Publicado el viernes 15 de diciembre de 2006 - Edici�n No. 876 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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Dinero y afectos
José S. Canto A.

El dinero es uno de los más grandes inventos de la humanidad y desempeña funciones básicas en una economía: es unidad de cambio, unidad de medida. Es también una forma de depósito de valor. El dinero, por ser un activo, puede utilizarse para posponer poder adquisitivo hacia el futuro.

Pero a la par de estas funciones económico-sociales, el dinero juega un papel fundamental en la vida de los individuos ya que puede llegar a fijar el concepto de autodeterminación y de identificación personal, condiciona en muchos casos la autoestima de la persona y es además un instrumento de poder social llenando importantes funciones afectivas y emocionales.

El dinero puede acercar o alejar a las personas y en una famili, el factor dinero interviene de forma decisiva en muchas ocasiones.

El psicólogo argentino Dino R. Deon plantea que existen al menos cuatro maneras de utilizar el dinero en nuestras relaciones:

" Una de estas formas es la que él denomina uso del dinero como varita mágica. En este caso el poseedor del dinero usa este tal como un prestidigitador usa su ‘varita mágica’ para hacer aparecer o desaparecer un conejo de una caja o sombrero. Los miembros de la familia nos ven entonces como poseedores de dicha varita mágica que con solo decir ‘cómprame’, ‘dame’, ‘quiero’ automáticamente el dinero aparece de algún lado satisfaciendo no solo necesidades, sino los más caprichosos deseos que expresen nuestros hijos o seres queridos. En esencia somos algo así como magos que con un movimiento mágico hacemos que parezca muy fácil hacer aparecer el dinero, con la consecuencia de que si un día decimos que no podemos dar o comprar algo, nuestros seres queridos nos empezarán a castigar quitándonos eso que no se puede comprar con dinero: el afecto, el cariño. Dirán que ya no les queremos tanto como antes y empezarán a tratarnos mal, con desdén. Nos castigarán sobre los afectos.

Para evitar esto, no deje que le conviertan en un prestidigitador que saca dinero de donde no lo tiene para dar todo a sus seres queridos, y así evitará tener hijos o seres queridos enojados con usted porque ya no satisface sus caprichos o necesidades con tan solo pedirlo.

" El dinero, dice Deon, también puede ser utilizado como un arma, como un instrumento de control, de poder sobre otros al intentar nosotros controlar la conducta o acciones o castigar a quienes no se pliegan a nuestros deseos o expectativas. Dominar con el dinero a quienes amamos es hacer que ellos o nuestros hijos pierdan capacidad de decisión, de accionar, de tener seguridad al sentir que siempre habrá alguien que les controle todo. Tendremos personas inseguras que siempre vendrán a nosotros buscando aprobación para todo lo que hagan y que ellos usen, cuando tengan sus familias, los mismos métodos que tanto odiaban de nosotros.

" Muchas personas usan el dinero como sustitutos del afecto. Manifestando amor a través del intercambio de gestos cariñosos, caricias, besos, aprecio, a través de un cálido abrazo o mediante una palabra dulce o amable. Pero cuando no hacemos esto porque no tenemos tiempo o no siente esa necesidad, entonces los regalos, el efectivo, reemplazan dichos afectos entregando nosotros un mínimo de cariño o afecto. La persona que recibe el regalo o dinero y muy poco afecto genuino gradualmente empieza a creer que regalo y afecto son lo mismo, y aún cuando no tenga afecto buscará el regalo o el dinero como sus sustitutos. Si alguna vez recibe afecto genuino puede que no lo sepa valorar o recibir si no está acompañado de un regalo o dinero.

Lo más sano, dice Deon, es utilizar el dinero como una herramienta que la llama ‘energía transformadora’, que nos eleve a cumbres de superación, que nos permita valorar la vida, un rayo de sol, la belleza de un paisaje o de un momento en un verano o bajo la lluvia, la gente, la fuerza del cariño y el amor.

Que nos permita entender a otros y compartir con ellos algo de lo que tenemos: el tiempo, cariño, cosas, comida, calor humano, amistad, momentos gratos e inolvidables sin renunciar a lo que somos y sin manipular o tratar de controlar a otros o sin querer comprar amor o aceptación a través del dinero.

Diciembre es un buen momento para cambiar y para desechar esas formas dañinas de usar el dinero y de empezar a usar este como energía transformadora de nosotros mismos y de aquellos a los que amamos.

¡Feliz Navidad a todas y todos mis apreciados lectores!

" El autor es asesor financiero personal


 
 
 
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