Publicado el viernes 13 de abril de 2007 - Edici�n No. 890 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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EL PERSONAJE
Carlos Varela
El planeta musical de Varela

Cantante y compositor, comparte las mieles y los riesgos de su oficio, su sana envidia por un par de colegas y cómo ve a Panamá, un país que por su gente le recuerda a su Cuba natal.

Daniel Domínguez Z.

Si usted asocia a un cantautor de trova con un tipo introvertido que, en una silla, sin mirar al público, desgrana letras lánguidas de una guitarra, no conoce a Carlos Varela, cara y vestimenta tirando a hippie, bajito, gordito, gafas oscuras que nunca se quita, voz poderosa y que siempre anda con ganas de conversar y echar bromas. Eso lo demostró en el concierto que ofreció en marzo, en Atlapa, junto a su colega y compatriota Pablo Milanés y lo confirmó días después cuando la cabina de la estación Radio 10 se convirtió en un espacio para compartir con este ser auténticamente cubano.

Varela, quien iba para teatrista, comenzó su faena musical escribiendo en el año de 1978 como sus ídolos Bob Dylan, Noel Nicola, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, hasta que un día de 1980 este último le dio las gracias por esa clase de homenajes, pero que ya era hora de que compusiera sobre su barrio. Lección que aprendió al dedillo en piezas que no sólo hablan sobre su tierra, sino también sobre la indómita y maravillosa naturaleza humana.

Como su generación continuó lo trazado por Milanés y Rodríguez, se les bautizó como la novísima nueva trova, para diferenciarla de ese otro movimiento que apareció en la pasada década del 60. En su opinión esto no tiene sentido porque ‘al final es una sola trova. ¿Cómo le van a denominar a los más jóvenes que yo?’, más en Cuba, donde ‘tú le das una patada a una piedra y sale un músico’.

Para este nacido en abril de 1963, la música es una ‘bendición de Dios, sin ella no sé qué hubiera hecho. Es mi terapia para no volverme loco. Si la gente y los políticos escucharan más música habrían menos odios y estaríamos más cerca uno del otro. La música lo puede curar todo, todavía tiene ese don’.

‘Lo bonito de este oficio es dejarte llevar por las musas y las canciones, liberarte y escribir luego. Es un proceso donde moldeas versos y palabras. Hay 25 mil maneras de escribir una canción, el asunto es cuál escogiste tú para hacerlo’, dice este hombre al que le fascina perderse por los caminos y desvíos de la creación encerrado en su casa.

Sabe que la música es un arte que no necesita pasaporte ni petición de visado en ninguna embajada, pero admite que tiene su lado poco atractivo. Por ejemplo, que es casi tan triste ser totalmente desconocido como demasiado famoso. ‘Es bueno que te reconozcan y te digan cosas bonitas, pero luego a la gente se le va la olla y no te deja tomarte ni un trago en un bar. Eso es amorosamente terrible’.

Varela compone a partir de preguntas que le dan vueltas en la cabeza como ¿A dónde vamos como sociedad? ¿Por qué somos de tal o cual manera? ‘Mis canciones no ofrecen respuestas de nada’.

La interrogante que tiene sobre Panamá es hasta cuándo van a permitir tanta cantidad de edificios. ‘Vas a tener que tomarle una fotografía digital al sol porque tu hijo no podrá verlo, esta va a ser una ciudad de sombras, maravillosa, seguramente no va a haber tanto calor, pero van a estar más acostumbrados a ver cemento que el mar. A lo mejor cuando tu hijo crezca va a demoler esos edificios para ver de nuevo el mar’.

> Necesidades de conocer

No descarta ningún género, ‘ni siquiera el reguetón’, dice chisteando. Cita a su amigo, el músico dominicano Juan Luis Guerra, quien una vez señaló que en todos los géneros hay artistas interesantes y otros que ofrecen tonterías, ‘como en todo, ya sea en la trova o el rock. Yo estoy feliz dentro de mi planeta musical, me muevo en mi propia corriente’.

Cuando inició su faena lo que faltaba en Cuba eran estudios de grabación, había uno solo. ‘Por eso Silvio y Pablo tardaban mucho tiempo en grabar un disco, porque había una cola enorme y la única alternativa era pasarse casetes subterráneos con sus grabaciones. Ahora hay más estudios, pero se pasan la música en discos compactos artesanales’.

Es que hay necesidades que ayudan, opina Varela. Pone por caso Cuba, donde cree que el ciudadano promedio tiene más formación artística que un europeo, porque ‘la sed de conocer lo que no tienes te hace buscar libros y música que no tienes. Cuando lo tienes a la mano lo ignoras’.

Y como Cuba está a 90 millas de Estados Unidos, ‘inevitablemente entre dos emisoras cubanas se cuelan 10 del norte’, los de su juventud aprovecharon esa particularidad para oír otros sonidos. ‘Así hacíamos para estar al tanto de lo que pasaba musicalmente en el mundo’ y de esa manera su trova se alimentó del rock y del pop.

Esta combinación de sones se encuentra repartida en sus álbumes Siete (2003), Nubes (2000), Como los peces (1995), Monedas al aire (1992) y Jalisco Park (1989), los que han sido alabados por medios norteamericanos como The New York Times y Los Angeles Times, entre otros.

> Sus admirados

A quien le tiene envidia, pero de la buena, es al compositor italiano Ennio Morricone, porque compuso la banda sonora de películas imprescindibles para Varela como La Misión (1986) y Érase una vez en América (1984). ‘Me gusta todo lo que ha hecho. Es uno de los más grandes músicos que ha dado la Tierra: cómo con música dice palabras sin decir palabras. Confieso esto por primera vez, Morricone ejerce una gran influencia en mi manera de tocar la guitarra’.

Otro de sus admirados sí conoció a Varela. Incluso su tema Siete es posible que aparezca en el siguiente material en solitario de Sting. ‘Es algo difícil de adelantar’, indicó como disculpándose. Lo concreto es que el líder de The Police estuvo hace unas semanas en La Habana con su esposa para aprender a bailar a lo Caribe y escuchó a Varela. ‘Se llevó varios temas míos, cantamos juntos unas cuantas noches y me pidió que le regalara un sombrero que usará en su siguiente gira’.

Sobre un sobresaliente autor nacional también tuvo palabras elogiosas: Rubén Blades. ‘Es un genio, un tipo de una sabiduría tremenda. Rubén está preparando un disco desde hace mucho tiempo y va a estar tremendo. Mi sueño es cantar algún tema con él’


 
 
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