Publicado el viernes 26 de diciembre de 2003 - Edici�n No. 725 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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Presupuestos sin ejecutar

Presupuestos hay de todo tipo, desde los que rigen las finanzas de una naci�n hasta los que manejan las amas de casa. El de las emociones casi siempre lo dejamos olvidado, pero es el m�s importante

Julieta de Diego de F�brega

Yo reconozco que para algunas cosas soy muy lenta. Probablemente para las que no me interesan. Simplemente no presto atenci�n y el entendimiento llega lento y a veces ni llega. En otras ocasiones me sucede que la falta de exposici�n a un tema espec�fico deja lagunas en mi aprendizaje. Bueno, ni modo, no se puede saber todo en la vida, aunque tengo algunos amigos que no solamente saben todo lo que pasa en el cielo, la tierra, las estrellas y galaxias aleda�as, sino que tambi�n pueden predecir el futuro. �Suerte la de ellos!

Una de esas lagunas estaba relacionada con asuntos de gobierno, pol�tica o administraci�n p�blica. No s� bajo qu� disciplina ubicarla, pues en Panam� nadie puede distinguir muy bien entre estos primos hermanos. Debo haber estado en el mero centro entre los 30 y los 40 (a�os de edad) cuando escuch� hablar de presupuestos sin ejecutar y partidas vencidas.

No quiero entrar en mucho de detalle porque cuando me acuerdo del tema me pongo literalmente hist�rica, pero t�cnicamente lo que significa es que a una instituci�n del Gobierno le asignan una cantidad x de dinero dentro del Presupuesto Nacional y entre el jefe y los soldados tienen la responsabilidad de gast�rsela (perd�n, invertirla) siguiendo, por supuesto, todas las reglas establecidas para la gastadera.

Sucede que si no se gastan los reales �como dicen los venezolanos� las partidas se vencen, es decir, no se pueden usar en el per�odo siguiente. Se las llev� el viento �feferon�, �ciao�, �gurbay�. Pensando en este concepto, que realmente es el m�ximo monumento a la incapacidad, me di cuenta de que no solo las partidas monetarias se vencen o se quedan sin ejecutar, con las partidas emocionales sucede lo mismo.

Ha sido uno bendecido con el regalo de la maternidad y lo usamos para jugar a los dictadores y en algunos casos a director de orfanato del siglo pasado, que a veces es peor. Tenemos la madera disponible, pero no la tallamos. Luego de transcurridas un par de decenas de a�os nos lamentamos de todo lo que pudimos haber hecho y no hicimos. De todos los paseos al parque que se quedaron en buenas intenciones, de todas las cenas compartidas que al final fueron solitarias y de todos los abrazos que se quedaron en el tintero.

A otros les sucede que al volverse gente grande olvidan que fueron sus padres los responsables de que anduvieran gastando zapatillas por el mundo y que fueron ellos tambi�n quienes les ense�aron gran parte de lo que saben. Le compramos una mecedora a los maestros y no los volteamos a mirar, a menos que haya un cumplea�os o una fiesta de por medio. Cuando se van el p�blico nos ve llorar y muchas veces la raz�n de las l�grimas no es m�s que el descubrimiento de que no eran eternos.

Llegamos a la amistad, partida que para muchos es frugal, pero que bien administrada se reproduce. Nos reunimos con las amigas, tomamos cafecito y hablamos pendejadas. Llegamos a casa y lloramos porque los problemas nos ahogan y la amiga ah�, envidi�ndonos el carro nuevo que no podemos pagar. �Qu� iron�a! Segurito que si le hubi�semos dado la oportunidad nos habr�a reconfortado.

Los hermanos entran al presupuesto con m�s facilidad que los amigos. No hay que salirlos a buscar ni que educarlos en el arte de querernos. Simplemente nos los regalan. Son como esos pr�stamos del Banco Mundial que nunca hay que pagar. �Y qu� hacemos? Dejamos el recurso ocioso, desperdiciado, o peor a�n, lo malgastamos.

Entre quejas y lamentos se nos pasa la vida viviendo como pobres a pesar de ser millonarios. A�o tras a�o archivamos presupuestos sin ejecutar y cuando el andar se pone pesado nos entra la nostalgia del �si hubiera hecho esto o aquello�. Y tal como sucede con �las platas�, lo que no se puso a producir se perdi� y, en este caso, no fue un puente peatonal.

Este a�o que empieza no se mortifique con listas interminables de buenos prop�sitos, es un ejercicio in�til y frustrante porque nunca logramos tachar todo lo que nos proponemos. Simplemente escriba el siguiente encabezado en cada p�gina de su agenda: ejecutar el presupuesto.