La decoradora de interiores Gloria Melania Rodríguez escribe ficción y su primer libro incluye los cuentos que le merecieron el premio Darío Herrera de la Universidad de Panamá.

¿Cuándo te picó el gusanillo de la escritura?

Todo gracias a mi abuelo materno, con quien pasaba los veranos en San Francisco de la Montaña (Veraguas). Él me enseñó mucha literatura, siempre o nos leía cuentos o nos recitaba o nos contaba algunas anécdotas.

Me acuerdo verlo sentado en la poltrona y nos recitaba, por ejemplo, de Nicolás Fernández de Moratín, el epigrama. . . y siempre le ponía como esa tensión a las cosas y me gustaba mucho. Pero creo que es en 2003 cuando tomo más conciencia de escribir y empieza a surgir el libro.

¿Qué escritor es tu mentor?

Ariel Barría Alvarado, que es chiricano, novelista, cuentista y fue profesor en la universidad. Siempre que tengo algo escrito, cualquier cosa, se lo muestro a él. Luego don César [Young NúñezI indudablemente me ha ayudado muchísimo. Él es una persona que a los escritores jóvenes les abre la puerta de su casa y de su corazón y de su biblioteca, que eso es más importante todavía.

¿Has conectado la decoración con la ficción?

Hay un cuento que se titula Mi amante y lo concebí leyendo una revista que hablaba sobre las hamacas. Entonces me gustó mucho todo lo que decía. Yo nunca había leído un artículo que hablara tanto sobre una hamaca y allí se me ocurrió el cuento.

Cuéntanos sobre la portada de tu libro 'Cartas al editor'.

Es una foto de mi abuelo. Cuando murió en el 96, heredé muchas cosas, muchos libros y uno de sus hobbies era la fotografía y esta foto es de cuando se autofotografiaba. Me parece muy bonito porque en la parte de atrás de la foto está la dedicatoria a mi abuela cuando la estaba enamorando.

¿Cuál fue el primer libro que leíste?

Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain, en español. En inglés fue Moby Dick.

¿Y el último?

Borges (en la mano tiene el libro Borges para principiantes). Ya leí El Aleph. Borges es como una etapa de cada escritor, es muy profundo, muy enigmático.

¿Qué planes tienes?

Ya he escrito teatro y en Santillana tienen una obra de teatro muy cortita mía que ya está en libros de textos escolares. Tengo una novela que algún día saldrá por allí pero todavía le falta bastante, es como le leía a Borges que él tenía su aduana literaria. Tiene que pasar por aduana para saber si puede llegar al país o no.

Mucha gente cree que un libro te convierte en alguien importante y tal vez pueda que sí sea así, pero más bien yo siento que es una responsabilidad muy grande. Ahora tengo que cuidarme más porque lo que viene tiene que ser mejor que esto. Con un poco más de tiempo quiero concursar en otros géneros, en otros concursos e ir creciendo.

En esta época tecnológica, ¿para tus amigos es raro que escribas?

Es algo muy curioso porque para ellos no es raro que yo escriba; para mí es muy difícil decirles a ellos que yo escribo porque me siento extraña, me siento distinta a ellos. . .