Publicado el viernes 25 de agosto de 2006 - Edici�n No. 860 | Inicio | | Foros | Favoritos | Buzón | ? |
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BUZON DE ELLAS

Sobre obra de teatro

Creo que definir a las mujeres de 30 es un poco más complicado y dramático que la representación de tres excelentes actrices venezolanas (en Confesiones de mujeres de treinta). Sus enfoques fueron atinados, pero haciendo honor a la verdad, faltaron algunos aspectos clásicos de cientos de mujeres durante esta etapa.

A los 30 la mujer latinoamericana o está soltera o está casada o se divorció. Si está soltera, se la pasa entre el trabajo, la rumba y la universidad. Si está casada tiene infinidad de anécdotas como el trabajo, los hijos, la universidad y la casa. Y si está divorciada, lejos de obsesionarse con el sexo y los psicólogos, trata de curarse a sí misma por lo que ha vivido, aprende y vuelve a levantarse, además de seguir preparándose profesionalmente.

Mi comentario no es una crítica a la obra, es más bien una sugerencia. Las mujeres de 30 vivimos para prepararnos, para tener una relación, para cumplir con la familia y los amigos, y en ese maremágnum de metas y compromisos que deben concretarse de inmediato (y sí, me refiero a esa carrera contra el reloj biológico) nos olvidamos de lo más importante. . . nosotras.

A los 30 y tantos (más de cinco y menos de nueve), todas estamos a un tercio del camino y con el cansancio de más de media vida. Tomemos cinco minutos para retomar prioridades: ser mujeres es lo primero. Ser felices y estar satisfechas es lo mejor.

Thays M. Campos
Mujer panameña que está llegando a los 30 este mes



Desde Los Ángeles

¡Mis felicitaciones!

Soy psicólogo clínico con área de concentración en sexología clínica y con más de 35 años de práctica profesional. Les aseguro que no hubiera podido describir mejor el proceso de la identificación del orgasmo femenino como lo hizo la autora [Euriadna MéridaI en números pasados.

En otro tema, espero que se elimine la famosa ‘hora judicial’. No hay nada más molestoso que ser citado en un juzgado, llegar puntual y encontrarse con que hay que esperar por lo menos una hora, y luego ser citado tres o cuatro meses después para continuar ‘porque no hubo tiempo’. Al final, me parece que este concepto es parte del triste ‘juega vivo’ que caracteriza a nuestra sociedad y que no es más que un robo descarado al tiempo de todos y una justificación para continuar en la mediocridad judicial.

Dr. Alejandro Cantón

Agradecen consejos

Me gusta esta sección (Finanzas), pues me orienta muy bien a mantener mis finanzas. En esta última semana en la compañía donde laboro se rumora que posiblemente en tres meses pueda cerrar o haber cambios en el personal, y no es seguro que dentro de tres meses tenga mi actual trabajo, por lo que quiero invertir en algún negocio, pero la verdad no sé en qué invertir. Quisiera que me diera un consejo sobre un negocio que no se esté explotando mucho en Panamá, o algo que permita un ingreso adicional.

D. Olivares

Nuevamente, excelente artículo del licenciado José Canto, de mucho impacto para todo tipo de economía familiar. Precisamente en mi hogar nos encontramos en la fase del seguimiento de cerca del gasto para redirigir mejor nuestros ingresos y no es sencillo. En nuestro caso, este enfoque del Sr. Canto es tanto oportuno como de gran interés. Me parece que, tal y como él lo describe, el control del gasto es lo que hace la diferencia.

C. Araúz

Queja de abuso de autoridad

Soy una fiel seguidora de su suplemento y es por esta misma razón que me atrevo a escribirles.

Resulta que a la altura del semáforo de la 12 de Octubre, un oficial de tránsito me detuvo y me aseguró que me había pasado la luz roja. Ahora bien, al yo pasar el semáforo la luz estaba apagada y los carros seguían circulando. Le expliqué lo arriba expuesto al oficial, a lo que el señor me gritó que yo no le iba a decir lo que él tenía que hacer, y me amenazó con llevarme al ‘cuartel’. Me enojé y le dije que era un atrevido y que no tenía por qué gritarme, que me pusiera la boleta y ya.

Se llevó mi licencia y me dijo que lo siguiera. Al llegar a la estación de Parque Lefevre, traté de explicarle a los guardias lo sucedido, pero ellos, muy amables, me solicitaron que le pidiera disculpas al señor del tránsito y listo. Como no lo hice, pues me sentía ofendida, el señor decidió llevarme a la corregiduría de Pueblo Nuevo. Al llegar allí, la corregidora se tomó la delicadeza de escuchar al señor casi 10 minutos. Hasta me puse un poco feliz pues pensé que me iba a comprender, y no fue así.

Me sancionó con $10 sin escucharme. Cuando me dirigí a la sala de guardias que está al lado a esperar que me trajeran el dinero, noté que la señora estaba conversando con el señor del tránsito dentro del auto. El guardia entró a la sala con otro papelito en el cual decía que yo estaba sancionada con 24 horas de detención preventiva. Pasé toda la noche en la sala de guardias de Parque Lefevre, y les cuento, no la pasé tan mal, pues los guardias fueron muy amables y ni ellos podían creer que eso había pasado.

Tengo 29 años, estudio gerontología, soy madre de una niña de 10 años, que por cierto tuve que ver con quién la dejaba esa noche, jamás he tenido problema alguno con la ley, tengo un trabajo decente y soy una ciudadana que en ocasiones ha servido en muchas formas a la comunidad. Qué pena me da que la autoridad en Panamá, en vez de ser justa, tiene preferencias. Hoy me pasó a mí y ¿si mañana le pasa a otra persona y no es solo una detención?

Tania Valle


 
 
 
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