Publicado el viernes 27 de agosto de 2004 - Edici�n No. 750 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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LA VIDA EN FUCSIA

El placer de no ser famosa

Roxana Mu�oz

Digan lo que digan, en estos d�as es mejor ser una perfecta desconocida que ser Anna Kournikova, Paris Hilton o la misma Chupitos.

Estoy segura que hasta la modelo m�s famosa amanece a veces sin ganas de hacerse blower o ponerse tacones. Pero no puede. No, qu� va. El resto de las personas la har�an pedazos con sus comentarios malsanos.

��Viste qui�n estaba comiendo all�? O� que dec�an en la mesa de al lado en el restaurante donde estaba yo comiendo.

��No la viste? S� era la mism�sima fulana de tal (no voy a decir su nombre, pero es una reconocida cara de la far�ndula paname�a)

��Esa cosita! No puede ser. No tiene ni tama�o. Dijo la otra.

Y por all� siguieron hablando de las mil y una expectativas que no llenaba fulana de tal.

Es inevitable, a las mujeres nos gusta hablar de otras mujeres, y si es mal, mejor.

�Fiuuu! Gracias a Dios en esta columna a nadie se le ha ocurrido poner fotos, para que luego la gente ande por all� diciendo: �Esa es la de la columna, pero si yo la cre�a m�s alta, m�s blanca, m�s bonita�.

Bueno, no me voy a desviar del tema. El asunto es que cada vez me cercioro m�s de que es mejor ser una ilustre desconocida a ser famosa, aunque parezca que son puras habladur�as, producto de la envidia cochina.

Pero p�ngase a pensar: �no es realmente desagradable salir a la calle y que los paparazzis est�n agazapados esperando? Digo, al principio debe sentirse muy bien, pero despu�s de un tiempo aburre.

En estos d�as vi a la Paris Hilton jugando con su apuesto novio en la playa: se daban besitos, se correteaban uno al otro y alrededor �a menos de ocho metros� se ve�a a media docena de paparazzis, �por favor!

Pero eso es apenas la punta del iceberg en cuanto a intromisi�n en la vida ajena. Los famosos no tienen derecho a casarse con feos y menos con pobres. All� tienen el caso de Madonna, Estefan�a de M�naco y JLO quienes tuvieron romances con core�grafos y guardaespaldas, todo el mundo las critic� �aunque sinceramente, aqu� entre nos: �nada que ver!�

Una vez que se alcanza la fama la persona queda en un pedestal y tambi�n a tiro de piedra. En todo momento hay que cumplir con lo que se espera de una estrella, eso significa estar siempre de punta en blanco, sonre�da �otra cosa, las famosas no tienen derecho a un mal d�a�.

Ni siquiera se les perdona tener celulitis. Los paparazzis se dan gusto cuando logran una de esas fotos en que la artista de moda va en su yate millonario con un vestido de ba�o car�simo que le deja ver toda su escurrida y estriada piel.

Si hablamos de la far�ndula paname�a la gente se sorprende si ve a un famoso buscando ofertas en la Central.

�Qu� triste no poder comerse unos patacones en la calle sin que alguien diga: pero si es fulana de tal, m�rala comiendo en fonda!

�Acaso los famosos no pueden tener antojos baratos? �Pues no!

Ese es el precio que deben pagar, �qui�n los manda!

Las no famosas podremos seguir saliendo a la calle como queramos: en chancletas, sin maquillaje, con ropa de oferta. No tendremos que esforzarnos en caerle bien a todos, la gente no estar� observando si somos unas cre�das. Tampoco habr� a quien le importe nuestro novio domador de circo o nuestra estatura de 1.50 m (en vez del 1.80 m que la gente imagina).

Yo insisto, la pr�xima vez que sintamos la tentaci�n de robar c�maras y ser admiradas, pensemos en los maravillosos placeres del anonimato, son muchos.