DINERO Y ACTITUDES

Vivir valorando lo que tenemos y no llorando por lo que no tenemos es sano y productivo

Jos� S. Canto A.

Asesor Financiero Personal

El ser humano es complejo y no es raro que su vida consciente muchas veces est� en oposici�n a su vida a nivel inconsciente.

Por ejemplo, podemos estar muy convencidos, a nivel consciente, de que hacemos todo lo necesario para salir adelante; no obstante, a nivel inconsciente, una parte de nosotros nos dice internamente que no creemos que podamos tener �xito y muy en nuestro fuero interno hemos llegado a pensar y vivir bajo la premisa de que nuestra actual situaci�n no tiene salida.

Las m�s grandes limitaciones nos las imponemos nosotros mismos con nuestras actitudes y se necesita un gran cambio para tener �xito, a pesar de nosotros mismos.

En relaci�n a lo anterior, existen en las cabezas de miles de personas ciertas creencias sobre el dinero que act�an como frenos poderosos que les impiden cambiar o hacer algo diferente: �no tengo dinero para planificar nada; si hago alguna inversi�n seguro que se da�a, esto de las finanzas personales es complicado, mejor no lo miro; es tarde en mi vida; no s� qu� hacer; siempre se necesita dinero para hacer dinero�.

Estas creencias son muy limitantes porque nos llevan a pensar que todos los problemas que tenemos o debemos enfrentar son el solo resultado de fuerzas externas sobre las que no tenemos control ni influencia y, por tanto, no pueden ser cambiadas.

Esto produce una relaci�n causa-efecto que no ayuda en nada para lograr el bienestar y la abundancia. La riqueza comienza con nuestros pensamientos positivos.

Ayuda mucho a cambiar el negro panorama que a veces construimos, visualizarnos como gente de �xito, asociado a grados de satisfacci�n personal, alegr�a de vivir, compartir, dar, vivir sin estar aferrados a cosas. El dinero si bien es importante en la vida moderna, no es lo que determina qui�nes somos. Es solo un recurso. Lo que nos define es el sentido de identidad propio que hayamos logrado desarrollar.

Vivir valorando lo que tenemos y no llorando por lo que no tenemos es m�s sano, m�s productivo. Quejarnos por lo que no tenemos nos hace vivir con resentimiento, sin deseos de ver algo bueno en la vida nuestra ni de otros. La envidia es la mejor expresi�n en este estado an�mico.

Un primer paso para liberarnos de estos patrones da�inos es preguntarnos �c�mo es que hemos llegado a asumirlos con tanta convicci�n? Muchos patrones de conducta que mostramos a diario en nuestra vida tienen que ver con mensajes recibidos en nuestras infancia o ni�ez. Son lo que algunos psic�logos llaman �imprints�, algo as� como impresiones grabadas y arraigadas tan profundamente en nuestra memoria que controlan nuestros pensamientos y acciones.

Si usted solo oy� en su casa d�a a d�a que hab�a problemas de dinero, es posible que para usted, �ste se asocie a carencias, por lo que ha podido quiz�s desarrollar una mentalidad de �era de depresi�n econ�mica� permanente y, en consecuencia, no tome riesgos y viva atemorizado ante la falta de dinero.

Por el contrario, si los mensajes recibidos fueron de que las cosas mejorar�an, que se iba a intentar correr un riesgo con el convencimiento de que pod�a salir bien, que todo problema tiene alguna soluci�n, entonces es probable que tenga actitudes m�s positivas ante el dinero, su uso y la forma de reproducirlo.

Una vez que hayamos reconocido, solos o con la ayuda de un terapeuta, esos patrones limitantes, el camino a seguir ser� mucho m�s brillante. D�gase: �cu�les son mis posibilidades? No haber hecho algunas cosas antes en la vida, no significa que ahora no las pueda intentar.

Dejar de trillar el mismo camino en cuestiones de dinero puede ser emocionante y aleccionador. Mire sus patrones de uso del dinero. �C�mo es que usted ha llegado a creer que no los puede cambiar para mejor? �Por qu� es que no puede empezar a ahorrar, o parar de gastar como lo hace?

Si esto le est� sucediendo, busque en el pasado. Claro, no le eche toda la culpa a sus padres. Ellos a lo mejor hicieron lo suyo convencidos, como usted hoy, de que no estaban errados. Usted ve ahora posibilidades que ellos en su momento no pod�an o quer�an ver, pues quiz�s tambi�n ten�an mensajes grabados en su mente que nunca cuestionaron. Pero usted, hoy ya tiene otra educaci�n y nuevas posibilidades.