo mencionado anteriormente, uno de los elementos más importantes para preservar la belleza es llevar una vida sana –disfrutar de la dieta mediterránea, no fumar, no beber y dormir al menos siete horas–, además de limpiar e hidratar la piel todos los días.