Publicado el viernes 20 de octubre de 2006 - Edici�n No. 868 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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LA VIDA EN FUCSIA
Por qué no tengo novio
Rosalía Arosemena A.

‘No puedo creer que tú, una muchacha joven, guapa, divertida, inteligente y exitosa, esté sola. Explícame, ¿por qué no tienes novio?’.

Esta ‘preguntita’, dependiendo de la fuente de procedencia, puede resultar irritante o halagadora.

Es irritante si te la hace, por ejemplo, por vigésima vez, tu tía casamentera que acaba de percatarse de que eres la única sobrina a la que le falta ponerle un ganchito en su lista de Cupido.

Cuando te hace la pregunta, no escuchas sus palabras textuales; en tu posible paranoia o quizá justificada aversión, estas se transforman en tu cabeza como en una especie de SAP, que traduce lo que ella dice como ¿Acaso tienes algo malo?

En el caso de que el vidajena sea un pretendiente, la cosa cambia. La pregunta puede interpretarse como un signo de interés y por ende, como un halago.

En ese ‘no puedo creer que estés soltera’, que generalmente termina con una sonrisa, tú captas un mensaje subliminal que dice: ‘me pareces encantadora’.

Sin embargo, como habrán podido notar, para ninguno de los dos preguntones tengo respuestas, sólo me causan reacciones, unas negativas, otras positivas. Entonces me di cuenta de que había otro curioso al que no había considerado y que resulta es el único que tiene la respuesta: yo misma.

Pero ¿por qué no me consulté antes? ¿acaso temía que no me gustara la respuesta? Pues sí, debo admitirlo, tuve mi etapa gris, estaba atravesando una ruptura sentimental.

Los despechados autolapidatorios como yo me comprenderán: uno comete el error de explicarse sus fracasos amorosos en sus defectos. Es entonces cuando empiezan a salir las teorías fatalistas de ‘El amor no es para mí. Nunca voy a encontrar a la persona indicada‘.

Sin embargo, con el tiempo, unas cuantas visitas al salón de belleza y la adquisición de un nuevo hobbie, una se recupera y vuelve al campo de batalla.

Pero entonces, si las cosas vuelven a salir mal, a la hora de contestarnos la pregunta elaboramos otra respuesta fatalista, que odian mis amigos masculinos: ‘Es que los hombres no sirven. Todos son iguales’.

Aunque últimamente he contemplado otras respuestas para el porqué de mi soltería ¿Nunca has pensado que simplemente tú y tu ex no eran el uno para el otro?

Ya sé que esta explicación no es nada del otro mundo y pensarán que acabo de descubrir el agua caliente, pero ¿saben algo?, esta sabiduría popular solo la utilizamos como consuelo cuando las cosas fallan, pero no a la hora de evitar meternos en problemas.

En el fondo, cuando una empieza a salir con alguien, siempre intuye si la cosa va a funcionar o no, pero igual, por X o Y razón, una hace el intento, pero en realidad no existe X o Y razón, simplemente no queremos estar solos.

En las últimas semanas tuve la oportunidad de salir con un muchacho maravilloso: guapo, gracioso, inteligente, con ambiciones y lo mejor, me hacía sentir como una reina. En resumen, el chico perfecto. Pero la verdad yo, en el fondo, sabía que no lo podía ver con otros ojos que no fueran los de una amiga y aunque me di la oportunidad con él (y si yo quisiera pudiera estar todavía intentándolo), preferí dejarlo ir, porque no sería justo ni con él ni conmigo, nos engañaría a ambos. Y saben algo, es la primera relación, aunque cortísima, que termino civilizadamente y de la que no salgo herida. (Espero que también sea su caso, porque de verdad lo aprecio).

Por otro lado, finalmente tengo la respuesta a la pregunta y me la creo a cabalidad: ‘No tengo novio porque no he encontrado a la persona que me mueva el piso y que me quiera de verdad, y sanamente’.


 
 
 
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