�Les gusta la mala vida?
Roxana Mu�oz
S�. La pregunta es con usted: joven, se�or, don o se�orito que se dice paname�o del sexo masculino.
Nuestra naturaleza humana nos inclina a buscar lo mejor: preferimos la cama al piso duro y el pan con queso en vez de pan pelado. Sin embargo, aunque parezca incre�ble, hay gente que no aprecia lo bueno y prefiere lo contrario.
Fue un hombre quien me cont� esta historia: Dalia ten�a un novio, Ignacio, (se lo pregunt� y �l me jur� que no era �l mismo) quien era atendido en la casa de sus suegros como rey, all� se quitaba los zapatos, desayunaba, pasaba los domingos y hasta se quedaba a dormir. Con decirles que hasta le lavaban la ropa.
Navidades y Fiestas Patrias fijo que all� estaba Ignacio instalado. Todos, hasta el perro, lo trataban como de la casa. Por cinco a�os fue el novio consentido. Hasta que un buen d�a le sali� a Dalia con: �Mi amor no eres t�, soy yo, necesito espacio... bla, bla, bla�. Traducci�n: ya no quiero nada contigo.
As� agradeci� tanta dedicaci�n. Imagine el dolor de esa novia. Tan grave fue la herida que hasta hoy ella no puede o�r el nombre de Ignacio sin que agarrare un coraje.
Por fortuna, el tiempo alivia las penas de amor. Un a�o despu�s Dalia conoci� a Genaro. Eso s�, a �l jam�s le dio chance de poner los pies en la mesita de la sala, nada de probar gratis del jam�n navide�o de los suegros y mucho menos quedarse a dormir con la novia. Rapidito Genaro tuvo que aclarar sus intenciones y en menos de un a�o ya estaba cas�ndose con ella. �Qu� les parece! He aqu� una mujer que aprende de sus errores.
Otro ejemplo. Este no me lo contaron, lo vi yo: una se�ora que siempre fue con su marido un pan de Dios, le preparaba sus mariscos (aunque ella era al�rgica), le perdonaba sus salidas nocturnas, jam�s despilfarraba y si �l le preguntaba que quer�a para el D�a de las Madres, ella dec�a: �Nada, cualquier cosa�. Y �l, muy bien mandado, justo eso le daba. Jam�s le cruz� por la mente agradecer al cielo por tan comprensiva mujer y comprarle un buen regalo. �Para qu�?
La hermana de esa misma mujer era lo contrario: a su esposo lo ten�a en el tuquito, nada de llegar tarde, si quer�a comida caliente que la hiciera �l, para eso ten�a manos �no? Ella exig�a que cada dos a�os le cambiaran los muebles, si hab�a plata o no eso era lo de menos, de paso siempre compraba buenas cosas para ella. �Y adivinen qu�? Su esposo tambi�n era bien mandado y hac�a justo lo que ella le ped�a.
C�mo podemos explicar tales comportamientos si no es por el simple hecho de que a los hombres (no a todos, pero s� a muchos) les gusta la mala vida. Algunos no se hallan con una mujer que los consienta y los comprenda. Prefieren una que los cele y que los tenga a raya con una mirada de hielo. Otros se desviven por mujeres que nunca les hacen caso y los miran como ranas.
Bueno, no faltar� quienes piensen que yo que hablo, si un mont�n de mujeres hacen lo mismo. En vez de enamorarse del tipo decente y que las quiere bien, se buscan un mujeriego, medio vividor.
Como no tengo formaci�n de psic�loga mal puedo adentrarme a explicar estos comportamientos de manera cient�fica.
Lo que s� me queda claro es que cuando una adopta el papel de abnegada y renuncia a todo por �l esperando que alg�n d�a note el sacrificio all� va a echar canas esperando. Y aunque no estoy de acuerdo con las mujeres abusivas, que las hay �y bastantes�, lo cierto es que una tiene que darse su lugar, si no �qui�n? De lo contrario tambi�n nos preguntar�n si nos gusta la mala vida.
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