Publicado el viernes 16 de abril de 2004 - Edici�n No. 741 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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DIARIO DE MAMA

�Mecanograf�a?

Ten cuidado con lo que sue�as: Puede convertirse en realidad

Julieta De Diego de F�brega

Cuando estaba en sexto grado, mi sue�o era dar mecanograf�a. Cuando llegu� a primer a�o, descubr� que hab�an cambiado el curr�culo y mecanograf�a empezaba en segundo a�o. O.K., me resign�, pero cuando llegu� a segundo a�o, hab�an movido la materia para tercero y fue all� donde finalmente la alcanc�.

El primer d�a llegamos con la lengua afuera al ultim�simo piso del colegio y all� estaban las flamantes m�quinas del siglo primero antes de Cristo, mir�ndonos desafiantes desde sus pedestales. Hab�a de todos los colores y formas. Mentira, en realidad hab�a verdes, negras y grises... quiz�s una que otra de un tonito rojo vino, pero no podr�a jurarlo. Todas corrimos a tratar de sentarnos en el puesto que tuviera la m�quina m�s nueva, sin saber que son las viejitas las que tienen las teclas amigables. Desde ese d�a supe que nunca me destacar�a como mecan�grafa.

Los cristianitos nacidos luego de la invenci�n de las computadoras personales no tienen ni la m�s remota idea de lo complicado que era producir una hoja mecanografiada que fuese medianamente aceptable. Las m�quinas ten�an una tecla de retroceso, s�, pero no para borrar errores. Esos hab�a que desaparecerlos a puro pulm�n. Y si el documento implicaba copias a carb�n, bueno, entonces era mejor morirse.

A ver.... �Por d�nde empiezo? �Ah, s�! Por el principio, que en mi �poca no eran los proyectos de historia, sino aquel primer empleo del que no me botaron porque Dios es muy grande. El jefe dictaba una carta y ped�a un original y tres copias. Yo tomaba cuatro hojas de papel e insertaba cuidadosamente el papel carb�n entre cada una. Digo cuidadosamente porque si pesta�eaba quedaba el papel carb�n al rev�s y ch�cata terminaba con una hoja escrita por ambos lados. Adem�s, el papel carb�n ten�a que estar planchadito, porque de lo contrario las arrugas se marcaban en las copia.

Emparejaba bien los siete pliegos (4 de papel y tres de papel carb�n) y aguantaba la respiraci�n para que nada interfiriera con la inserci�n de este monstruo en la m�quina. El ejercicio hab�a que hacerlo de dos a tres veces, porque inexorablemente las hojas entraban como en filita, una detr�s de la otra, pero no en bloque como yo quer�a. �Listo! Ahora a escribir, con los ojos bien puestos sobre los garabatos de taquigraf�a que era preciso traducir y los dedos firmes sobre el teclado.

Par�ntesis, hab�a m�quinas cuyas teclas ca�an unas sobre otras en una llave de Nelson, otras, que asesinaban las oes removi�ndoles el coraz�n de un solo golpe, algunas hab�an perdido la campana que avisaba que se estaba llegando al borde de la p�gina y tambi�n exist�an las de teclas resbalosas �fatales para los salados a quienes les sudan las manos�.

Tiqui, taqui, tiqui, taqui, como el bailecito, iba adelantando hasta que una mirada furtiva revelaba que me hab�a comido una eme, si era a menos de dos pulgadas del borde inferior ten�a que empezar de nuevo ya que no hab�a forma de manipular ese bloque sin que se saliera todo y se volviera �inga. De lo contrario, juraba en vano, corr�a el papel hacia arriba y empezaba a borrar de atr�s para adelante. Primero con una gomita morada que supuestamente era para limpiar los tipos de la m�quina, pero que todo el mundo usaba para remover el exceso de carb�n y as� evitar que se manchara la copia. Luego, con un borrador de esos de escobita, a borrar y barrer con mucho cuidado. Colocaba un papelito sobre la correcci�n reci�n hecha para evitar que el borr�n de la p�gina siguiente manchara la hoja y segu�a con el V�a Crucis.

Quince minutos despu�s hab�a terminado de borrar y me tocaba hacer un c�lculo estructural para meter dos letras en el espacio de una, sin que el jefe lo notara. Je je. Saco papelito, saco papelito, saco... Aflojo el carro, mido la distancia, inserto la eme y contin�o escribiendo. Fin de la carta. Volteo primera hoja, saco el papel carb�n, volteo la segunda, saco papel carb�n, �ups! Se me qued� un papelito de los que puse para las manchas y ahora tengo un lunar blanco en la copia n�mero dos.

Esa era la vida de una mala mecan�grafa. A trav�s de los a�os he mejorado algo, pero sin lugar a dudas, si no fuera por las computadoras me pasar�a la mitad del d�a jurando en vano.