Publicado el viernes 6 de octubre de 2006 - Edici�n No. 865 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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BELLEZA
A la caza de una manicurista

La manicurista ideal ofrece calidad de atención y de productos. Conseguirla no es tarea fácil; veamos cómo dar en el clavo.

GAIL JAMMAL

Llegas al salón de belleza a hacerte una pedicura relajante y tienes que aguantarte una telenovela que no es de tu agrado pero a la manicurista no le importa. En otro salón, te mandan a casa sin limpiarte el esmalte corrido de las uñas, y qué decir cuando la manicurista insulta el aspecto de tus uñas como si te estuviera mandando a la hoguera. Aún así no se puede vivir sin la manicurista, qué crimen es dejarlas al desnudo, pues lo cuidadas que estén es reflejo de nosotras mismas, es cuestión de imagen. Tampoco podemos pensar que ese trabajo lo encontraremos barato. Con una manicura de un dólar no verás más que la pintada; si es de tres dólares, tampoco esperes un masaje.

No obstante, una buena manicura tampoco depende necesariamente del precio, sino de la persona en quien confías tus manos. Para que te quedes con ella ante todo debe ser higiénica y hacer bien su trabajo o incluso de manera sobresaliente, y también debe ser amable.

>La manicurista ideal

Para saber si una manicurista es buena, primero tienes que saber qué la hace buena. La instructora Luz Envida González indica que antes de iniciar el proceso, la manicurista profesional te examina las manos o pies para detectar cualquier infección, sobre todo en los pies; se fija si hay venas o mala circulación y pregunta si la persona es diabética, para partir con más cuidado.

Al limar, sobre todo las manos, no lima las esquinas que están pegadas a la piel, pues sabe que debilita el crecimiento, y al limar la parte de arriba de la uña, lo hace en una sola dirección.

No trabaja las cutículas en seco, pues lastima los dedos. Empuja las cutículas hacia atrás de manera que no se acumulen y corta solo lo necesario, pero no se emociona con el alicate al grado de desangrar el dedo, lo hace con cuidado, sabiendo que este es el paso más delicado de la manicura y la pedicura. Una profesional sabe que no se pasa la paleta de metal (que retira la piel muerta) a todos los pies, pues no todas lo necesitan.

Agrega González que las uñas enterradas no las debe tocar la manicurista, sino que deben crecer y salir por sí solas, y si la clienta presenta dolor, debe ir donde un especialista. Luego, al pintar, pasa la brocha en una sola dirección, verticalmente, y cuando te limpia con un palito de naranja, generalmente no daña la pintura.

El proceso de un manicura o pedicura está compuesto de pasos generales, pero muchas veces las manicuristas se los saltan por inexperiencia o por estar en afán. Te detallamos paso por paso lo que haría esa manicurista modelo.

1. Retira el esmalte. Harold Rochas, de Masglo, indica que no se debe utilizar acetona (como es de costumbre por ser más económico), ya que es demasiado fuerte, sino removedor de esmalte, que hacen la misma función sin maltratar la uña.

2. Corta y lima. Si hay necesidad se corta. Luego, procede a limar en una sola dirección.

3. Remoja. En un recipiente con agua tibia coloca una mano por unos minutos para ablandar la cutícula y facilitar que la piel suelta aparezca más fácilmente, y mientras trabaja con una, sumerge la otra. Lo mismo con la pedicura, sumerge los pies en platones o tinas relajantes.

4. Recorta cutícula. Retira la mano del agua, le quita el exceso de humedad y le coloca un removedor de cutícula en los dedos que permite empujarla hacia atrás y eliminar cualquier residuo adherido a la uña. Una buena manicurista sabe que este paso no todas lo necesitan, es únicamente si se notan durezas cuticulares.

5. Limpia. Lava las manos con agua y un jabón suave o con un cepillito para retirar cualquier tipo de residuo graso dejado por los productos.

6. Masajea. En el caso de las manos, te hace un corto masaje relajante, y en los pies, antes del masaje, te hace una exfoliación, y pasa la paleta para retirar la piel muerta.

7. Tratamiento. Dependiendo del tipo de uña que tengas, te aplica el tratamiento necesario. Si están sanas, una base normal con vitamina E; si están frágiles, un endurecedor; si están muy resecas, con escamas; por falta de queratina, un tratamiento fortalecedor. Si su textura no es lisa y se le sienten unos surcos, te aplica un tratamiento nivelador o la lima de 4 pasos, que lija, pule y da brillo. Muchas manicuristas lo utilizan para pulir la superficie de la uña, pero esto no es profesional ni recomendable. Esta lima debe utilizarse únicamente sobre la capa acrílica de las postizas.

8. Maquillaje. Con los dedos limpios procede a pintar. Si la manicurista es una profesional no tiene por qué haber dejado residuos de esmalte en la cutícula, pero en caso tal, se pasa un palillo con algodón rociado con removedor. Finalmente te aplica el brillo y secante o un solo producto con ambas funciones. >>>

>¿Cómo encontrarla?

Conversamos con varias mujeres a fin de descubrir qué tan felices son con su manicurista y cómo la hallaron. Mientras unas siguen en la búsqueda porque están insatisfechas, otras son felices con sus manos.

Ana acostumbra pintarse en casa e indica que la calidad de servicio ‘no es la gran cosa, quizá sea porque el entrenamiento que reciben no es tan intenso, son mujeres humildes que a veces se adiestran entre ellas mismas, no todas acuden a profesionales’. Apunta que quien la atiende en la actualidad trabaja sin citas, ‘es muy desordenada, por lo que uno tiene que llamarla hasta cinco veces para confirmar que va a venir’.

En tanto, Marcela señala que no tiene a una manicurista fija, sino que se pinta con la que esté disponible en el salón de belleza al que asiste, para ella lo importante es que sea rápida, limpia, ‘que no se limpie la nariz y después me toque las manos’, además de que sus manos deben estar nítidas y arregladas.

Por el otro lado, Isabel indica estar a gusto con la que le hace sus uñas, porque al menos ‘estoy segura de que esteriliza sus utensilios, no solo los mete en agua caliente, lo que no es suficiente’.

Harold Rochas, de Masglo, indica que existen químicos especiales de esterilización que actúan contra bacterias, virus, esporas y hongos patógenos, por tanto siempre lo más recomendable es que cada uno tenga sus utensilios personales para evitar infecciones.

Sandra sí está contenta con su manicurista, la encontró de casualidad hace varios años y de allí no la suelta. ‘Si ella se muda de salón [porque lo ha hechoI yo la sigo, porque tiene lo que una clienta necesita, siempre está a tiempo, tiene colores bonitos y de buena calidad, entonces la pintura te dura la semana, te pinta nítido, la punta de la uña francesa la hace perfecta, y lo más importante, si se te daña una uña después de haber terminado, no te pone caras, tiene paciencia y te la arregla’.

Finalmente, conversamos con Esther, que tiene uñas de envidia pues están muy bien cuidadas. Ella acude a la manicurista de la familia, ‘le pinta a mi mamá y ahora a mí también’. Resalta que ‘no es bochinchosa, hace su trabajo tranquila y me cuida mis uñas con tratamientos’.

A las insatisfechas, Sandra recomienda que averigüen entre amigas y conocidas qué manicurista es buena, ya que además de probar y probar, esa es la única forma de encontrar aquella que te deje tus manos y pies de película.


 
 
 
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