FERNANDO CEBAMANOS
El presidente de la Asociaci�n Nacional contra el C�ncer ha aprendido a encontrar esperanza en medio del dolor
Ana Benjam�n
Fernando Cebamanos es viejo en el mundo de la oncolog�a pero, m�s que abatirse, el lidiar con la enfermedad a diario parece haberlo fortalecido. Trabaja en el Instituto Oncol�gico Nacional y es, adem�s, presidente de la Asociaci�n Nacional contra el C�ncer (ANCEC), que prepara programas de prevenci�n para octubre, el Mes del C�ncer de Mama.
��C�mo queda usted �sumergido� en el mundo de la oncolog�a?
�Algunas publicaciones de la �poca me hicieron pensar que la medicina estaba desarrollando fundamentos cient�ficos prometedores para tratar el c�ncer. No fue tan r�pido como me lo imagin�, pero cuando entr� en contacto con ese mundo pude ver la complejidad de la disciplina y de los profundos v�nculos humanos que nos unen a otras personas. Esto fue determinante para orientar mi futuro como profesional al servicio de la comunidad.
��C�mo se est� combatiendo el c�ncer?
�La Organizaci�n Mundial para la Salud (OMS) ha estimado que un tercio de los c�nceres puede ser prevenido, otro tercio puede detectarse precozmente con altas probabilidades de curaci�n, y al resto de los casos se le puede ofrecer atenci�n para una muerte digna. Esto significa que tenemos que educar a la poblaci�n para poder detectar la enfermedad antes de que produzca s�ntomas, y lograr la curaci�n con menos secuelas y menos costos humanos y econ�micos.
�Entiendo que el c�ncer va en aumento en Panam�, �qu� nos est� enfermando?
�A inicios de la d�cada de los 70, la mortalidad por c�ncer representaba 6% de las defunciones: una de cada 16 defunciones era por c�ncer. En nuestros d�as, las defunciones por c�ncer representan el 18% de las muertes totales: una de cada seis defunciones. El c�ncer es un problema de salud importante y la OMS prev� que estas cifras se duplicar�n en las pr�ximas dos d�cadas. Las causas del c�ncer son muchas y en ocasiones intervienen en forma compleja. Algunas son de car�cter socio-econ�mico como la contaminaci�n ambiental y laboral. Otros c�nceres est�n provocados por enfermedades infecto-contagiosas que se dan mucho en las poblaciones pobres (c�ncer del cuello uterino, c�ncer g�strico), y otros tipos de c�ncer pueden estar relacionados con los cambios demogr�ficos de la poblaci�n paname�a (la poblaci�n mayor de 50 a�os pas� de un 10% a un 16% en las �ltimas d�cadas).
��Le afecta la muerte?
Me afecta cuando me sorprende, cuando no la espero. Con el tiempo he aprendido a prepararme para poder ayudar a que la muerte de mi paciente sea un final digno y humano. Me irrita que por causa de otros esto no suceda as�, como cuando el paciente no recibe el apoyo oportuno por falta de medicamentos u otras necesidades.
��Hay alguna actitud humana que le cause desesperanza?
�Mi sentimiento favorito es la esperanza y muchas veces nace de la desesperanza de los que sufren; no s�lo de los que sufren por enfermedades dolorosas sino tambi�n de los que sufren injusticias, pobreza, violaci�n de sus derechos. De manera que la actitud humana que produce esa desesperanza, que niega la vida, es la que me obliga a resistir y a esperar que en nosotros siempre prevalezca la humanidad.
��El mejor consejo para el que trata a un enfermo de c�ncer?
�Cada paciente con c�ncer es un ser humano distinto, complejo, que enfrenta la enfermedad en forma diferente; que lo acompa�an diversas realidades y problemas sociales, econ�micos y sicol�gicos particulares. Tenemos que comprometernos humana y profesionalmente con cada uno de ellos y capacitarnos para poder dar el mejor apoyo posible y el consejo adecuado en el momento preciso.
��A qu� dedica su tiempo libre?
�Me gusta estar cerca de los ni�os (nietos, sobrinos), porque nos ense�an la alegr�a de la vida y la esperanza. Tambi�n me gusta conversar con mi esposa, con los amigos, y la lectura.
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