Mala atención

En días pasados visité el Tribunal Electoral con la intención de solicitar un certificado de soltería; al acercarme a ‘información’ me encontré con una señora que apenas los buenos días daba -nada nuevo de parte de las secretarias o recepcionistas de una entidad pública-. Bueno, imagino que no se puede exigir mucho, con lo mal pagadas que por lo general están; lo que sí no termino de aceptar es que en un lugar en donde se supone te informan, lo hagan erradamente.

En primer lugar me preguntó que si me iba a casar. Le respondé que sí, ¡vaya error!, cuántas trabas, y aún peor, cuánta mala informacion apareció en el camino: que tenía que ir a un juzgado, solicitar el documento ‘Requisitos para matrimonio civil’, dos copias de cédula de los contrayentes, etc.

Mi sorpresa fue que a los 15 minutos me acerqué nuevamente a otra recepcionista, y esta me dijo que solo me tenía que acercar a la ventanilla, solicitarlo y pagarlo, lo que me pareció más lógico y obviamente más cómodo. Esta segunda secretaria me explicó que ese era ‘un derecho de todo ciudadano’.

Con esto no pretendo indisponer a nadie (por eso me abstengo de escribir nombres), únicamente como panameña siento que también soy responsable de que estas situaciones mejoren.

Agradecida por la atención prestada,
Sonia Rodríguez

Se busca 'buen' albañil

Buenas tardes y felicidades por este suplemento y artículo (Penurias por un albañil, mayo 11). Cierto es que cuando se necesitan estos obreros, difícilmente aparecen, y lograr su presencia es una bendición a medias. Hay ocasiones en las que una debe decidir entre que le hagan un trabajo óptimo y en poco tiempo, a tomar el riesgo de que lo haga algún pariente que algo conoce del tema o alguien recomendado por un amigo, que termina creando un caos mayor.

Lo cierto es que estamos llamadas a diversificar nuestro conocimiento y estas artes están incluidas. Saludos y éxito.

Saludos y éxito.
Querima Pinillo M.

Buenos días Roxana Muñoz. Para mi sorpresa me siento esta manaña a leer Ellas y me encuentro con el artículo de la página 26 ‘Penurias por un albañil’. Para no cansarla le digo que tengo más de un año de querer bañarme en mi baño y no he podido por lo mismo que usted dice. Después dicen que no hay trabajo, si le dijera que ya por mi baño han pasado seis señores y ninguno termina, y es como usted dice, no es por la plata, sino es que piden un adelanto y se pierden.

He optado por preguntar cuánto cuesta el trabajo y yo dejo que empiece, y cuando se va, le doy un adelanto porque ya he tenido tantos chascos que no confío. Por lo menos ya me desahogue con usted, Roxana, y eso que no le puedo contar todas las historia que he tenido y todavía no me terminan el trabajo. Muy buen artículo, que pase un buen fin de semana.

Elsy Herrera

A diario de mamá

Desde hace mucho tiempo he estado tentada a escribirles para manifestarles que disfruto siempre con la lectura de ‘El Diario de Mamá’. Me identifico mucho con Julieta. Comparto mucho sus vivencias, ya sea porque vivimos en la misma época, tuvimos las mismas enseñanza y nos inculcaron los mismos principios.

Ojalá esta lectura semanal pueda ser leída por los jóvenes de hoy; que sepan que los que estamos en los 50 años fuimos jóvenes también, con las mismas inquietudes, sentimientos y deseos que los jóvenes de ahora, pero que gracias a la formación que recibimos en esos tiempos, donde la honestidad, honorabilidad, sinceridad, lealtad y otras virtudes eran valoradas como parte de la gente de bien.

Debemos luchar por ver cómo rescatamos los valores que antes eran parte esencial en las enseñanzas de las familias. Hoy no hay ni familia ni valores. Debemos hacer campaña por rescatarlos. Creo que Julieta está poniendo un granote de arena con sus escritos semanales.

Saludos,
Brenda Salerno de Carrasquedo