Por la ruta 50
Hay quienes detestan cumplir a�os porque se sienten como atropellados por la vida. No entiendo por qu�, pues hasta el momento yo encuentro que se pone mejor cada d�a
Julieta de Diego de F�brega
Cuando cumpl� 30 a�os pens� que estaba en lo mejor de mi vida. Me sent�a una mujer grande, due�a de mi vida �o por lo menos de mis deudas y problemas� pensaba que estaba clarita en cuanto a mi destino y adem�s ten�a energ�as para absolutamente todo. Quedaban pocas cosas en mi lista de deseos: ten�a salud, una familia inigualable, trabajo y ganas de vivir.
Andaba yo, pues, muy contentita con mis treinta cuando me di cuenta que estaban llegando a su fin. �Y ahora qu�? Me pregunt� el d�a que cumpl� 40. �Ser� que la vida empezar� a ponerse aburrida? Gracias a Dios esa curiosidad dur� poco, ya que la d�cada de mi vida que empez� en 1995 ha probado ser excepcional. Sin duda, la mejor hasta el momento y ante la oportunidad de escoger alg�n per�odo para repetir �ste ser�a el elegido.
Creo que los cuarenta son la verdadera mayor�a de edad, emocional, por lo menos. Dejamos de culpar a otros por nuestros errores, asumimos con responsabilidad y valent�a las consecuencias de buenas y malas decisiones, comprendemos el poco valor que tienen las cosas materiales (de verdad, no s�lo de la boca para afuera), nos olvidamos de vivir para el qu� dir�n, decimos lo que pensamos aunque nuestros hijos se averg�encen de nosotros, vemos a nuestros padres como iguales y no como monstruos de siete cabezas, aprendemos a re�rnos de nosotros mismos, comprendemos que nada es personal y reconocemos que el mejor profesor que tuvimos en la vida fue aqu�l que nos dejaba tareas de lunes a viernes.
Empezamos a comprar s�lo la ropa que nos gusta y nos queda c�moda y se nos resbala siete veces qu� color est� de moda; si nos queda feo, simplemente no lo usamos. Vemos a nuestros hijos avanzar a pasos agigantados por la vida y aunque nos duele verlos equivocarse, los dejamos. Sabemos que con cada estrell�n acumulan un aprendizaje. El matrimonio es una aventura maravillosa, porque hemos descifrado la mayor�a de los c�digos secretos de nuestro c�nyuge. Adem�s, sea por cansancio o por resignaci�n, abandonamos las ganas de reclamar por las peque�as tonter�as que de reci�n casadas nos volv�an locas. Yo lo veo as�, uno es como una liga que se ha usado muchas veces, nos estiramos m�s, pero no hemos perdido la elasticidad.
Hace exactamente media hora he llegado a los 49 a�os. Me miro y no veo mayores transformaciones, tengo la nariz en el mismo lugar, los ojos del mismo color, pero reconozco que mi �poca �dorada� se acerca a su fin y siento como una culebrita en el est�mago, puesto que me parece dif�cil que esta nueva etapa logre superar a la anterior y no me resigno a pasar a peor vida.
Trato de reunir toda mi energ�a positiva para convencerme de que una vez establecido un patr�n, �ste se repite. En otras palabras, si los treinta fueron mejores que los veinte y los cuarenta fueron mejores que los treinta, por fuerza los cincuenta tienen que superar todo lo anterior. �Cierto? Por favor, alguien que me confirme esta conclusi�n para dejar a un lado mis mortificaciones y dedicarme en alma, vida y coraz�n al �ltimo a�ito que le queda a esta d�cada.
Por lo pronto, trato de enfocar la mirada sobre el camino que me falta por recorrer y lo veo m�s ancho, menos pedregoso. No me da miedo encontrar bifurcaciones, siento que tengo mucha m�s pr�ctica en la toma de decisiones. Miro hacia atr�s y el panorama me gusta. La siembra ha sido productiva, el trabajo est� dando frutos. He notado que el cansancio me visita con m�s frecuencia que antes, pero he decidido no pararle bola. Ojal� mi indiferencia lo ahuyente. Por lo dem�s, qu� puedo decirles, nada. Tocar� esperar un par de a�os a ver qu� calificaci�n le doy a los cincuenta.
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