Publicado el viernes 15 de diciembre de 2006 - Edici�n No. 876 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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ESTA SEMANA
El tesoro de playa Malena

En Nuevo Mariato, Veraguas, se encuentra un grupo de personas empeñadas en que las tortugas sigan visitando playa Malena para desovar.

VANNIE ARROCHA

Dos días después del viaje maratónico a playa Malena en Nuevo Mariato, Veraguas, aún sentía un horrible dolor en el cuello como consecuencia de sucumbir al sueño en un bus estilo colegial. Morfeo atrapó casi a todas las personas que viajábamos en aquel busito y lo que menos nos importaba era el vapuleo que llevaban nuestras cabezas.

Y no era cualquier siesta, era el sueño de la madrugada -que según mi abuela es el más importante-, ya que del estacionamiento del edificio de Banistmo en la avenida Samuel Lewis (que fue el punto de partida) salimos a las 12:10 a. m. del miércoles 6 de diciembre. como recompensa nos esperaba una taza de café preparado en una pequeña fonda de Nuevo Mariato.

Pero no viajamos cinco horas en busca de una taza de café, esta sólo era parte de los 10 minutos que se dieron para despabilar el cuerpo.

La senda hacia playa Malena estaba a menos de cinco minutos, y allí nos esperaba Ana González, con foco en mano, pues aún reinaba la oscura madrugada. A la derecha se dejaba ver una caseta de madera que fue el primer vivero que construyó el Proyecto Comunitario para la Conservación de las Tortugas Marinas en playa Malena.

A 20 pasos se encuentran los dos nuevos viveros de alambre, más apropiados para los neonatos (tortugas de pocos días de nacidas).

Entre los tipos de tortugas que llegan a desovar a esta playa están: tortuga lora (Lepidochelys olivacea), tortuga carey (Eretmochelys imbricada) y tortuga canal (Dermochelys coriaceae).

En el vivero 2, Ana González >>> >>> mostraba tres tortugas lora que ya habían cumplido su período de incubación de 46 días, por lo tanto, aquella madrugada dejarían la cuna fabricada por la gente de Nuevo Mariato para empezar su verdadera vida al entrar en el agua.

Las tres tortugas iniciaron su camino y las cámaras y videograbadoras de los medios empezaron a hacer su trabajo. Dos tortugas entraron al agua sin mayor inconveniente, pero la tercera demoró en lograr su objetivo. Me dio la impresión de que el resplandor y la luz de las cámaras le causaron nerviosismo y, como era de esperarse, perdió el rumbo varias veces.

Ante tan pequeña y nerviosa tortuga, mi cámara y yo nos acobardamos y la dejamos seguir su camino. Cuando la luna comenzó a expirar y el sol mostraba sus primeros rayos impacientes, la última tortuguita era arrastrada por la ola de la playa. Eso significa que de lograr subsistir pasarán de 25 a 30 años para que esos tres neonatos regresen a caminar por la arena de playa Malena como tortugas adultas buscando un lugar para desovar.

>De mañana

Luego que las tortugas nos abandonaron, entonces la atención se volcó sobre las personas del proyecto comunitario y sobre Gabriela Etchelecu, directora ejecutiva, y Marissa Urrutia, jefa del Departamento de Comunicaciones, ambas de Fundación MarViva, quienes nos invitaron a compartir esta travesía.

Este grupo comunitario inició en 2003 y lo conforman actualmente nueve personas adultas, pero cuentan con la ayuda de sus hijos (son sólo niños, pero los acompañan en los quehaceres que demandan los viveros y, por supuesto, las tortugas).

Durante el período de anidación, ellos han establecido dos horarios de patrullaje: 9:00 a 11:00 p. m. y 3:00 a 5:00 a. m. , para estar al tanto de las tortugas y de recoger los huevos.

Ana González y su hermana Florentina González, secretaria del grupo, informaron de que los meses de mayor anidación y puesta de posturas de las tortugas en Malena eran agosto, septiembre y octubre. Por eso, luego le preguntamos a Gabriela Etchelecu por qué fuimos en noviembre.

>Educación

‘Más que nada está relacionado a logística -contesta Etchelecu- esta fue la primera temporada que empezamos a apoyar este proyecto, así que estábamos esperando tener las estadísticas, las que obtuvimos hace menos de dos semanas’, dice, refiriéndose a las cifras >>> >>> sobre anidación y puesta de posturas de las tortugas que por vez primera este grupo comunitario recoge con el objetivo de llevar un mayor control sobre la cantidad de tortugas que llegan a esta playa a desovar.

Según Etchelecu, este proyecto no llevaba ningún tipo de estadísticas, entonces, no se pueden pedir donaciones ni apoyo a la gente si no le sabes decir cuántas tortugas llegan a desovar o cuántos huevos sobreviven. ‘Eso es algo importante para echar para adelante un proyecto’, expresa la directora ejecutiva de MarViva.

Arcelio Fuentes, uno de los fundadores del proyecto, opina que el apoyo que les ha brindado MarViva ‘es un apoyazo grandísimo, porque este año no hemos tenido problemas con los depredadores de las tortugas, hemos logrado cero extracción de huevos por parte de las personas que se dedicaban a esto, y cero extracción de arena, ya que las autoridades a nosotros no nos hacían caso, pero a MarViva sí’. Lo que se comprueba con la emisión de la Resolución Temporal del Decreto 5 de 4 de junio de 2006, que prohíbe la extracción de arena.

Estas personas están al día a la hora de sacar provechos intangibles, pues ellos tenían las ganas, pero no el conocimiento, y ese ha sido el gran aporte que le han dado diferentes entidades como la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Autoridad Marítima de Panamá (AMP), Centro Regional Universitario de Veraguas, Fundación Araucaria, Cuerpo de Paz, Conservación Internacional y Fundación MarViva. De esta última, el proyecto ha recibido capacitación sobre ecología de las tortugas marinas y su estatus actual, identificación de las especies de tortugas marinas en Panamá con énfasis en las especies del océano Pacífico, manejo del vivero, pesca incidental y su problemática actual.

Momentos antes Ana González, mientras mostraba los viveros, ya había hecho una pequeña muestra de los conocimientos adquiridos. ‘Los huevos no se deben mover después de 14 horas de estar en un lugar, porque el polo animal ya en ese tiempo está posicionado, y en caso de moverlo (el embrión) se puede morir’. También nos habló de los cangrejos, los vigentes depredadores tanto de los huevos como de las tortugas. Pues los otros depredadores: perros, y personas que comerciaban con la venta de tortugas y sus huevos han sido vencidos.

La gerente de Educación Ambiental para MarViva y dirigente del programa de conservación de tortugas en playa Malena, Isis Pinto, no asistió a esta cita porque estaba fuera del país, pero días después nos platicó sobre los cuidados que se deben tener tanto con la tortuga como con un neonato. >>> >>> ‘Después de 45 a 50 días, los neonatos buscan emerger a la playa, principalmente en horas de la madrugada, porque el sol con su claridad les lastima. Por eso, se trata de educar a la comunidad que tiene casa en playas donde se da la anidación de tortugas, que esos enormes faros que ponen en su terreno para iluminar la terraza y alumbran hasta la arena de la playa le causan desorientación al neonato’. Según Pinto es necesario que la intensidad de luz sea prácticamente nula.

También enfatiza en que ‘cuando las tortuguitas inician el camino hacia el mar no se les debe detener’. Y que su manera de orientarse es mediante el sonido.

>Tiempo de adversidad

Retrocediendo en el tiempo, Fuentes señala que todo empezó cuando veían que cada vez menos tortugas llegaban a la playa a desovar, pues eran acechadas por los depredadores (tanto personas como animales). Según este hombre, los perros eran el principal problema de las tortugas. ‘Hace 12 ó 13 años estábamos cansados de ver cómo los perros mataban de dos a tres tortugas por noche’. Por eso se reunió con los vecinos y decidieron envenenarlos.

Desde luego, esta es una reacción reprochable, pero que habla de la desesperación de este grupo de personas por salvar a sus tortugas.

Una década más tarde, prefieren valerse de leyes para salvar a sus tortugas y de los objetivos que puedan lograr, mediante la buena organización del Proyecto Comunitario para la Conservación de las Tortugas Marinas en playa Malena.

‘Nadie pensaba que esto lo iban a declarar zona turística y ahora estamos tratando de hacer las cosas bien’, comenta Fuentes. Y añade ‘por aquí vino la gente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y nos hablaron de unos fondos de hasta 100 mil dólares no reembolsables, lo que nos permite pensar que en el futuro podemos contar con esa ayuda’.

El esfuerzo que realiza este grupo comunitario es por ayudar a las tortugas, ya que ellos las consideran como parte del patrimonio que les pueden dejar a sus hijos. Económicamente el proyecto aún no les rinde frutos, pero guardan la esperanza. ‘Hasta ahora nosotros no estamos devengando ningún real, pero esperamos que el proyecto convierta la playa en una zona de ecoturismo’, puntualiza el elocuente Fuentes.

A las 8:00 de la mañana del mismo día, luego de tomar el desayuno en la misma fonda, subimos al bus rumbo a la ciudad, y Morfeo volvió a aparecer entre los viajeros.


 
 
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Una vacuna para ellas
El tesoro de playa Malena
 
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