Publicado el viernes 9 de diciembre de 2005 - Edici�n No. 825 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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BUZON DE ELLAS

Comparten experiencia   aleccionadora

Al celebrarse el 1 de diciembre el Día Internacional de la lucha contra el sida, me detuve a pensar en muchas cosas, cosas que, si hace dos años me hubieran dicho que iban a ocurrir, me hubiera reído en la cara de la persona que me las decía...

Nunca me había casado pero, como toda mujer, quería hacerlo (tengo 30 años). Soy panameña, pero radico en Estados Unidos. Conocí a esa persona que todas buscamos, ese ser que nos llene, que nos cuide y que siempre esté cuando lo necesitamos, esa persona que nos hace sentir especial e importante, lo mas importante en el mundo... pero esa persona es VIH positivo. Al enterarme, me asusté; y al principio lo rechacé, pero el amor pudo más, y con los consejos de su médico y mi hábito de lectura, pude asimilarlo y darme cuenta de que podemos vivir con las personas VIH positivo sin temor.

Hoy  día estoy casada con esta persona y tenemos una excelente relación. Él me ha demostrado que no importa nada cuando el amor es real. No digo que es normal casarse con una persona con el virus, pero se puede y nos ayuda a crecer como seres humanos el ver el empeño de estas personas por proteger a su pareja. Con protección y una mentalidad abierta, se puede tener sin dificultad y sin temor una relación normal.

Sentí deseos de compartir esto con ustedes pues sé que son una revista seria. Los admiro por ello a todos los que laboran en esa excelente empresa.

Desde EU,

A.A.


Apología del despistado

Ileana, créeme que no eres la única despistada (“La vida en fucsia”, 2 de diciembre). Habemos muchos y nos reconocemos entre nosotros. Al igual que tú, me pasé los primeros treinta años de mi vida mortificándome por eso, pero, como tú, he sabido aceptarlo con la tranquilidad y la resignación que me dan mi par de canitas sobre el cabello. En tu artículo contaste todo lo malo de ser        despistado.

Permíteme incluir cuales son las ventajas: (1.) A pesar de pasar por la vida sin darnos cuenta, a nuestro alrededor causamos una huella profunda en las personas que nos rodean y nuestra despreocupación es causa de envidia por muchos personas que viven amargadas y  frustradas a veces por cosas tan banales como la edad, las libras, la política, la contaminación, sexo, relaciones, religión, etc, etc. (2.) Grandes personalidades de la historia han sido despistados: Albert Einstein giraba cheques sin fondos; Bill Gates mandó a fabricar cien pares de lentes; y los tiene por todas sus oficinas porque siempre los pierde; y el matemático griego Arquimedes fue asesinado mientras un ejército invasor atacaba la ciudad donde vivía; él no se percató porque estaba concentrado en unos cálculos matemáticos. (3.) Poseemos una inmensa capacidad innovadora porque, al ser capaces de desconectarnos de la realidad cercana, somos capaces de visualizar las cosas desde otros ángulos.

Mark Engels Huerta


Para Dra. McKay, por el  testimonio

Estuve leyendo con mucho dolor y asombro su artículo “In memoriam por Carlitos”; como hombre y padre de familia, no pude contener las lágrimas de dolor por Carlitos. Quiero felicitarla por lo dicho en su escrito, que no sólo es buscar o acusar a alguien, sino prevenir para que estos hechos lamentables no vuelvan a ocurrir.

Saludos

Ismael Ponce Aizpurúa


Por ‘In memoriam por   Carlitos’

Dra. McKay, mil felicidades por su artículo, pero más que eso quiero darle las gracias por recordarme el otro lado de la moneda. Porque mientras para algunos diciembre es mes de celebración, regalos, compras, etc., para otros es mes de deseos incumplidos, de un año que deja atrás todo lo bueno y lo malo que hicimos, pero sobre todo de falta de amor. Amor por el prójimo y hasta por uno mismo.

Tengo 24 años y aún no tengo hijos pero cuando leí su artículo me pregunté ¿cómo será el mundo en que vivirán mis hijos? y me respondí: en el mundo que yo les pueda dar.

La verdad no escuché la noticia de lo que le pasó a Carlitos, pero me parece inaceptable que ese pequeñito haya sufrido tanto de la mano de quien sólo debía darle amor.

Udsy Torres Ayala.


Conmovida por testimonio

Dra. Mckay, no suelo hacer este tipo de cosas, pero debo confesarle que su artículo del día de hoy movió hasta las más íntimas fibras de mi corazón y hasta arrancó un par de lágrimas. Debo felicitarla por tan hermoso testimonio, aportando su experiencia para que eduquemos a nuestra sociedad. Como madre, profesional del derecho y sobre todo ser humano me preocupa y me aterroriza ver los rumbos que nuestra sociedad y nuestros jóvenes mal informados están tomando.

María del Pilar Vásquez



 
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