Unos pocos suben,los mas bajan

�La esperanza yace en los sue�os, en la imaginaci�n y en la valent�a de aquellos que se atreven a convertir los sue�os en realidad� Jonas Salk Investigador cient�fico

En el 2003, en Estados Unidos, los salarios de los presidentes ejecutivos se incrementaron en una amplia gama de industrias, en tanto que los sueldos de muchos trabajadores fueron en descenso.

Un estudio del grupo privado de investigaci�n empresarial The Conference Board, revel� que en la cima de la lista de los jefes bien remunerados estaban los gerentes de la industria de la construcci�n, donde la remuneraci�n promedio de un presidente se situ� en cerca de 3 millones de d�lares, casi 22% m�s que en el 2002.

Los presidentes ejecutivos de las compa��as de energ�a y telecomunicaciones tambi�n fueron grandes ganadores, su paga creci� 19.3 y 17.2%, respectivamente.

Cifras que contrastan fuertemente con los salarios de los trabajadores, que declinaron el a�o pasado y todav�a est�n luchando para equilibrarse con la inflaci�n. La disparidad no s�lo hace m�s tenso para los trabajadores llegar al final, sino que tambi�n amenaza la salud total de la econom�a, que depende del gasto del consumidor para dos tercios de su fuerza.

Humos en cocinas

Datos de la OMS se�alan que cerca de 1.6 mill�n de personas, principalmente ni�os peque�os, mueren cada a�o a causa de enfermedades provocadas por la inhalaci�n de humo proveniente de hornillas y de fuegos para cocinar dentro de las casas.

Casi la mitad de la gente en el mundo utiliza para cocinar combustibles s�lidos como el esti�rcol, la madera, los residuos de productos agrarios, y el carb�n, que expiden sustancias da�inas que �elevan a m�s del doble el riesgo de enfermedades respiratorias como la bronquitis y la neumon�a�, dijo la agencia en un comunicado conjunto con el PNUD.

�La cantidad de humo de estos fuegos es el equivalente a consumir dos paquetes de cigarrillos al d�a�, dijo la OMS, y a�adi� que cada 20 segundos una persona muere debido a los efectos de la �cocina asesina�.

Mantener a los ni�os alejados de �reas con humo y utilizar madera seca junto con tapas en las sartenes para reducir tiempos de cocci�n, son medidas que podr�an reducir el n�mero de v�ctimas.

�Quien mato a Alejandro?

Una nueva teor�a plantea que el macedonio Alejandro Magno, conquistador de buena parte del mundo conocido y creador del mayor imperio de la historia cl�sica, pudo haber muerto envenenado por su mujer, Roxane.

En su libro Alejandro Magno: Asesinato en Babilonia, Graham Phillips sostiene que no fue la malaria, el tifus ni la cirrosis lo que acab� con la vida del h�roe, sino que fue v�ctima de un asesinato.

Las fuertes fiebres que padeci� en Babilonia, donde falleci� el 13 de junio de 323 a.C, a los 32 a�os de edad, se debieron al veneno que le administr� su esposa, la princesa irania Roxane de Bactria (actual Afganist�n), seg�n Phillips.

Herida por sus aventuras extramatrimoniales o tal vez por sus devaneos con Hefesti�n, Roxane le habr�a matado con una toxina entonces poco conocida, obtenida de la planta de la estricnina.

El experto en historia popular cree que, en esa �poca, ella era de las pocas personas que pod�a conocer los efectos letales de ese derivado de la planta Strychnos nux vomica, que habr�a investigado en los viajes con su esposo por el valle Indus.

Las fiebres afectaron a Alejandro Magno durante el funeral de su amigo Hefesti�n, quien tambi�n muri� en extra�as circunstancias, en mayo de 323 a.C.

Los historiadores romanos escribieron que el conquistador sufri� �agitaci�n, temblores y rigidez del cuello y padeci� un dolor agudo en el est�mago� antes de desmayarse, recuerda Phillips en su libro.

La teor�a de la esposa celosa ha sido puesta en duda por otros expertos, como Robin Lane-Fox, profesor de la Universidad de Oxford y asesor del cineasta Oliver Stone en su pel�cula, Alejandro Magno que se estrena este mes.

Ayuda contra el Alzheimer

Beber t� ayuda a proteger al ser humano de contraer el mal de Alzheimer, pero en cambio no tiene efectos curativos pues la enfermedad, hasta el momento, es incurable.

Expertos de la Universidad de Newcastle probaron que el consumo regular de t� reduce los riesgos de contraer la enfermedad degenerativa del sistema nervioso central, que deriva en p�rdida de memoria y demencia.

�Si bien no es una cura para el Alzheimer, es un elemento m�s para la prevenci�n e incluso para retrasar su desarrollo�, precis� el coordinador del grupo de cient�ficos, Ed Okello.

Los hallazgos del doctor Okello, en la foto vertiendo t� en una taza, fueron publicados en la revista Phytotherapy. Este descubrimiento podr�a llevar al desarrollo de un tratamiento contra la enfermedad del Alzheimer, enfermedad que afecta aproximadamente a 10 millones de personas en el mundo.