Podríamos decir que la inmensa mayoría de las personas en Panamá no cuenta con suficientes conocimientos financieros. Nuestro sistema educativo en general hace con el tema de la difusión de las finanzas básicas lo mismo que con el tema de los derechos del ciudadano: muy poco o nada.

En general, el estudiante, pensando en aquellos que se están formando, no reciben enseñanza básica sobre finanzas, excepto parcialmente los estudiantes de bachillerato en comercio.

En la escuela nos enseñan muchas cosas que posteriormente no usamos en la vida, pero algo que realmente todos necesitamos, las finanzas, tristemente no la dan como una materia.

Sin importar la actividad que algún día se desempeñe, todos tenemos necesidad, tarde o temprano, de manejar finanzas.

En este contexto, no hay que olvidar que el mundo de los servicios financieros cada día es más complejo; en nuestro sistema financiero se ofrece una cantidad grande y muy diversificada de servicios, tanto por la banca como por las cooperativas de ahorro, las sociedades de inversión, la bolsa, las financieras, las compañías de seguros y otros. Al otro extremo se encuentran los consumidores de dichos servicios, quienes se enfrentan con gran frecuencia ante la disyuntiva de elegir y decidirse por uno, el cual debe brindarle la mejor respuesta a sus necesidades financieras.

Lo ideal sería que los consumidores de dichos servicios dispusieran de toda la información, además del conocimiento y las habilidades, para evaluar las opciones e identificar aquellas que mejor se adapten a las necesidades y circunstancias. Especialmente una tarea para aquellas poblaciones de niveles medio y medio bajo que, por su situación

geográfica y socioeconómica, no logran un servicio financiero y bancario a sus medidas.

Es real que en algún momento del día alguna persona tendrá que decidir cómo invertir sus ahorros, cómo manejar una tarjeta de crédito, o tal vez, cuál es la mejor forma para comprar un auto o una casa, y por último, con su vital importancia, ver cómo multiplica y asegura su dinero.

La mayoría aprendemos el manejo de las finanzas personales mediante la imitación de conductas de nuestros padres o de personas significativas en los hogares y, siendo honestos, son muy pocos los progenitores con las enseñanzas y la experiencia suficiente para instruir en el tema de las finanzas personales. La carencia de una buena cultura financiera es, por lo general, algo que en ocasiones podría llevar a cometer graves errores en decisiones de gastos, de inversiones, en las decisiones de crédito.

Esta carencia de una real cultura financiera hace que la práctica de buenos hábitos de ahorro y consumo aún no sean tan populares o compartidos por buena parte de la población. El buen entendimiento y conocimiento de las finanzas personales nos lleva a lograr que el dinero trabaje por uno, y no a la inversa; además, permite, aún contando con pocos recursos, hacer un mejor uso de ellos.

Ideal sería que todos tuviéramos una educación financiera que ayude a comprender el manejo de las cuentas de banco, por ejemplo, a evitar involucrarnos en operaciones que pueden resultar nocivas al patrimonio y que en un momento dado estemos desprotegidos al desconocer qué instituciones podrían ayudar a hacer valer el derecho o incluso a defendernos de fraudes o estafas, producto de nuestra ignorancia en los temas financieros.

En mi calidad de asesor, pienso que este tipo de educación financiera debe iniciarse en los niveles de media y ampliarlos en los niveles superiores en los colegios públicos y privados.

Considero que la labor que en este momento lleva a cabo la Asociación Panameña de Crédito, con su programa de televisión, llena de manera ejemplar el cometido de ayudar a mejorar la cultura financiera de los panameños de todos los estratos sociales. Es un ejemplo a imitar para otras organizaciones, tales como la Asociación Bancaria de Panamá, la Superintendencia de Bancos, la Oficina de Protección al Consumidor y Asuntos de la Competencia, Ministerio de Comercio e Industrias, sin excluir a SERTV, Canal Once, y los demás medios de comunicación social privados.

La ausencia de una cultura financiera entre consumidores y usuarios es una de las principales razones por las cuales surgen conflictos entre agentes económicos del sector banca y finanzas, comercio y sus usuarios.

Ojalá que estas instituciones y organizaciones, en un solo haz de voluntades, empiecen a constituirse en promotores de una útil cultura financiera para los panameños.

" El autor es asesor financiero personal ellasconsulta@prensa. com