Publicado el viernes 16 de abril de 2004 - Edici�n No. 741 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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LA VIDA EN FUCSIA

Mirar con otros ojos

Esther M. Arjona

Acaso no se han fijado en fulano?, preguntaba Julieta a las chicas fucsia, como algunos nos llaman.

Las respuestas eran bastante t�midas: �La verdad, ni se me hab�a ocurrido�, pensaba yo, mientras que Ileana y Roxana se miraban entre ellas.

��Fulano?, Nada que ver�, dec�a Ileana.

��Por qu�?� le preguntaba Julieta. ��T� lo conoces? No�.

Roxana era m�s tajante, sencillamente, dec�a, �no me gusta�.

Mientras avanzaba una lista de candidatos que jam�s hubi�semos considerado, me detuve a pensar qu� tienen esos que no son elegibles.

No estoy hablando de pol�tica, no se confundan, me refiero a esos amigos, compa�eros de trabajo o simples conocidos que no llegan al top ten.

Algunos casos ni siquiera ten�an una raz�n espec�fica, sencillamente no se hab�an considerado.

�Ser� que en el transcurrir cada vez m�s complicado de nuestra vida (trabajo, estudios, compromisos familiares, etc.) estamos dejando escapar oportunidades?

Probablemente lo que sucede es que no estamos mirando m�s all� de nuestras narices y, como dice Mar�a Mercedes, �hay que poner las luces largas�.

��Cu�ndo vas a salir con tu amigo?� me pregunta Roxana. �No lo s�, hace unos d�as me llam� pero ese d�a ten�a un compromiso�.

�Yo creo que �l gusta de ti�. me comenta.��De veras?� le pregunto. �No lo hab�a notado�.

Veamos las causas m�s frecuentes por las que un conocido no llega al top ten.

-Es un compa�ero de trabajo.
-Es mi amigo de siempre
-Lo considero como un hermano
-�Qui�n?
-Qu� aburrido...
- No me gusta

Mejor no sigo. Con esto, lo que quiero decir es sencillamente que las apariencias enga�an y que tal vez dando una oportunidad, nuestro punto de vista puede cambiar totalmente.

Lo que hay que hacer es mirar con otros ojos.

Gabriel era asiduo del bar y el grupo de chicas que frecuent�bamos el lugar sent�a hacia �l un rechazo terrible. Era un fantoche cualquiera, hablaba en voz alta para que todas escuch�ramos, sus temas favoritos eran las inversiones en la bolsa y el alza del precio del caf�.

�A qui�n se le ocurrir�a?

Coincidimos en la casa de playa de un amigo en com�n. �Qu� suerte!, tan lejos para encontrarlo all�.

Pero la impresi�n del grupo fue cambiando a medida que el d�a transcurr�a. Su conversaci�n se torn� amena, cont� unos buenos chistes y vestido informalmente su imagen se suaviz�. Lo vimos tal cual era, sencillo, bromista y sin pretensiones. Su f�sico, para nada musculoso, m�s bien delgado hac�a que la vista se fijara en su mayor atributo: sus ojos azules.

Las reuniones en el bar cambiaron, Gabriel era parte del grupo como un amigo compinche.

Una noche, estando en el bar, el ambiente se puso bueno, tanto que algunas personas subieron a la barra a bailar.

Entre ellos estaba Gabriel quien luc�a un su�ter, unos jeans gastados y botas vaqueras.

Esa noche vimos a Gabriel con otros ojos. Desde nuestras sillas apreciamos esas botas puntiagudas, los jeans deste�idos por el uso y su delgado cuerpo movi�ndose suavemente al comp�s de la m�sica. �Qu� hombre tan sexy!