Proyecto Felicidad: la pregunta correcta
As� como una m�nima cantidad de p�lvora sirve para detonar una bala, de igual forma una sencilla pregunta puede ocasionar una avalancha de pensamientos negativos o positivos. Usted escoge
Julieta de Diego de F�brega
No sabemos la causa, pero lo cierto es que una de las primeras cosas que aprendemos a preguntar es �por qu�? Es la interrogante repetitiva de todo ni�o a los dos a�os �la edad terrible en que suelen volvernos locos, �recuerdan?�. Los padres, que estamos supremamente emocionados por las nuevas habilidades de nuestros hijos, promovemos ese esp�ritu inquisitivo llevando la cadena de preguntas �hasta las �ltimas consecuencias� como dir�an los pol�ticos. Estoy anotando que necesito que alguien me explique a m� qu� exactamente significa esa frase, pero no me detendr� a deliberar sobre ella ahora.
Nada de malo tiene querer saber c�mo funciona todo lo que existe sobre la faz de la tierra, sin embargo, en alg�n momento de la vida se distorsiona el panorama y los porqu�s dejan de aparecer solos para casarse con la persona. Vemos entonces, que la pregunta reza �Por qu� a m�? �Por qu� yo? Este matrimonio es peligros�simo. Nos lleva directo al c�rculo vicioso de la autocompasi�n, de la cual es muy dif�cil salir. Y no hay que ser adulto para caer en �l.
�A cu�ntos ni�os de primaria no ha escuchado usted decir que la maestra le tiene ley? Si levanta la mano y no lo llama, porque no lo llam�, y si no la levanta y lo llama, porque lo llam�. As� de sencillo. En la vida profesional ocurre lo mismo: Si el jefe nos asigna un trabajo nos preguntamos �por qu� a m�? Y si se lo asigna al vecino de escritorio simplemente intercalamos un no y preguntamos �por qu� no a m�?
A mi juicio, la autocompasi�n es una de las enfermedades m�s da�inas que aquejan al ser humano. Es una adicci�n, una vez que empezamos a sentir l�stima de nosotros mismos, no sabemos c�mo vivir sin ella. Utilizamos toda nuestra creatividad para lograr que terceras personas sientan el impulso de exclamar �Pobrecita, fulanita! Por tan solo vernos pasar.
El peso de la autocompasi�n es de tal magnitud que desde que empezamos un proyecto lo hacemos con la certeza de que nos va a salir mal. Sin darnos cuenta boicoteamos nuestra propia vida hasta convertirla en una cadena de proyectos malogrados y aspiraciones inconclusas. Tanto disfrutamos el estar mal que hasta llegamos a pensar que el sufrimiento nos est� ganando puntitos para el cielo.
Es all� donde creo que nos equivocamos, porque que yo sepa Dios no ha dicho que hay que sufrir para obtener un boleto para irlo a conocer. A mi juicio este problema tiene una soluci�n bastante sencilla: cambiemos la pregunta. Dejemos de preguntar �Por qu�? Y empecemos a preguntar �Para qu�? Repitan despu�s de m� �Para qu�? �Para qu�? �Para qu�?
Ahora cierren los ojos e imag�nense la �ltima situaci�n dif�cil que enfrentaron. Digamos que, por ejemplo, su esposo/a los dej�. Sienten que se est� acabando el mundo. Que les falta el aire, que no podr�n seguir adelante. Seguramente estar�n trabados en los mentados porqu�s �Por qu� me dej� de querer? �Por qu� prefiere a sus amigos/as? �Por qu� abandon� a sus hijos? �Por qu� ya no le gusto? No sigo porque me estoy impacientando. El caso es que usar esta pregunta no conduce a respuestas claras. Sin embargo, preg�ntese usted �para qu�? Y ver� c�mo le llueven conceptos ilustrativos que de seguro le har�n ver el panorama con otros ojos.
Sigamos con el ejemplo de una ruptura matrimonial. Ante el �para qu� usted podr�a concluir que su soledad le har� m�s fuerte, m�s productiva/o, m�s ingeniosa/o. Pensando en sus hijos, podr�a concluir que la falta de su c�nyuge le dar� la oportunidad de conocerlos mejor, de ordenar sus prioridades y poner el trabajo en segundo lugar, de abrazarlos m�s.
El truco de esta pregunta es hacerla con la mirada fija en el futuro, tratando de visualizar los cambios positivos que la situaci�n de trauma puede provocar en nuestras vidas. Es muy posible que le tome un tiempo acostumbrarse a este nuevo sistema, pero cr�ame que a medida que se perfecciona se vuelve �al igual que el anterior� una adicci�n. A diferencia de la autocompasi�n, el c�rculo vicioso del optimismo y el aprendizaje siempre nos trae cosas buenas.
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