El actor peruano cuenta que ha perdido peso a punta de las andanzas de 'El Zorro', y asegura que se divierte haciendo telenovelas, pero que sus mejores trabajos los ha hecho en el cine.

El actor Christian Meier se sienta al final de la escalera en el Hotel Casona del Salitre, en Paipa, Colombia, a conversar con compañeros de trabajo de la telenovela El Zorro: La espada y la rosa.

Dentro del set no recibe más atenciones que otros, ni siquiera se le ve cerca un asistente personal -como tienen algunos actores-. Aunque anda risueño, se le ve algo agotado, después de todo hasta las 10:00 p. m. del día anterior había estado filmando en Bogotá, y de allí viajó cerca de cuatro horas para estar de pie a las 8:00 a. m. en Paipa.

La vida de galán no es nada fácil, por el contrario, implica además separarse de la familia -su esposa e hijos viven en su Perú natal-, largas horas de grabación, y no crean que hay grandes consentimientos.

De tanto en tanto se saca el celular de la bota y llama, ese es su contacto continuo con casa, cuenta que con sus hijos habla ‘todo el día’.

Abrazos y besos es fácil sacarle, y camina con el relax de quien acaba de levantarse. Lo bonito y lo feo de ser héroe.

Algunos panameños probablemente conozcan al galán peruano Meier más por el nombre de Santos Torrealba, su personaje en La Tormenta, que por el suyo propio. Esa telenovela lo terminó de posicionar como uno de los galanes más saboreados de la televisión latinoamericana y con frecuencia se le llama una de las celebridades latinas mejor vestidas. Eso sin contar sus actuaciones en cine, como en la película La mujer de mi hermano, donde actuó junto a Bárbara Mori, en un guión basado en una novela de Jaime Bayly.

Pero, por estos días, el público lo está conociendo bajo la capa de un héroe como protagonista de El Zorro, que ya se está transmitiendo en Panamá, y cuyas grabaciones aún están andando en Colombia. Así que a diario,

Christian tiene que mover la espada, asegurarse de no tropezarse con la capa y montar caballo, eso sin perder el porte de noble.

‘Lo más incomodo es ponerme un micrófono y tener que maquillarme’, dice de ser El Zorro. ‘Detesto maquillarme porque hace mucho no me maquillaba, Santos Torrealba no se maquillaba, me ensuciaban en lugar de maquillarme y para mí era maravilloso, no tenía que peinarme ni hacerme nada. Me podía sudar si quería. Acá esas cosas no se permiten por una cuestión de personaje’.

Sobre la actividad física de su personaje, que es más de la usual para un protagonista de telenovelas, asegura que la mayoría de los actos heroicos los hace él mismo.

‘Trato de no usar el doble a menos que sean cosas muy extremas que requieran realmente a un experto’, cuenta. Por supuesto, ha sufrido; en un momento tuvieron que internarlo en el hospital con un espasmo muscular en la espalda que lo dejó inmóvil por tres días, y muestra cicatrices de espadas y caídas, sin contar la vez que tuvo que arrojarse a un río y dejarse llevar por la corriente.

‘Si viera las cosas que hago de seguro le daría un patatús’, dice ante la pregunta de su esposa, la actriz peruana Marisol Aguirre que se preocupa por todo esto. ‘Pero ella ve el resultado final así que no se asusta mucho, no sabe por las que paso’.

¿Hace algún tipo de ejercicio para lograr todo esto? Insiste en que no se cuida físicamente. ‘Estoy delgado porque me están destruyendo, por eso nada más’, dice en broma. Además el trabajo de actor ha convertido a los caballos en parte cotidiana de su vida desde la telenovela anterior.

‘Trabajar con estos caballos es una cosa difícil, pero es una cosa maravillosa también porque uno aprende a hacer cosas que no se me habían ocurrido, ya estoy haciendo piruetas con los caballos, que yo como Christian nunca se me hubiera ocurrido experimentar, ahora ya me estoy parando en un caballo y me lanzo’.

Por supuesto hay satisfacción. No todo es desgaste físico. Cuenta que para esta telenovela se escogió un elenco muy maduro, por lo que ‘no hay competencia de egos’, y el ambiente es grato. Pero lo más divertido, asegura, es ‘ver a mis compañeros vestidos de época, si a mí me tocara trabajar con un hombre al frente vestido de zorro no podría, me reiría todo el tiempo’, ríe.

Justo antes de la entrevista había grabado una escena con Osvaldo Ríos, quien hace las veces de su padre Alejandro de La Vega, y Jorge Cao, quien es el padre Tomás en la novela, y cada vez que Ríos se acercaba a él vestido a la usanza militar de la época colonial, Meier rompía a reír y Cao tenía que calmarlo.

>La familia en la distancia

‘Viajo casi todos los fines de semana [a casaI, por ejemplo, el lunes aterricé y mañana me vuelvo a ir. Voy y vengo’, dice de la manera en que se mantiene conectado con su esposa y sus tres hijos que viven en Lima. Este es el séptimo año que trabaja fuera del Perú, así que ya es costumbre. ‘Y en Colombia llevo trabajando los últimos tres años, es un poquito más cercano. Es mayor problema para mí porque duermo menos y me canso más, pero es la única manera como lo podía solucionar’, explica.

Los sitios web y revistas del corazón en Sudamérica a fin del año pasado habían especulado que Meier y su esposa Marisol Aguirre habían estado a punto de divorciarse y que lograron reconciliarse en diciembre, gracias a muchas rosas enviadas por el actor.

Ante la pregunta de cuán cierto es esto, Christian ignora la interrogante primero y luego responde: ‘No creas todo lo que leas ni te fíes de lo que lees ni en los rumores que te llegan al oído. En esta profesión uno tiene que ser como santo Tomás, ver para creer, eso es criticado en la Biblia, pero eso es lo mejor’.

Aunque reconoce que es detallista y regalón. ‘Me gusta regalarle a la gente lo que sé le gusta que le regalen. Siempre en navidades y cumpleaños me dicen 'diste en el clavo con el regalo'. Presto mucha atención a la gente y como soy muy fijón y por allí también me doy cuenta de eso’.

Su familia también viene a verlo al set. Durante los dos meses de vacaciones escolares de sus hijos, la familia se mudó a Colombia para estar cerca de él. Asegura que su hijo de 11 años está fascinado con El Zorro, y para sus hijas menores ‘El Zorro soy yo’, dice, porque no conocían al personaje antes e incluso cuando ven la película de Antonio Banderas piensan que ese es su papá.

Sus padres también están muy pendientes. Su madre es Miss Universo 1957, Gladys Zender, y dice que ve la telenovela todos los días, mientras su padre, Antonio Meier, hace poco fue elegido alcalde del distrito de San Isidro, en Lima, y graba la novela para verla los fines de semana.

Durante la candidatura de su padre a la alcaldía, algunos criticaron al actor por apoyarlo abiertamente, pero él declara que no lo pudo apoyar como hubiera querido. ‘Me estaba preparando para El Zorro, tuvo mi apoyo más que nada moral’, dijo.

No obstante, tanto él como el escritor Jaime Bayly prometieron durante la campaña electoral del hoy alcalde que si era elegido, ellos barrerían San Isidro, y así lo hicieron el 23 de abril, barriendo un parque.

>Proyectos futuros

Entró a la farándula no como actor, sino como cantante, primero en el grupo Arena Hash, que se hizo muy popular en Perú, y luego se lanzó como solista. Al mismo tiempo comenzó a incursionar en el cine de su país y en las telenovelas en México.

‘Siempre he creído que mis mejores interpretaciones las he hecho en el cine, pero la televisión me ha dado muchas satisfacciones y me divierto mucho haciendo las cosas con la televisión’, comenta.

Asegura que no planea volver a cantar por el momento. Tampoco habla de sus planes de trabajo futuros, dice que quiere ‘simplemente disfrutar el proceso’, pues aún le faltan unos cuatro meses de grabación de El Zorro, y luego ya verá, porque propuestas tiene, habla

de películas y series, pero ‘nada concreto’.