La cultura de los chicheros
Todo lo que uno haga con amor y dedicaci�n suele tener un resultado positivo, no importa cu�n humilde sea la labor
Julieta de Diego de F�brega
Yo no s� si alguno de ustedes, como yo, se habr� preguntado a qu� universidad van los chicheros. S�, los chicheros, los se�ores esos que venden chicha, empanada, pan de dulce y otra serie de alimentos, porque son un ejemplo a imitar en lo que atenci�n al p�blico se refiere.
Vendedores ambulantes siempre han existido, lo que cambia es la forma como cargan su producto. Cuando yo era ni�a por la calle vend�an �pescao� y pan de dulce. El primero en carretilla y el segundo en canastas de paja ovaladas como las que se usaban para transportar la ropa limpia. Ambos ten�an siempre un grito caracter�stico que uno reconoc�a desde la esquina, lo que daba tiempo de buscar el dinero y estar frente a la casa cuando llegaba el producto.
Aquellos que eran m�s agresivos se hac�an amigos de la due�a de la casa o de la muchacha de la cocina y �stas les facilitaban la vida haciendo pedidos para la semana siguiente. Yo no s� si es que yo en esa �poca era chiquita o si realmente era as�, pero los se�ores que vend�an pan de dulce siempre me parec�an enormes �de tama�o�, pero a la vez eran dulces como el producto que vend�an.
Bueno, fueron desapareciendo carretilleros y �pandedulceros�, a decir verdad no s� por qu�, pero en los a�os 70 fueron sustituidos por los chicheros. Una casta de personitas que como hormigas salen todas las ma�anas supertempranito con sus tanques llenos de chicha helada. Naranja, lim�n con raspadura y avena o arroz con leche suelen ser las m�s populares.
Por supuesto que su bebida se vende mejor si viene acompa�ada de algo que tranquilice el est�mago temprano en la ma�ana. Los avances en el transporte han puesto a los chicheros sobre ruedas: de bicicleta, de moto y los m�s sofisticados llevan su tienda en un peque�o panel.
Pero nada de esto es realmente importante. Lo que me asombra es lo maravillosamente bien que estos personajes atienden a su clientela. Al igual que los carretilleros, los chicheros tambi�n desarrollaron su llamado especial. Cada uno tiene una clave por medio de la cual se le reconoce en el vecindario.
Ac�rquese a uno y ver� que lo recibe con un �buenos d�as� o �buenas tardes�. Si usted es cliente fijo, probablemente el dependiente se adelantar� a preguntarle �lo mismo de siempre? Y si no, pues muy educadamente se dirigir� a usted con un detalle de su men�. Son tan buenos vendedores que no se ofenden si usted les pide que le muestren la mercanc�a.
La atenci�n es r�pida pues ellos saben que generalmente sus clientes andan apuraditos, sea porque van camino a la oficina o porque el coffee break solo dura 15 minutos. Jam�s he visto a uno tomar la mercanc�a con sus manos. Usan pinzas o bolsitas pl�sticas o guantes. Un punto para la higiene. En el cartuchito siempre ponen servilletas y se va el cliente con �gracias� o un �buen provecho�.
Cuando los veo de tan buen humor no puedo menos que imagin�rmelos a las tres o cuatro de la madrugada exprimiendo naranjas y batiendo su chicha. Eso hay que hacerlo cuando a�n es de noche, pues de lo contrario, no habr�a tiempo para recoger las empanadas y estar a la hora en el puesto acostumbrado. Hay que recordar que en la mayor�a de los casos les toca pedalear hasta all�.
Esta maravilla siempre me hace pensar que ahora que los paname�os estamos entusiasmados con el turismo ser�a muy buena idea encontrar la universidad de los chicheros, y enviar all� a la masa de paname�os que de una forma u otra tienen la responsabilidad de atender al turismo.
Es con esa alegr�a que debemos recibir a nuestros invitados, con esa gentileza que debemos atenderlos y con esa diligencia que debemos servirles. Y si voy m�s all� en mis elucubraciones podr�a concluir que aun aquellos de nosotros que no atendemos a nadie podr�amos imitar su amor al trabajo. Siempre lo que hacemos con ganas sale mejor. A los chicheros paname�os, mis felicitaciones.
|