Publicado el viernes 29 de octubre de 2004 - Edici�n No. 759 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
Secciones  
Bazar
Sólo para ellos
Ventana abierta
La vida en fucsia
Esta semana
Rostros
Finanzas
Belleza
Salud
Lista de Ellas
Diario de mamá
Moda
Evento
De la cocina
Horóscopo
Ediciones anteriores
Suplementos  
Martes Financiero
Pulso de la Nación
Sábado Espectacular
AprendoWeb
LA VIDA EN FUCSIA

Esposo presta�o

Ileana P�rez Burgos

Decid� comprar un auto, pero hab�a un problema. Sobre el tema, soy superignorante. Digo, manejo casi a diario y desde hace m�s de una d�cada, pero si me preguntan la diferencia entre gasolina 95 y 91, bien y usted. �Que qu� hace el carburador?, ni idea, y �por qu� el carro necesita agua? Pues �para el chorrito que limpia el parabrisa tal vez? O sea, soy nula en el tema. �C�mo es posible tomar as� una de las decisiones m�s caras de mi vida?

As� que hice lo l�gico, busqu� ayuda y en esto de carros los hombres parecen andar m�s empapados que las mujeres. No entiendo por qu�, si nosotras los usamos igual que ellos, pero bueno, as� es el estereotipo en el que caigo yo tambi�n. Fui preguntando a amigos por aqu� y por all�, y ya con alguna idea me fui a Expo Auto en una gran y alegre tuna �taratararan, �eh!, �eh!�, iba con mi prima Yili, mi prima Evelyn y su esposo Carlos.

Golose� los 4x4 peque�os, y despu�s de un rato �Tierra llamando a Ileana�, bat� en reboch mis alitas de lib�lula para pisar mi realidad econ�mica. Comenc� a echarle el ojo a los sedanes m�s baratos. Escog� uno. Se ve�a pretty, elegant�n. Pregunt� por lo que s� s� �espacio para ch�cheres, espejito para maquillarme, barras laterales y frontales por si me chocan o me choco, bolsas de aire, consumo de gasolina�.

Entonces lleg� mi amiga Carol con su esposo Beto del brazo. �Carol me dijo que quer�as que viniera para ayudarte a escoger y negociar, as� que aqu� estoy�, me dijo Beto en su grave voz de locutor. En efecto, su ayuda me ca�a como anillo al dedo, porque todav�a me sent�a como enano en feria.

As� que Carol me prest� felizmente a su esposo por un ratito, y me di cuenta que yo no estoy para nada acostumbrada a estar �casada�. Primero, Beto me forz�, porque yo me rehusaba como ni�a de cinco a�os, a probar otros autos �para conocer precios y tener con qu� negociar el que te gusta�. El ten�a raz�n, descubr� carros que me gustaban m�s y otros que me gustaban menos. Volvimos al auto elegido y Beto se plant� frente al vendedor, el mismo que me hab�a atendido antes, a �negociar� para que me diera las ventanas el�ctricas sin que me costara m�s. Yo me par� confiada al lado de mi �compa�ero�, pero al ratito se me desinfl� la confianza. Primero el vendedor se olvid� de que yo exist�a y de que era yo quien compraba el carro. ��Hello!, Aqu� estoy�. Toda la atenci�n se concentr� en Beto, que despu�s de todo era quien hablaba. Beto exig�a en tono amable, pero firme. A veces tem� que el vendedor fuera a molestarse, para mi sorpresa, fue todo lo contrario. Parec�a que el vendedor entend�a mejor las cosas cuando Beto era terco. Estaba frente a un lenguaje masculino en el que soy analfabeta, y mientras miraba a uno y a otro como si mis ojos fueran bola de ping-pong, yo pensaba: qu� pena c�mo le habla as�, el otro se ha puesto mansito, por qu� tanto bla bla para decir que no, por qu� tanto bla bla para pedir m�s, ya se va a rallar, no, no se ray�, ahora le dice que s�, qu� pretty ese precio, pero �ya! no quiero hablar m�s, quiero un carro...

El vendedor se fue a buscar informaci�n y Beto me dice: �No me contradigas ni te burles de m� frente al muchacho�, no se me hab�a ocurrido ni lo uno ni lo otro, pero la sola advertencia estremeci� mi coraz�n feminista. �Ey, que ya bastante me est� costando quedarme callada. No me pidas m�s�. Eso de que un hombre me diga qu� hacer... lo llevo mal.

Para resumirles. Termin� con un carro mejor del que hab�a elegido, uno que ni siquiera me hab�a atrevido a mirar, y a un muy buen precio. Bueno, yo sent�a que estaba bien as�, aunque Beto ped�a m�s rebaja.

O sea, que funcion� el pr�stamo de Carol. Beto me abri� el panorama y me llev� a horizontes mejores de los que yo hab�a imaginado. Pero... me sent� incomod�sima en esa posici�n callada, de ignorante y dependiente. No me gust� nada y no quiero repetirlo. As� que, para sacudirme la ignorancia y siempre tener algo qu� opinar, por lo pronto he decidido tomar un curso de mec�nica.