Malas para cobrar
Roxana Mu�oz
Una colega me contaba que hace unos a�os ella y una amiga fueron contratadas para promocionar una feria en la ciudad. Era la primera vez que hac�an ese tipo de camarones. Presentaron su propuesta, recibieron el visto bueno, pero dieron vueltas antes de abordar un espinoso tema: la paga.
Les ofrecieron una suma que consideraron justa. Tuvieron que hacer de mujeres orquesta: aprobar carteles, visitar emisoras, recibir a los invitados en el aeropuerto, hasta llevar las empanaditas del brindis. No es un secreto que muchos eventos son obra y gracia de cuatro gatos que trabajan como mil hormigas.
Un buen d�a les presentaron a otro de los asesores que participaba en la planificaci�n del evento. Aunque no trabajaron muy de cerca con �l, s� llegaron a enterarse de que estaba cobrando 6 veces m�s que ellas. Su autoestima profesional qued� �plop! como le pasa a Condorito al final de la historieta.
No es sorpresa que las mujeres ganamos menos que los hombres. Las estad�sticas lo dicen. Mucha liberaci�n, mucha mujer sentada en la universidad, mucha jefa, pero nada de plata, o por lo menos, poca.
�Ser� que nos estamos dejando? �Por qu� si ofrecemos un excelente trabajo, cuando hay que hablar de dinero damos vueltas y vueltas? Eso hasta que el cuco termina comi�ndonos, es decir, quedamos con una baja moral, por no decir baja econ�mica.
Una profesora talentosa y carism�tica nos confes� que si no fuera por su socio masculino m�s de una vez hubiera salido trasquilada a la hora de fijar los honorarios de sus asesor�as. Parece que a los hombres les cuesta menos darse su valor.
Tal vez es porque tenemos miedo de que la gente empiece a sospechar de que trabajamos por el dinero, y no solo por el amor al arte. Y es una idea tan arraigada que ni nos damos cuenta c�mo crece. Hace poco le pregunt� a una joven colaboradora, que despu�s termin� trabajando de planta, si hab�a pasado la factura con sus honorarios y su respuesta fue: ��Ay, es que me da pena!� Imag�nense, �pena de qu�?
Claro que hay mujeres que no se dejan y defienden lo suyo, pero ellas adem�s de recibir su plata no tardan en ser calificadas como materialistas o, peor a�n, como �hombres�. �Acaso cobrar lo justo no es cosa de mujeres? O mejor dicho, �no es cosa de mujeres buenas? M�s de una profesional se encuentra con clientes que intentan suavizarla con un �no sea malita, no me cobre tanto�. La verdad es que en el fondo de nuestro coraz�n, lo �ltimo que queremos escuchar es que somos malas.
Las pagas injustas no solo se dan entre nosotras. En la contabilidad de Hollywood tambi�n hay disparidades. Julia Roberts se embolsa por pel�cula 15 millones de d�lares, siendo una de las mujeres que m�s gana. Pero esa suma no se compara con los 35 millones del cheque que le hicieron al Schwarzenegger por su �ltima aparici�n en Terminator.
Incluso en el torneo de tenis que termin� en Wimbledon la semana pasada, a Serena Williams le tocaban 66 mil d�lares menos que al ganador masculino Roger Federer. Pescando en r�o revuelto, una compa��a de sostenes se ofreci� a poner la diferencia para que el premio de la campeona se asemejara al del ganador, con esto se anotaron un buen punto.
Por lo menos para los negocios valdr�a la pena avisparnos. Continuamos haciendo en casa tanto trabajo �cocinar, atender a los chiquitos, dar ese toque femenino al hogar� y es un aporte a la sociedad que no se puede medir en plata y al cual tampoco nos interesa ponerle tarifas. Pero para lo dem�s, necesitamos ser mejores cobradoras.
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