Ganancia
La raz�n puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; s�lo el coraz�n nos dice lo que es preciso hacer. David Jessel
En la actualidad al trabajar en la lista del supermercado, se pone atenci�n a que los alimentos, tanto para los adultos como para los m�s j�venes de la casa, certifiquen tanto un control de sanidad como nutrientes adicionales, como vitaminas, hierro y calcio.
Estudios han demostrado que los compradores ponen hoy m�s atenci�n a la lista de componentes, para entonces seleccionar entre aquellos que m�s nutrientes ofrecen.
Luego de a�os de investigaciones cient�ficas llega al mercado una nueva alternativa en alimentos considerados buenos para la salud, los probi�ticos, un alimento que contiene bacterias vivas que, principalmente, renuevan la flora intestinal, lo que favorece el proceso digestivo y contribuye a prevenir la invasi�n de bacterias perjudiciales para el organismo.
Se establece que aunque no son muchas las bacterias que se hallan en el est�mago por su ambiente �cido, no es as� en los intestinos, donde se halla una variedad de bacterias. Si la flora intestinal se desestabiliza, se despoja al cuerpo de una salud �ptima.
�Sin suficientes bacterias ben�ficas la ecolog�a intestinal esta fuera de balance, resultando en una ancha posibilidad de problemas de salud y condiciones para enfermedades�, se�ala una nota m�dica. El alimento probi�tico, que contiene bacterias beneficiosas, no da�a, m�s bien forma una barrera protectora e inhibe el crecimiento de bacterias no beneficiosas.
Un producto que es probi�tico es el yogurt, que adem�s ofrece vitamina K, nutrientes, como los �cidos grasos, y minerales, como el calcio.
Se sabe, adem�s, que esta propuesta alimenticia ayuda en el control del colesterol, alergias y problemas de la piel, tambi�n a prevenir las infecciones de levadura y hongos, entre otros.
El uso del rat�n como sistema de seguridad
Un estudio realizado en el Reino Unido ha revelado que al igual que la escritura, analizar la forma que tiene una persona de utilizar el rat�n de su ordenador puede servir para averiguar si realmente es quien dice ser.
As�, cualquier persona podr� ser identificada por c�mo use el rat�n, con lo que se evitar�n numerosas estafas por suplantaci�n de personalidad en la red.
Este sistema de seguridad, desarrollado por la Universidad de Londres, se sirve de un software �inteligente� que reconoce la manera que cada cual tiene de utilizar su rat�n cuando se identifica o cuando realiza cualquier otro movimiento con �l.
Este m�todo, que ha demostrado ser efectivo en un 99% de los casos, puede servir para comprobar si alguien es quien dice ser o para utilizar las tarjetas de cr�dito en internet con mayores garant�as de seguridad.
�Se trata de usar el rat�n como una especie de l�piz. Escribir el propio nombre o dar cualquier otro dato podr�a valer como firma�, se�al� el doctor Peter McOwan, quien afirma que el uso del rat�n es tan distintivo como la escritura y a�adi� que el sistema es muy f�cil de instalar en cualquier ordenador, ya que s�lo se necesita este software y se puede utilizar tanto con ratones �pticos como mec�nicos.
Repudiar la violencia
El portavoz de la Santa Sede, Joaqu�n Navarro Valls, dio a conocer un mensaje en el que se pide a todas las confesiones religiosas del mundo que expresen un rotundo rechazo al uso de la violencia, y ha instado a sus l�deres para que promuevan �la paz y la reconciliaci�n entre los pueblos�.
Junto al mensaje, el Vaticano anunci� su participaci�n en el congreso interreligioso que tendr� lugar en Kazajist�n el 23 y el 24 de septiembre pr�ximo.
Navarro Valls asegur� que la Iglesia es partidaria del di�logo interconfesional y record� las palabras del papa Juan Pablo II durante el encuentro del pasado a�o en As�s con los l�deres de diversas religiones.
En aquella ocasi�n, el Pont�fice subray� que �es necesario que las comunidades religiosas expresen su rotundo rechazo a la violencia, en especial a aquella que se hace invocando el nombre sacrosanto de Dios para herir al hombre�.
�Herir al hombre �asegur� entonces el papa Wojtyla� es en definitiva una herida a Dios. No hay finalidad religiosa que pueda justificar la pr�ctica de la violencia del hombre contra el hombre�.
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