Sobre educación de mujeres

He leído con mucho interés el reportaje ‘El primer diploma’, que apareció en la sección Sociedad, en la publicación del viernes 9 de junio, por los periodistas Raúl Carrillo y Eduardo Espinosa.

Soy una docente del C. E. B. G. Cerro Pelado y la joven Iris Morales fue mi alumna, por cierto, muy buena estudiante, el año pasado.

En su reportaje se señala que una beca ayudaría a estas humildes mujeres. Sin embargo, considero que una beca no se les puede dar a todos y todas, pero una oportunidad de estudio sí. Hemos estado luchando para que en nuestro centro se abra la educación media (lo que llamábamos segundo ciclo de secundaria). Pese a todo no hemos recibido una respuesta del todo positiva del Ministerio de Educación, pero las esperanzas son bastante buenas, según indicaciones, para el próximo año escolar.

Bueno, la necesidad de los estudiantes no radica del todo allí, sino también en la construcción apremiante de un internado para que estos jóvenes no caminen tres o cuatro horas para llegar al colegio. Ya contamos con el terreno para la construcción, pero aún no hemos conseguido una entidad, organismo o institución que patrocine esta construcción. Nuestro centro tiene cuatro años de creación y ha sido una lucha desde entonces.

Creo que si la educación llegase a más indígenas o campesinos de las apartadas regiones, la calidad de vida de estas personas mejoraría, aún con toda la pobreza y adversidades de estas áreas.

Agradecida por su atención,
Profesora Clara Aizprúa R.
Ñurum (comarca Gnöbe-Buglé)

Quiero exaltarlos y elogiarlos por publicar temas tan interesantes y resaltar a humildes panameños que de una u otra forma han salido adelante en su tema Sociedad. De parte de una humilde profesional, que con muchas limitaciones económicas y tropiezos en la vida también considero he logrado salir adelante al igual que el resto de mis seis hermanos, y sobre todo agradeciendo a una madre maravillosa, que fue padre y madre, y que sin ningún tipo de educación y apoyo, lavando y planchando en casas de familia, se puso los pantalones y educó a siete hijos, hoy en día todos profesionales.

Atentamente,

Lic. Elizabeth Sánchez

Novatos en empleo

Mis felicitaciones por el artículo ‘Cita con el nuevo trabajo’, publicado el 9 de junio. Gracias por la orientación que da a los que inician su vida laboral para que tengan presente cómo debe ser la bienvenida a una nueva empresa.

Todo lo plasmado en su artículo debería ser la oración diaria de los gerentes y jefes de departamentos, pues aunque parezca increíble, ocurren casos que no tienen calificativos.

Felicitaciones para Gail Jammal.
Ana Isabel Velarde de Díaz

Sigue practicando fútbol

Tengo, en este minuto, abierto el suplemento en mi escritorio, y antes de salir de almuerzo no puedo dejar pasar la oportunidad de felicitar a las chicas por este segmento (Vida en Fucsia del 9 de junio).

Ileana, no tengo más que un aplauso para vos, ‘Casi Futbolista’ me arrancó carcajadas. Sin más mis mejores deseos. Sigan así.

Cheers,
David Alonso

A lo que leí de tu columna Ileana, no te aflijas porque tus pies sean de trapo, solo es cuestión de práctica y práctica, y pronto te darás cuenta de lo bien que juegas.

Ing. Carlos A. Gómez P.

Viaje en un diablo rojo

Estimada Julieta:

Quiero que sepas que al momento de leer el comentario de la Sra. Dixa Castillo de Méndez (Buzón, 9 de junio), me sentí tan identificada con tal odisea de tener que tomar un bus, que me produce tristeza que en nuestro bello país no contemos con un mejor servicio de transporte.

Es muy triste porque estoy convencida de que en la medida que eso cambie, más panameños haríamos uso del servicio público sin problemas y así evitaríamos tener que tomar una deuda de auto a plazo.

Al tomar un bus lo único que logro es llegar de mal humor a mi casa. Pienso que los panameños merecemos un mejor trato, ya que estamos pagando.

María Sonia Rodríguez

Ante frustración

Estimada Lic. Ledezma:

Acabo de terminar de leer su columna (‘Consultorio Legal’) del 9 de junio y puedo comprender su frustración y sensación de impotencia al observar qué tan equivocados estamos los panameños sobre la relación hombre-mujer.

Más que nada, me llenó de coraje la última historia en la que cuenta sobre la mujer que utiliza a su hija como al jocker en un juego de cartas, para conseguir un título de propiedad. A usted como profesional yo, como su lectora, solo le puedo pedir que siga con su labor y a través de su columna siga exponiendo estos casos, que aquel que necesita ayuda sacará algo bueno de estos y para todos los demás, son un recordatorio para esforzarnos constantemente por ser mejores hijos, amigos, esposos y padres.

Felicidades y éxitos,

Dafne Jiménez O'Connor