Publicado el viernes 22 de septiembre de 2006 - Edici�n No. 863 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
Secciones  
Sólo para ellas
Sólo para ellos
Ventana abierta
La vida en fucsia
Esta semana
Conversación
Finanzas
Belleza
Salud
Lista de Ellas
Diario de mamá
Moda
Evento
De la cocina
Horóscopo
Ediciones anteriores
Suplementos  
Martes Financiero
Pulso de la Nación
Recetario
AprendoWeb
EL PERSONAJE
Maitena
Nada alterada

Las historietas de esta caricaturista argentina dan la vuelta al mundo -se la puede leer hasta en alemán-, pero se ha tomado un año sabático -con más de 12 meses- y vive alejada de las urbes. Justo ahora es que comienza a publicar en Panamá.

Ileana Pérez Burgos

Maitena nos conoce bien, a las mujeres. Obvio, es una de nosotras, pero lo curioso de ella, lo que la hace fuera de lo común, es que nos hace reírnos de nosotras mismas, de nuestros pequeños y grandes dramas.

‘De la vida y una de sus más frecuentes injusticias: soy una buena esposa. . . inmejorable madre. . . ama de casa congénita. . . una redituable profesional respetable. . . me hago cargo de mi vida. . . ¿¡Por qué tengo que tener celulitis!?’. Pero ponerles esto por escrito no tiene chiste porque, lo que leyeron, ella lo dibuja.

Maitena es probablemente la autora de cómics más conocida de Latinoamérica; su fama escapa a las fronteras de su natal Argentina. Sus trabajos han sido traducidos al francés, italiano, portugués (se venden tanto en Portugal como en Brasil), al griego, al catalán y al alemán. Y a partir de esta semana llega a Panamá en las páginas de Ellas.

Pese a que ha publicado seis libros diferentes de la serie Mujeres alteradas -de los cuales se ha vendido más de un millón de ejemplares-, por estos días su vida parece muy calmada, vive en un pueblo de pescadores y está en un año de descanso.

>La más amada

Maitena Burundarena nació en Buenos Aires hace unos cuarentitantos años, como la penúltima de siete hermanos. Su madre es arquitecta y de origen polaco; su padre es ingeniero electrónico nacido en el País Vasco y fue ministro de Educación. Su nombre en vasco quiere decir ‘la más amada’, y su espíritu ha sido >>> >>> siempre rebelde. A los 17 años tuvo a su primera hija, Amaya, un año después se casó y a los 19 años tuvo a su hijo Juan Pablo. Aquel matrimonio duró poco, y a sus veintipico sucumbió a la onda punk y se hizo roquera. Fue entonces también que comenzó a hacer de diseñadora gráfica en todo tipo de proyectos, desde en revistas eróticas hasta en panfletos educativos.

En 1993 comenzó a dibujar en el estilo y humor con que la conocemos hoy, en una tira semanal para la revista argentina Para ti, donde surgió ‘Mujeres alteradas’, y de allí pasó a otros diarios y revistas dentro y fuera de Argentina.

Recopilando sus tiras cómicas, ha publicado 11 libros, pero al parecer entre más exitosa, más calmada Maitena prefiere su vida. Ahorita está unida a Daniel Kon, que fue manager de Soda Stereo y otros grupos de rock latinos, y vive en un pueblito de pescadores de Uruguay, donde su hija menor, de seis años, va a la escuela.

‘Somos solo 100 habitantes, pero bastante intensos’, cuenta. ‘Es un pueblito donde no hay nada que comprar, ni cajeros automáticos ni estaciones de servicio ni nada. Me gusta porque es chiquito, se recorre todo a pie, la gente se conoce, lo bueno y lo malo se sabe, la naturaleza te acompaña siempre, se ve la salida de la luna, el cielo lleno de estrellas, los cambios de estación, hay perros por todos lados, los niños van caminando solos a la casa de sus amigos, la vida y la muerte son cosas cotidianas y fácilmente verificables, muere un viejo, nace un bebé. . . ’.

Considera que lo que le ha dado el éxito es libertad para hacer otras cosas que no son trabajar. ‘Nunca me cerró eso de que cuanto mejor te va más tenés que trabajar, bueno, por lo menos yo prefiero hacer otras cosas, como vivir, por ejemplo’. Bajo ese principio se tomó un año sabático que debió terminar en julio de este año. ...Pero para mí esto ¡recién empieza! Después de muchos años [25I de trabajo en diarios y revistas, decidí tomarme un respiro de la publicación diaria o semanal. Sobre todo porque puedo, y ya que tengo ese privilegio, lo voy a usar’.

>Riéndose de sí misma

¿Qué te altera?

Hacer más de dos cosas al mismo tiempo. Llamar a comer y que no vengan. Sentirme sobrepasada por la tecnología. Algunos comentarios de mi madre. Que me esté por venir. . .

¿Qué aciertos cometiste con tus hijos mayores que quieres repetir con la menor?

Criarlos sin que miraran televisión abierta, enviarlos a la escuela pública, acostumbrarlos a tener horarios, modales y mascotas.

¿Y cuáles errores no quieres repetir?

Todos los chicos son distintos y cada caso es diferente, uno puede criar a los hijos todos igual y le salen todos diferentes, las mismas reglas no sirven para todos.

Tu primer matrimonio fue muy joven, y tu segundo, más madura. ¿Qué has comprendido mejor del rol de esposa?

Que no hay roles determinados, que una pareja funciona cuando los roles están repartidos y entre los dos se lleva adelante una familia. Y que es importante ser tolerante y amar al otro como es, sin intentar cambiarlo.

¿Qué llevas aún contigo de tu época de roquera?

La rebeldía.

¿Qué te dejaron tus historietas eróticas?

Fans incondicionales y cierta facilidad para hablar de sexo con total naturalidad.

¿Y qué te queda de tus ilustraciones para libros escolares?

Un tono didáctico que me va muy bien.

¿Quién te hace reír?

La gente de la calle, la respuesta rápida, los colectiveros (choferes de ómnibus), los puesteros de la feria, mi amigo Marito, los dibujantes Ralph Koning, Angeli y Langer, Almodóvar, Seinfeld, los chismes sobre la farándula.

¿Qué trabajo te hubiera gustado haber rechazado?

Rechacé hacer un personaje para los sindicatos de cómic norteamericanos, que te publican en mil diarios del imperio.

¿Te has leído en otros idiomas?

Yo no le doy mucha importancia, por momentos me resulta tan lejano que es como si le estuviera pasando a otra. Pero lo disfruto, me parece curioso, divertido, y un orgullo para mis padres.

¿A qué le temes?

A ese minuto fatal en que de repente todo se desmorona.

¿Qué libro estás leyendo en este momento?

El pasado, de Alan Pauls.

¿En quién reencarnarías?

La profundidad de mi misticismo solo me permitiría reencarnarme en una uña. (No sé si se entiende el chiste, ¿se dice allá ‘tener una uña encarnada’?)

¿Qué te gustaría cambiar?

La repartición de la riqueza.

>Cuestión de mujeres

Si tuvieras que explicarle a un extraterrestre la diferencia entre las hembras y los machos humanos. ¿Qué le dirías?

Que ellos son más simples, más buenos y más fáciles de hacer felices, pero que ellas son mucho más divertidas.

¿En qué somos iguales todas las mujeres?

En que podemos hablar con una amiga de cinco temas al mismo tiempo mezclando, sin ningún pudor, asuntos de extrema profundidad con las cosas más superficiales del mundo.

¿En qué nos diferenciamos las madres de hoy de las nuestras?

El hecho de salir a trabajar nos hace ser más culposas y poner menos límites.

¿Qué es lo mejor de los 40 y tantos? ¿Y lo peor?

Lo mejor es que hay muchas cosas que dejan de parecerte importantes y vivís más relajada. Lo peor es que ya no sos ni joven ni vieja.

¿Qué hemos superado las latinoamericanas?

Cierto prejuicio de atraso cultural que no es más que parte de la ignorancia del Primer Mundo.

¿Dónde estamos trabadas?

No me parece que estemos trabadas, creo que estamos a veces demasiado aferradas a nuestros patrones culturales (sobre todo dicho así, patrones, y en masculino) pero viendo lo que hace la globalización con el mundo tampoco me parece tan malo.

¿Qué es lo mejor que nos puede pasar en la vida?

El amor, en cualquiera de sus formas.

¿Cuál es la mayor desgracia que le puede ocurrir a una mujer?

La muerte de un hijo.

¿De qué somos esclavas?

Del espejo, de la mirada de los otros, y a veces de la de nuestra madre.

¿Tu mejor cura para el corazón roto?

El tiempo.

¿Qué nos hace reír?

Lo mismo que nos hace llorar, pero unas semanas después y contándoselo a otro.

¿Por qué (a veces) nos gustan los hombres que no valen la pena?

Porque estamos en un mal momento y cuando uno está mal elige mal, desde la desesperación y la autodesvalorización (que palabra tan larga y tan seria).

¿Qué podemos cambiar y qué no?

Creo que podemos cambiar todo aquello que ya no soportamos, por difícil que sea. Y que no podemos cambiar, a veces aunque queramos con toda el alma, esas cosas que son parte de nuestra naturaleza.

¿Por qué son los hombres (a veces) tan adorables?

Porque son como niños.


 
 
ESTA SEMANA
Nada alterada
Panamá, un país en venta
Infórmate antes de votar
 
Corporación La Prensa - Todos los Derechos Reservados 2005