Publicado el viernes 9 de marzo de 2007 - Edici�n No. 886 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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FINANZAS
Déficit presupuestario

José S. Canto A.
joseca@cwpanama. net

Cuando manejamos recursos monetarios para cubrir nuestras necesidades diarias y demás, pueden ocurrir tres cosas:

1. Que nuestros ingresos estén en total equilibrio con nuestros egresos.

2. Que los ingresos superen los gastos, lo cual nos brinda mucha tranquilidad y gran capacidad de maniobrar para invertir, ahorrar o gastar.

3. Lo más común, sin embargo, es que los gastos, para la mayoría de nosotros, superen los ingresos.

Es cuando ocurre la tercera, que hablamos de un déficit mensual en nuestro presupuesto.

El déficit causa angustia y preocupaciones, y es un síntoma crítico de que por algunas o muchas razones no hemos manejado nuestros recursos de la mejor manera.

Primero, es imperativo detectar las causas de este déficit y sobre todo conocerlas con exactitud. Paradójicamente, muchas personas ni conocen la magnitud promedio o exacta de su déficit monetario mensual y mucho menos se han puesto a analizar sus causas.

Considere como posibles causas de su déficit mensual factores tales como: ausencia de un presupuesto bien hecho y controlado, descontrol y/o desconocimiento de sus gastos diarios, consumo exagerado, malos hábitos de compra, gastos compulsivos o impulsivos, gastos de emergencia, entre otros.

Hilando más fino, eso que he llamado factores causantes del déficit, en el fondo podrían ser síntomas asociados a sus valores personales y necesidades psicológicas, tales como: necesidad de aprecio, aceptación, amor, falta de control de impulsos, inmadurez, una autoestima debilitada, falta de honestidad o integridad.

Aclararnos bien en el ámbito de nuestros valores, creencias y estilo de vida, nos ayudará a retomar el control del dinero y a reducir y, gradualmente, eliminar dicho déficit.

Hecho esto, conviene registrar y analizar los gastos diarios en que incurrimos. Dada su magnitud, tendemos a menospreciar su impacto sobre nuestra economía. Trate de identificarlos, reducirlos y en lo posible eliminar todos los que pueda.

No menos importante es pasar de tener una lista de gastos que erróneamente denominamos ‘presupuesto’, a tener un verdadero presupuesto que cubra todo un año y que en esencia es un plan de asignación de recursos para cubrir los gastos fijos y variables que siempre tendremos, más la previsión de ahorros para emergencias o para inversiones, que siempre debemos incluir en el mismo. Revise su idea del presupuesto; propóngase elaborar uno realista y controlarlo correctamente. Verá cómo su déficit, poco a poco, pierde ese aspecto ominoso.

Formular el presupuesto le ofrecerá la oportunidad de reducir gastos y de identificar rubros innecesarios. Piense en introducir, en su familia o en su vida, un plan temporal de austeridad total.

Enfrentar creativamente el endeudamiento y detenerlo, es un paso vital para eliminar el déficit mensual.

¿Sabe qué porcentaje de su salario neto o bruto utiliza para pagos de deuda? ¿Eran o son justificadas las mismas? Si paga más de 25% de su salario en deudas de tarjetas, casa, carro, préstamo personal y otros, tiene demasiadas deudas.

Intente consolidarlas; pagar un poco más del mínimo para terminar con ellas más rápido; trate de no usar las tarjetas de crédito cambiando hábitos y estilo de vida.

Podría pensar en devolver tarjetas caras para que no se las sigan renovando, mientras continúa pagando hasta el final dicho compromiso.

Piense en utilizar algún activo (dinero, joyas, terreno, carros que no necesite o muy costosos de operar) que posea para cancelar deudas caras. Por ejemplo, no tiene mucho sentido tener 3 mil dólares en una cuenta de ahorros en que le pagan 2%-3% anual y a la vez pagar su deuda de esa cantidad en una tarjeta de crédito al 18% o al 21%. Los intereses que recibe por sus ahorros ni tan siquiera le cubren la inflación actual. Intente arreglos de pago que le brinden un respiro temporal. Podría pensar en cambiar tarjetas ‘caras’ a bancos que le cobren menos por ellas y que le garanticen una tasa menor, por lo menos por un año.

Además, si siente que no le alcanza, podría tratar de obtener ingresos extras, realizando alguna actividad fuera de sus horas laborables usted solo o en asociación con algún familiar o amistad.

" El autor es asesor financiero personal


 
 
 
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