Vino, queso y apartamentos
Ileana P�rez Burgos
El mi�rcoles Florence nos invit� a despedir su apartamento. Estaba dejando su piso de soltera para ir de vuelta a casa de sus padres. �Ahhhhh!, gritar�a cualquiera con la idea de regresar al nido tras haber vivido emancipada, pero para Florence esto no es problema. El retorno ser� temporal, apenas de ocho meses, lo que falta para que termine la construcci�n de su apartamento nuevo y �propio�. As� que con gusto bebimos vino y comimos queso celebrando la despedida del apartamento alquilado.
El viernes de esa misma semana est�bamos donde Lissy dici�ndole �Bon giorno� a su apartamento nuevo, tambi�n propio. Otra vez descorchamos botellas de vino y engullimos quesos, mientras ve�amos Sex and the city. El tour de la casa estaba impregnado del aroma de las velas. La sala estaba gobernada por el inmenso televisor y un cuadro naranja que marcaba el tono del nuevo hogar. En el estudio, habitaba solo una laptop en el suelo rodeada de varios CD, no se necesita nada m�s; el cuarto de visitas, por lo pronto, esta vac�o, a excepci�n del rompecabezas de un globo multicolor para entretener la mirada. Por supuesto, el cuarto principal est� lleno de personalidad: una cama grande, fotos de los viajes y un walking closet de ensue�o.
De vuelta a mi humilde s�tano, enciendo mis velas y mi laptop, y examino mi rinc�n seudoalquilado. Nada mal. Pero he de confesar que envidi� locamente a Florence y Lissy con sus huecos propios y grandes. Me puse brava conmigo misma porque entre las miles de cosas que plane� hacer en mi vida, nunca se me ocurri� a los 20 a�os comenzar a ahorrar para tener mi apartamento propio, y de soltera, en diez a�os (corrijo, para tener el abono inicial). Entonces, pensaba que eso de comprar casa estaba pospuesto para aquel momento lejano en que contrajera matrimonio y a d�o comprara algo.
Heme aqu� a los 30, con una cuenta de ahorro que da pena y que apenas ayudar� en algo para comprar un carro. �En qu� estaba pensando? Hice cero plan financiero para el futuro y el tiempo va corriendo. La verdad es que a estas alturas me juraba casada y con hijos. En el camino, no ha ocurrido ni lo uno ni lo otro, sino un mont�n de cosas tambi�n muy afortunadas. El dinero se fue en viajes, estudios y ch�cheres. Ahora miro hacia adelante y �d�nde voy a vivir en cinco a�os, en el s�tano de papi y mami? �Cuando est� como mi abuela, con qu� vivir�, porque la jubilaci�n no alcanza? �Si alg�n d�a quiero poner un negocio propio, de d�nde sacar� la plata? �Aceptar�n cascarita de huevo?
Como buena paname�a tiendo a la quejadera y como buen ser humano a no conformarme con lo que tengo. As�, que bato mis alitas para volver a pisar la tierra, y con los pies bien agarrados al suelo, vuelvo a mirar alrededor. Algo comprimido, mi s�tano est� rico y existe, que es lo importante. As� que compr� un quesito y un vino, y el s�bado en la noche recib� a unos amigos. Mientras Bob me hac�a el tinte, Eiri le vend�a cremas anticelul�ticas a Geraldine. As� son las cosas en mi petit apartament, c�mo voy a quejarme.
Pero no puedo seguir cometiendo el error de no planear para el futuro, as� que revis� mis finanzas. Acept� mis errores financieros, que han sido varios, y le pegu� una llamada a Don Jos� Canto para que me asesorara, porque sola no puedo.
Mi bisabuela, por alguna misteriosa raz�n, me regal� una ternera para mis 15 a�os. Esa vaquita se reprodujo y sus descendientes fueron vendidos, lo que me ha dejado un dinerito inesperado. En cuanto me avisaron, me dio una corazonada, abuela Joba me hab�a dejado eso para algo grande que vendr�a despu�s. �Qu� ser�? No tengo idea, pero por lo pronto esto ser� la base de mi ahorro para un plan mayor. Ahorita se me ocurre que podria ser el abono inicial de mi apartamento propio en cinco a�os, pero bien s� que la vida me puede cambiar el sue�o en cualquier momento. Lo que est� claro es que no me gastar� el ahorro ni en una joya ni en un viaje a Indonesia.
A mi corta edad, he aprendido por fin que los sue�os adem�s de so�arse se tienen que ahorrar; y que el futuro en el que ni pensaste, llega, y m�s vale que est�s preparada, por lo menos econ�micamente.
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