Publicado el viernes 22 de septiembre de 2006 - Edici�n No. 863 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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El retratista de la movida

El español Miguel Trillo ofreció un taller de fotografía en Panamá y habló sobre su vida del blanco y negro al color.

Raúl Carrillo

¿Fotógrafo en la España de Franco?

¡Pues hombre, imagínate! Nací en 1953 en Málaga. Cuando era estudiante de Letras, en el 73, me di cuenta que lo que más me gustaba era la fotografía. Pero tener acceso a una cámara fotográfica no era habitual. Y cuando muere Franco, en el 75, yo llegaba a Madrid. Ese mismo año logré conseguir mi primera cámara.

¿Cuándo comenzó los retratos?

La gente perdió el miedo a ser fotografiada en la calle apenas en el 76, antes de eso, la juventud podía pensar que era la policía que la estaba fichando. Cuando la muerte de Franco yo debía andar por los 23 años, empecé haciendo fotografías surrealistas (sonríe). Era una corriente de la época, fotografiaba en blanco y negro bodegones con bichos, por ejemplo. Los retratos vinieron con el nacimiento de la democracia en España, pero eso fue mucho después todavía, luego de la Constitución democrática, en el 77. Cuando hice mis primeros retratos corría el año 79.

¿El color en sus fotografías vino con la democracia?

Pues, me di cuenta que no podía seguir captando instantes en blanco y negro, porque eso para mí representaba el pasado. Ahora estaba metido en una España democrática, que miraba el futuro, y podía imaginarme la cresta de un punk retratado en colores. Entonces, me dediqué a fotografiar a la salida de los conciertos de rock, a toda esa generación llegada a la libertad, a la que ya no le daba miedo, a la gente de la movida. Cuando le puse color a mis fotos fue para ponerle fin a una época.

Durante esos años ¿la fotografía le dio para comer?

Me dio sólo satisfacciones. He venido a comer de la fotografía ahora último, pero en un principio en una mano tenía la cámara y con la otra cargaba mis libros de cine, porque había llegado a Madrid a estudiar cine. Enseguida me interesé por la imagen, pero no había ninguna asignatura que te enseñara a revelar, de fotografía no había nada, lo aprendí todo empíricamente.

En los 90 ¿qué llamó su atención?

Continué con los retratos, pero, poco a poco, me fui pasando al día, por la edad (sonríe). En los 90 hice una reflexión sobre la situación española en el tema de las fronteras. Decidí emprender un viaje por diferentes ciudades españolas de distintas lenguas, y fotografiaba a la juventud que tenía en común una sola cultura: el rock.

Y ¿ahora?

Ahora soy un andaluz que ha aprendido catalán y vive en Barcelona, que es todo lo opuesto a Madrid, al centralismo. Barcelona es más de autonomías, el otro bando (ríe). Ahora, a principio del siglo XXI, me he salido del tema de España, para viajar por Puerto Rico, Manila, Cuba y Filipinas, retratando la cultura urbana juvenil.


 
 
 
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