Publicado el viernes 20 de octubre de 2006 - Edici�n No. 868 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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EL PERSONAJE
Susana y Marilupa Pagés
Lucha con dos rostros

Las hermanas Marilupa y Susana Pagés, con sentido del humor y una serena fuerza emocional, relatan cómo enfrentan su lucha contra el cáncer de mama.

GAIL JAMMAL

Sabía de antemano que Susana había pasado por el cáncer de mama hacía cinco años, y que Marilupa estaba apenas terminando la quimioterapia por la misma enfermedad. Aquello sonaba a tragedia, pero sus rostros decían lo contrario. Llegaron a la entrevista regias, con un aire joven y alegre, y no supe distinguir quién ya estaba fuera de peligro y quien aún estaba en tratamiento.

>Susana, casi curada

Tanto Susana Pagés, de 47 años, como su hermana Marilupa Pagés de Orillac, de 44 años, se hacían los ultrasonidos y mamografías de rutina desde los 40 años de edad, como se los recomendó su ginecólogo Alberto Sánchez. Susana, una mujer extrovertida de sonrisa constante, tenía 42 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. Afortunadamente el cáncer ni siquiera se había terminado de formar y ‘los tumores estaban localizados’.

Le hicieron una incisión y le limpiaron el área localizada, por lo que conserva su seno intacto. Seguidamente se sometió a radioterapia por unos meses y luego le tocó tomar la pastilla preventiva por cinco años, que cumplirá este noviembre, para luego entrar en un proceso de remisión, lo que quiere decir que se declara curada.

Cuatro años y medio más tarde, a su hermana menor, Marilupa, le diagnostican cáncer de seno. ‘De un tiempo para acá mi ginecólogo me mandó a hacer las biopsias >>> >>> de rutina porque desde hace ratito tenía un pequeño fibrodenoma [en la mamaI, y de más joven me aparecieron unos quistecitos en los senos. El 30 de junio, en un chequeo de rutina, la biopsia salió positiva’, cuenta. Total sorpresa, pues jamás pensó que le podía pasar, aunque ‘como ya yo tenía lo de mi hermana, era mucho más cuidadosa’.

Susana se negaba a aceptar el diagnóstico de su hermana. Decía que era imposible, porque Mari era ‘demasiado’ sana. ‘Ahora sí que no creo en nada, se han roto los paradigmas, porque esta es la mujer que mejor come y que mejor se ejercita’. Cuando habla de paradigmas se refiere a los factores de riesgo del cáncer de seno. Por eso hace un llamado de atención a las demás mujeres, ‘no creas que porque no calificas entre los 10 factores no tienes por qué prevenirte, los factores de riesgo no tienen nada que ver’.

Marilupa dice que definitivamente el factor genético afecta, pues tuvieron una tía abuela con la enfermedad.

>Mari, en tratamiento

Marilupa se hizo la biopsia un viernes. El sábado siguiente la llamó el oncólogo Pablo Ramón Durán y le dijo ‘Mari, para avisarte que la biopsia salió positiva. Tengo todo controlado, tengo ya la reservación para hacerte el martes la cirugía. ¿Dónde estás para darte todos los detalles?’.

Cuando escuchó la noticia, se quedó tranquila, solo pensaba en Enrique, su esposo. ‘De una vez le llamé, le pregunté 'Enrique ¿dónde estás?, el examen salió positivo, pero cálmate, todo está bien', mas él de una vez arrancó a llorar’.

Juntos se reunieron con el doctor, a quien Susana llama Pablito, y Marilupa, Ramón. Mari cree que la confianza que uno le tiene al médico es lo más importante. ‘Hay que hacerle frente, no queda de otra y sobre todo con la fe en Dios, los amigos y la familia uno logra muchísimas cosas’, dice.

A Mari le diagnosticaron el cáncer en su etapa inicial, ‘grado uno’. Tres días después se estaba haciendo la cirugía, y un mes más tarde inició la quimioterapia.

Cuenta que su esposo ha sido ‘maravilloso’, su suegra y su mamá la acompañan a todas partes y sus hijos Enrique y Felipe ‘están muy tranquilos, porque saben que no es nada que no se pueda solucionar, me tratan como si nada, me molestan, me dicen 'Mami, gracias a Dios tenemos una solución para esto’.

Indica que Dios la lleva de la mano por todos lados y le da gracias, pues en ningún momento se ha sentido deprimida ni frustrada. ‘A pesar de que estoy sin pelo, no me ha dado por preguntarme 'ay, ¿por qué a mí?' eso lo dejo en manos de Dios, él nunca nos manda una cruz que no podamos cargar’.

Reconoce que lo único que la pone triste es cuando no le pueden hacer la quimio por tener los glóbulos blancos bajos.

Marilupa corre y camina diariamente, y sigue trabajando en el departamento de Contabilidad de T-shirts Interamerica y agradece el apoyo de sus colegas, pues a veces no puede ir porque el ambiente cerrado y la gente enferma le hacen mal.

‘Para qué estar negativa’, dice. ‘Si igual mañana puedo salir en mi carro, me dan un tanganazo y hasta allí llegué’. Admite que es duro, pero apunta que ‘hay que ser fuerte y optimista’.

>El después de Susana

Recién terminaba la radioterapia, Susana se encontraba en la etapa inicial de una relación amorosa. ‘Era difícil, pensaba en cómo decirle a ese hombre tan joven y guapo '¿adivina qué?, tuve cáncer de seno'; te confieso que no sabía cómo manejarlo’. Marilupa la interrumpe a carcajadas: ‘Él es un espectáculo, tiene un carácter fenomenal’.

Susana cuenta que ‘yo nada más le dije, 'hay dos cosas que tienes que saber de mí: uno, tuve cáncer de

seno, y dos, soy creyente, si no te gusta ir a misa esta relación no puede continuar’.

Antes de su relación amorosa, admite que habló poco de la enfermedad. Sus hijos fueron de los últimos en enterarse. Para su familia esto era bastante nuevo, aunque su padre, fumador por 50 años, murió hace 14 de cáncer de pulmón.

Susana es diseñadora de modas y de disfraces, uniformes y mantelería, y fuera de sus múltiples funciones, se propone transmitir un enfoque de prevención, ‘y no solo un enfoque dirigido al cáncer de seno, sino a la prevención en general’.

Declara con voz firme que la mujer no tiene que esperar llegar a los 40 años para cuidarse, sino que debe hacerse el autoexamen desde su primera menstruación, ‘porque cuando estuve en radioterapia, me encontré con una joven de 20 años con cáncer de seno’, y asegura que todo lo que es atendido a tiempo es salvable. Después de haber vivido esta experiencia, Susana agrega que aprendió a comer sano, a hacer ejercicio, a dejar malos hábitos, a cuidarse, ‘el día que me siento cansada, reposo y me consiento’.

‘Ahora mismo estamos viendo muchos casos de cáncer de mama en que las muchachas fueron diagnosticadas con quistes sospechosos y no fueron a atenderse, entonces después de dos años, ese quiste que era nada más de sebo, se ha malignizado’, explica.

>El ánimo viene de los genes

Los Pagés son una familia de siete hermanos, con unos padres, según los describen sus hijas, de ‘una fortaleza inverosímil’. Se criaron en un hogar en donde no se consintió a nadie, con una madre enérgica. ‘Y eso yo creo que es importante, nada de 'ay mijita, ven vamos a acostarte para consentirte', eso enferma más al paciente’.

Ambas hermanas han manejado esta situación difícil con la actitud y buen humor que dicen caracteriza a su familia, sin depresiones. ‘En esta familia tenemos de todo, aquí una es loca poncho, la otra, medio loca, la otra, divertida’, cuenta Susana, a lo que Marilupa cuenta cómo su hijo le dijo ‘Mami, ahora vas a ser bola 8’, porque se le ha caído el cabello por el tratamiento. Todos hablan de la peluca y han tratado de buscar el lado bueno de la enfermedad. Advierten que ‘si uno se echa a perder, se pierde’.

Recuerda Marilupa cuando le contaba a sus amigos de su mal, dejaban lo que estuvieran haciendo y le decían ‘pero, y ¿cómo tú estás?’. A lo que ella respondía: ‘Yo no siento nada, no me siento enferma, no me siento mal’.

Susana mira a su hermana Marilupa y dice: ‘¿Tú crees que alguien que la ve a ella puede pensar que está haciéndose una quimioterapia?’. Realmente no.

‘Es más, un tiempo me estaban consintiendo tanto, que yo agarré a mi esposo y le dije: 'donde me sigan torturando ahí sí que me va a dar una depresión nerviosa, yo estoy bien y me siento bien y vamos para adelante’, recuerda Mari.

Mientras Marilupa se enfoca en superar esta etapa de su enfermedad, Susana se dedica a resaltar la importancia de la prevención y asevera que ‘en Dios no hay error, pues Él siempre quiere algo de ti, para eso te manda mensajes y pruebas’.


 
 
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