�Qui�nes son los explotadores?
El problema de la explotaci�n sexual comercial infantil ata�e a m�s responsables que el proxeneta y el cliente explotador
Roxana Mu�oz
La explotaci�n sexual comercial de ni�os, ni�as y adolescentes ocurre cuando mediante promesa de pago o bajo amenaza se involucra a un menor de edad en actividades sexuales comerciales. Esto no se limita solo a las relaciones sexuales; incluye actos como el pago a menores de edad para bailar, ser fotografiados o filmados desnudos, actividades todas que provocan serios da�os en el desarrollo emocional del ni�o, ni�a o adolescente.
Al contrario de lo que algunos piensan, los menores envueltos en estas actividades no lo hacen porque �les gusta�. Estos ni�os y ni�as v�ctimas suelen ser personas que viven en condiciones dif�ciles, con pasados tristes de violencia dom�stica, abuso sexual, deserci�n escolar, consumo de droga, que han vivido en discriminaci�n y exclusi�n social.
Aunque las adolescentes y ni�as suelen ser las principales involucradas, tambi�n hay ni�os y adolescentes varones. Todos ellos terminan por ser v�ctimas de humillaciones, violencia f�sica, enfermedades de transmisi�n sexual y problemas de baja autoestima, seg�n los datos que maneja el Programa Internacional para la Erradicaci�n del Trabajo Infantil IPEC, de la Organizaci�n Internacional del Trabajo OIT.
La cara del monstruo
Cuando se piensa en personas que pagan por �estar� con ni�os, a la mente viene la imagen de un monstruo, alguien cuyos rasgos f�cilmente podr�an identificarlo como un desquiciado o enfermo. Lo cierto es que en este tipo de explotaci�n participan personas cuya apariencia es bastante com�n y que por lo general tienen un trabajo como cualquier otro, que les permite financiar este delito.
Entre estos clientes-explotadores no abundan los ped�filos, como podr�a pensarse, pero s� personas que prefieren estar con �ni�os� cuya experiencia es m�s limitada y ante los cuales no tienen la presi�n de cumplir ciertas expectativas, como ser�a en el caso de estar con una pareja de su edad. Es una situaci�n injusta donde el adulto ejerce dominaci�n sobre el menor.
Aunque la mayor�a de los clientes-explotadores suelen ser hombres, tambi�n hay mujeres y hasta parejas que pagan por tener relaciones sexuales con ni�os. Estos datos son corroborados por estudios anteriores, como el que hizo el Instituto de la Mujer de la Universidad de Panam�, tambi�n en colaboraci�n con el IPEC. Tal investigaci�n revel� que los clientes-explotadores eran personas que en su mayor�a ten�an entre 22 a 29 a�os de edad. El 85% de los clientes son paname�os, un 7% es turista y un 5% es residente en el pa�s.
El contacto para involucrase en la explotaci�n sexual comercial infantil suele hacerse a trav�s de un intermediario, de amistades e incluso a veces son los familiares del ni�o o ni�a quienes ejercen la funci�n de proxenetas, quienes realmente se benefician econ�micamente.
La indiferencia
Cuando los investigadores del IPEC les preguntaron a personas adultas qu� har�an de conocer una situaci�n de explotaci�n sexual comercial de ni�os o ni�as, la mayor�a respondi� que acudir�a a las autoridades. De hecho, un 76.6 manifest� que conoc�a o hab�a visto a menores de edad en estas actividades.
Pero al preguntarles a esas mismas personas si alguna vez han presentado alguna denuncia, menos del 10% respondi� que s�.
Estas respuestas contradictorias ponen de manifiesto la percepci�n del problema; a la luz p�blica se rechaza, pero en la cotidianidad sigue siendo algo aceptado. En el estudio del IMUP el 60% de las menores involucradas dijo que las personas con quienes viv�an conoc�an de su actividad. La inestabilidad en el hogar es otra caracter�sticas de estos menores, seg�n las estad�sticas de IPEC el 46% de estos menores se hab�a escapado una o m�s veces de su casa.
El 60% de ni�as, ni�os y adolescentes dijo que despu�s de desertar de la escuela no hab�an sido contactados por el plantel educativo para saber por qu� se hab�an retirado de los estudios.
Impunidad,el otro culpable
�Por qu� contin�a la explotaci�n? Seg�n IPEC prevalece una cultura machista y consumista que considera a las mujeres, ni�as, ni�os y adolescentes como objetos sexuales que se pueden comprar. A estos factores se suma la aparici�n de modalidades de esta �poca, como el turismo sexual y el avance tecnol�gico que a trav�s de internet, fotos y videos ha incrementado la explotaci�n sexual comercial de menores de edad.
Existe una red organizada que sobrevive amparada en la impunidad, por ejemplo, el a�o pasado no se conden� a nadie por este delito y tampoco hay una ley contra estos cr�menes, no existe sanci�n para la pornograf�a infantil por internet.
Seg�n la recomendaci�n del IPEC, la legislaci�n debe contemplar sanciones contra la negligencia y los actos de omisi�n que propician la explotaci�n sexual comercial de ni�os, ni�as y adolescentes, as� como ampliar las sanciones contra la explotaci�n para castigar a las empresas que lucran de esta actividad y sancionar a los proxenetas y explotadores.
A la vez que se necesita la legislaci�n, tambi�n se hace imprescindible que la comunidad empiece a rechazar estas pr�cticas y se involucre en su erradicaci�n. Los funcionarios que atienden a estos menores adolescentes necesitan capacitaci�n para atender a estos menores v�ctimas, de manera que estos no se sientan juzgados y sean acosados nuevamente.
La IPEC incluso est� suministrando informaci�n a los medios de comunicaci�n para el manejo del tema, de manera que el ni�o, ni�a o adolescente no sea revictimizado en titulares sensacionalistas e im�genes sexuales de los ni�os. Al final de cuentas los adultos son los �nicos que pueden salvar a estas v�ctimas infantiles.
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